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LA ENSEÑANZA DEL SISTEMA Un docente cenetista decía hace poco: "resulta curioso que cuando los trabajadores de otros ramos u oficios se reúnen en sus sindicatos para hablar de sus asuntos y conflictos no tratan de teorizar o de decidir y definir cómo será el futuro de su profesión. Pero, cuando los profesores nos reunimos, sí hablamos del futuro, hablamos de teoría pedagógica, hablamos de pedagogía libertaria, en el caso de la CNT. ¿Por qué?, porque es un asunto que tiene una fuerte carga ideológica." Cuando hablamos de enseñanza, hablamos de ideología y, se manifiestan las diferencias ideológicas que nos separan a unos y otros, incluso cuando se reduce la enseñanza a cifras, también obedece a una ideología determinada. El origen de las instituciones docentes, al menos desde la Edad Media, ha estado vinculado en este país a la Iglesia y al tipo de capitalismo que nace vinculado a la división del trabajo gremial y al establecimiento de un mercado donde los productos son simbólicos, por un lado y, por otro, materiales. Los vocablos educativos así nos lo recuerdan: Claustro, seminario, maestro, examen, comunidad educativa, etc., La enseñanza no resulta, pues, una manifestación más del eje de dominación, sino una estrategia fundamental para el mantenimiento de esta organización social. Incluso, cuando siglos más tarde la Ilustración, primero en Francia, impulsa el establecimiento de un Sistema Educativo Nacional lo hace porque la burguesía capitalista tiene claro que quiere controlar lo que el ciudadano ha de aprender, porque ese nuevo ciudadano en realidad es una persona que se ha desplazado desde el campo a los centros fabriles y para el manejo productivo de las máquinas, ha de ser adiestrado. Dicho de otro modo, en esa concepción, ser útil al sistema significaba ser educado conforme a unos objetivos nacionales, igual que, en otra concepción más primitiva, ser útil al sistema significaba impedir el acceso del pueblo al conocimiento . El primer paso consistió en permitir la enseñanza de la clase trabajadora, el segundo, en decidir lo que tenía que aprender y cómo y, el tercero, en obligarle a ello. Si, además de esta enseñanza formal, nos fijamos en la educación informal, observaremos que el cuarto paso ha sido mediatizar las ideas y las concepciones de la clase trabajadora desde unos mensajes ocultos en los medios de información, que llegan aprovechando que las defensas perceptivas están relajadas -porque piensa que no está siendo enseñado- en el tiempo de descanso de ese trabajador/a. Los contenidos de esa enseñanza formal son los que quiere la clase dominante y su intención es que fijemos la atención exclusivamente en ellos, y perdamos de vista su principal arma: el verdadero mensaje a aprender es la propia institución de enseñanza, como la idea de McLuhan acerca de que el medio es el mensaje, es decir, se pretende que aprendamos como modelo de estructura social el modelo de la institución de enseñanza. Llevar el debate a los contenidos o a las cifras es una tendencia característica de la "izquierda" política y un análisis fácil y superficial para quien no tiene la capacidad o el interés de ir más allá, porque coincide plenamente en el fondo. La derecha –inteligentemente- está mucho más interesada en asegurarse de que se aprende el sistema, por ello confunde con globos sonda y fuegos de artificio relativos a los contenidos de las humanidades, o a si hay que aumentar o disminuir las horas de filosofía o las de lengua, mientras mete la carga de profundidad hacia la modificación de la estructura del sistema educativo, hacia la estructura y funcionamiento de cada institución de enseñanza e incluso de la carrera docente. Y lo ha tenido muy fácil porque ha ido conectando con unos padres y madres, unos profesores y profesoras y unos/as estudiantes que básicamente coinciden en sus planteamientos estructurales y coinciden porque han sido educados precozmente para no cuestionar el autoritarismo, la jerarquización, la segregación, el utilitarismo, la división de funciones, la homogeneización, la pasividad, la delegación de funciones y decisiones, ...... Se encuentra todo esto natural e inevitable. Se encuentra inevitable el Sistema Nacional, se llama derecho a una obligación. Hoy casi existe la igualdad de oportunidades en la entrada en el sistema pero el sistema acaba con esa igualdad, siendo este el fracaso evidente de la LOGSE y de cualquier ley educativa como instrumento para compensar las desigualdades. Quienes, a pesar de las dificultades, consiguen superar las diferentes etapas educativas lo hacen dejando atrás su identidad de clase. Hace años se gritaba : ¡El hijo del obrero a la universidad! , sí, pero deja de serlo cuando termina, siendo una pieza más del sistema e identificándose con los objetivos de la clase minoritaria dominante, aunque él/ella, pobres diablos, nunca serán del club, excepto que sean inusualmente insustituibles. La izquierda heredera del republicanismo ha fracasado con su idea de que la escuela igualaría las diferencias sin necesidad de una revolución y no puede hacer otra cosa que marearse entre matices dentro de las leyes y los programas, sin enfrentarse a la realidad. Hay una alternativa pedagógica libertaria que, en resumen, condensa lo opuesto a los principios de lo aquí expuesto y que se materializa en determinadas experiencias pedagógicas muy extendidas, a veces, minoritarias, otras veces. Siempre hay alguien con la capacidad de ayudarnos a descubrir o aprender lo que nos interesa o necesitamos saber, pero no siempre es la misma persona, tiene nuestro respeto y la autoridad porque es un humano que puede ayudarnos y nosotros deseamos que lo haga. A veces somos quien aprende, a veces quien enseña, pero siempre nos encontramos cuando hay la voluntad de enseñar y de aprender. Esos principios de la pedagogía libertaria parten de un diferente concepto de la autoridad, de la organización y el orden, así como de una no división de los distintos roles en los procesos enseñanza-aprendizaje. Los principios pedagógicos libertarios no son más que la consecuencia lógica del conocimiento de la naturaleza humana y el respeto de su diversidad y de la reflexión sobre cómo se produce el aprendizaje en un contexto social. A diferencia del Sistema educativo, la educación basada en los principios libertarios sí que es una herramienta de transformación y de revolución. Sin embargo, no podemos olvidar que existe ese Sistema Educativo y que, junto con la educación no formal de los medios de información, su principal "beneficiario" es la clase trabajadora siendo un obstáculo importante para la toma de conciencia de clase imprescindible para lucha social y es por ello, por lo que nos tenemos que ocupar de llevar nuestra alternativa allí donde trabajadores/as de la enseñanza, hijos/hijas de trabajadores y padres y madres trabajadores tenemos relación con esta estructura. Los cambios de estructura de nuestro Sistema Educativo Nacional van dirigidos a excluir a los que no se adapten, sancionándoles con la no titulación, van dirigidos a consagrar la división entre trabajo manual e intelectual, al establecer un itinerario en la obligatoria conducente a la Formación Profesional -como si hubiera algún itinerario que pudiera servir de base lo mismo a un auxiliar de enfermería que a un electrónico-, va a separar a los inmigrantes, va a endurecer el régimen disciplinario de los centros, le va a dar más poder al director, va a quitar competencias al consejo, se ponen más exámenes y repeticiones en las enseñanzas generales para seleccionar quién llega a universitario y, curiosamente, se van a medio quitar los requisitos académicos para entrar en FP, se va a considerar al ciclo 0-3 años no como educativo, sino como asistencial (antiguas guarderías laborales, abiertas 12 horas), la educación infantil se enfoca de nuevo como pre-escolar abandonando el desarrollo integral y volviendo a priorizar prematuramente la lectoescritura y el cálculo, ...... es decir, se vuelve al sistema del 70, aunque, en realidad, nunca había sido dejado, por imposibilidad de llevar a la práctica los principios de psicologistas que inspiraron la anterior reforma, al ser incompatibles con una regulación nacional homogeneizadora y unos presupuestos precarios de la institución educativa, además de la falta de formación y de voluntad de cambio de una gran parte de los docentes. Seguramente, no vamos a revolucionar nada oponiéndonos a lo que no nos gusta del Sistema Educativo y dando nuestra alternativa, pero estaremos haciendo algo por impedir que el rodillo del sistema pase impunemente por nuestra conciencia de clase y de autoorganización. Si el sistema de enseñanza es la enseñanza del sistema, nos corresponde ser inteligentes y dar todos los giros favorables que podamos en nuestra práctica cotidiana como estudiantes-trabajadores, padres-madres trabajadores, trabajadores/as de la enseñanza, como anarcosindicalistas, en definitiva. El medio es el mensaje, no se nos olvide.
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