Otro crimen racista, esta vez en los Balcanes. Ángel Pérez

El día 2 de marzo, el gobierno de Macedonia informa de un ataque por parte de un grupo de 7 personas "de color oscuro" contra una patrulla policial 10 kilómetros al norte de Skopja, capital del país. El ataque termina con la muerte de los 7 atacantes, mientras que en las filas policiales no se registra ninguna baja. Según el gobierno macedonio, se trata de un grupo terrorista, presumiblemente perteneciente a la red terrorista internacional Al Qaeda, que pretendía atacar contra intereses americanos en el país.

Las noticias que siguen, sin embargo, no están tan claras. Y, tres semanas después, se descubre que los terribles terroristas no eran sino... simples inmigrantes!!! El gobierno macedonio los asesinó a sangre fría, y, después, inventó el cuento del ataque con una clara doble finalidad: para presentar un logro propio en "la lucha contra el terrorismo internacional", demostrando así a la "comunidad internacional" de qué lado está, y también para que el mundo occidental se diera cuenta del "sitio" que sufre el país por parte de los musulmanes (relacionando la guerra en Afganistán con su propia guerra interna, entre (cristianos) eslavomacedones y (musulmanes) albaneses). Al final, el crimen se descubrió.

Los inmigrantes, seis paquistaníes y un hindú, en busca de una oportunidad que en su tierra les es negada, habían recorrido miles de kilómetros desde el lejano Pakistán hasta Turquía, para entrar después en Bulgaria y mas tarde en Macedonia. El destino final era Grecia. Es este un camino usual de la inmigración asiática hacia Europa. Los propios asesinados tenían familiares en Atenas que los esperaban desde hacia meses y que ahora se han visto obligados a reconocer sus cadáveres.

Se trata de un crimen mas. Para la mayoría de nosotros pasará desapercibido. Para ellos, como para las múltiples víctimas de la política racista de la "civilizada" Europa, se trata de sus vidas.

 
 Arriba lucha antifascista