En el lejano Oeste norteamericano cuando se producía una estampida de ganado, los vaqueros para controlarla hacían que caminara en círculo hasta que el ganado se agotaba y se detenía. Para lograrlo algunos vaqueros se colocaban a ambos lados y otros cabalgaban por delante de la manada que así quedaba encauzada.

Los partidos, sindicatos y organizaciones sociales del Sistema Capitalista vuelven a usar métodos similares para reconducir las protestas contra las cumbres europeas y las reuniones de organismos internacionales. No hay que extrañarse: es su papel. Los cargos políticos tienen familia que mantener, con un buen nivel de calidad de vida, claro; los liberados sindicales, los burócratas y asalariados de sindicatos y oenegés, también: es el pan, y los centollos, de esta caterva de parásitos lo que está en juego, quien paga manda, son las famosas "contrapartidas".

Y no son cuatro, son cientos de miles de individuos e individuas ocupando y viviendo tan ricamente de estos cargos superfluos. Son, dicen, interlocutores sociales, de la sociedad capitalista, claro. Sin el Sistema Capitalista ¿de qué vivirían? Pues ¡¡ tendrían que trabajar!!

Por ello su preocupación principal es la de servir de recio y seguro sostén de la teta que les sustenta. En este empeño no dudan en aceptar las mayores bajezas, por ejemplo hacer de perros de presa deteniendo a quienes apedrean la Banca, como sucedió en la reciente cumbre de Barcelona, o como en la misma cumbre, actuar de cordón de seguridad para proteger la Bolsa, ese otro gran templo donde los mercaderes especulan con el fruto del robo y la rapiña que extraen de la explotación de los "recursos humanos" y del expolio de los recursos naturales para engrandecer a su único y verdadero Señor, El Beneficio, a cuyo imperio todo se somete.

En otro acto de exaltación y afirmación del poder de tan Alto Señor, este fin de semana concelebran ceremonia en Oviedo algunos de sus Ministros en la U.E., los de Economía, junto a los Sumos Administradores de las Finanzas, al fin de determinar los próximos sacrificios que, para propiciar los enriquecedores efectos del aumento sin tasa de la tasa del Beneficio, hemos de realizar los paganos es decir, los que siempre la pagamos.

En un lujoso establo hotelero de la ciudad, digno de Reyes y Mandamases, se oficiará el Ágape con el que se celebra el milagro por el que con el cotidiano sacrificio de nuestras vidas cual corderos divinos ellos obtienen el perdón de sus pecados y vivir eternamente como dios. Como tal ceremonia rinde culto al Beneficio Privado, el común de los mortales estaremos excluidos de la mesa y nos quedaremos sin saber en qué cáliz se sirve el jugo que nos exprimen cada día o qué delicada y exquisita oblea se obtiene de amasar la sangre, el sudor y las lágrimas que nos extraen, la puta ostia tien que ser.

Pero como esta banda de vampiros y caníbales nunca acaba de saciarse y cada vez necesitan más, pues lo suyo es puro vicio, hay que planificar el mejor modo de exprimir más a quienes producen la riqueza (aumento de la productividad, lo llaman) y de extraer mayores plusvalías de la puesta en el Mercado de lo producido (eso de la competitividad, que le dicen) ello traerá el crecimiento económico a una Europa cada vez más próspera por obra y gracia del espíritu emprendedor de la empresa capitalista.

Este es el nuevo testamento que nos predican sus fieles apóstoles, políticos y economistas, y del que sus acólitos, periodistas e intelectuales, no cesan de cantar las alabanzas. Los economistas, santones de la nueva religión, proponen las fórmulas que han de aplicarse según los mandamientos de la Ley de las Reformas Laborales que hagan falta o en las Tablas de deberes y derecho al pataleo (sin escándalo) del Estatuto de los Eurotrabajadores.

El "régimen" al que han de someterse fieles e infieles surtirá efecto si se "aplica la receta" sin contemplaciones con los pa(de)cientes. Además de la "medicina" prescrita hasta ahora han de observarse algunas medidas paliativas del gasto social, tan perjudicial para el engorde del Beneficio.

En primer lugar, una buena dosis de movilidad geográfica para los parados del INEM. Esto es pura aplicación de los principios homeopáticos: un cuerpo parado exige movilidad; así si la economía de alguna zona está estancada por falta de brazos que la muevan por la miseria que se les paga, se traslada allí a la mano de obra parada de otra zona con el "incentivo" de que en caso de que no se muevan se les paraliza la asignación del subsidio de paro y así se reactiva la zona deprimida.

Los trastornos depresivos que la disminución de la ganancia provoca en ciertos empresarios, mientras el contagio de la vagancia se extiende entre esos "obreros haraganes que nunca están contentos con nada" preocupan tanto a los Ministros del Ramo que decretarán el traslado forzoso de trabajadores en paro so pena de quitarles la generosa dádiva del subsidio de desempleo.

Además es preciso ampliar la campaña de higiene social contra el vicio de la vagancia a los jubilados. No puede ser que quieran jubilarse apenas lleven 15 años "en activo" aunque para entonces rebasen los 70 "gracias" al retraso en la edad de incorporación al trabajo y los amplios periodos de holganza en el paro que posibilita la "sociedad del bienestar", porque los "ahorros" producidos en ese tiempo no le habrán permitido suscribir una póliza de seguros contra la penuria en que le dejará tan escaso tiempo de cotización para una pensión de la "seguridad social", si es que para entonces hay seguridad de que existan esas pensiones.

Además a esas edades todavía queda jugo corriendo por las venas, y glándulas sudoríficas, y lacrimales y capacidad de sacrificarse por el Bien Común, que es el nombre con que a las masas se les hace nombrar al Beneficio Privado. Y ya se sabe que si a esos encantadores ancianos se les priva de ese sacrificio pues se creen que se les hace de menos y se les margina, que lo acaba de decir la cumbre sobre el envejecimiento de la ONU. Y claro, se deprimen y luego los Ministros se preocupan y ya está bien que tienen otras cosas que atender. Pues hay que retrasar la edad de jubilación, ¡ah! y se acabaron las prejubilaciones, solo faltaría.

El panorama que se le presenta a la clase trabajadora, más de la mitad de la población, no será mejor que lo vivido hasta ahora. También sufrirán un empeoramiento de su nivel de vida las clases medias. Aquí los que como consecuencia saldrán ganando serán esos cuatro millones de explotadores y parásitos que constituyen la clase alta, los capitalistas del Estado Español.

Ellos son quienes se reparten la descomunal acumulación del Beneficio que se genera en las grandes empresas y la Banca en estrecha relación; son quienes reciben los más suculentos salarios en empresas, bancos y Administración Pública, y quienes se lucran con el fraude y la estafa, la corrupción política y las prebendas. Y encima son los beneficiarios de las rebajas de los impuestos de Sociedades y de la renta de las Personas Físicas, amén de las subvenciones de todo tipo a la actividad empresaria. Para esta clase es para quien legislan y gobiernan los políticos.

La CNT de Oviedo lamenta no poder disponer del propelente con la potencia adecuada para impulsar la acción de un insecticida, biológico claro está, que erradique esta plaga de parásitos y chupópteros que hoy se abate sobre Oviedo. No contamos con la implantación y el apoyo necesario y suficiente entre los trabajadores en las empresas para haberles obligado a reconsiderar el acogimiento que las Autoridades de esta "ciudad de congresos" les han brindado.

Una Huelga General en Oviedo durante los días de la cumbre les hubiera impedido celebrarla.

El combate contra el capitalismo comienza a tener posibilidades de victorias cuando se plantea sobre todo allí donde el Beneficio, el sustento de su existencia, se genera, es decir en las empresas donde se producen los bienes y los servicios que ellos convierten en mercancías, en "valores" del Mercado que cotizarán en el Mercado la Especulación de Valores.

Una HUELGA GENERAL INDEFINIDA sí es un arma de combate eficaz, y además una herramienta genuina de defensa en manos de la clase obrera. Elevar la conciencia y combatividad obrera es una tarea que un movimiento antiglobalización consecuente no debería dejar pendiente.

Las consabidas marchas y foros en que se agota y esteriliza el movimiento no son más que una caja de resonancia para partidos, sindicatos y organizaciones sociales del Sistema o recreación en la autocomplacencia para timoratos que no hacen más que aplazar y diferir un ataque en condiciones que nos libere al menos del derrotismo e impotencia en que este mismo planteamiento inoperante nos deja tras la evidencia de otra oportunidad frustrada.

No nos parece adecuado ese tono festivo, lúdico o divertido que algunos grupos se empeñan en darle a la respuesta antiglobalizadora de un tiempo a esta parte. No deja de ser otro escondite igualmente inoperante que yerra en su análisis. La globalización no es un circo, es una pesadilla. Las cumbres como esta no son brillantes espectáculos, sino un siniestro conciliábulo donde se teje un destino trágico para quienes en esta vida no cuentan con otro recurso que ofrecer a tal cuadrilla de indeseables su fuerza de trabajo a cambio de un salario, para la clase que agrupa a cuantos y cuantas han sufrido, sufren y sufrirán la misma humillación.

Para esa clase trabajadora, creadora de toda cuanta riqueza se produce y para la que a cambio solo se proyecta en la cumbre de la ignominia: más miseria, más angustia, más precariedad, mas accidentes en el trabajo, más obreros lisiados, más vidas cobradas por El Beneficio... y más desesperación.