Extraordinarias
        muestras de felicidad se han producido en toda la población al
        constatar que el senado norteamericano aprobó asociarse con Chile
        mediante un tratado económico y comercial denominado ALCA, que por
        ahora se llama Acuerdo de Libre Comercio con América, pero que, cuando
        los demás países vecinos se integren y "sufran sus
        bondades", pasará a llamarse América Latina, la CAgaste.
        Pero mientras tanto, gocemos con la
        ingenuidad de los gringos, que, al abrirnos inocentemente las puertas de
        un mercado cien veces más grande que el nuestro, verán destrozada su
        economía y seguramente hasta cambiarán sus hábitos alimenticios y
        también su cultura, invadidos por los cientos y miles de productos
        chilenos que entrarán en el mercado estadounidense, arruinando miles y
        miles de empresas y creando millones de parados por causa de unos
        indignos gobernantes que se han entregado mansamente al imperialismo
        económico chileno. Si esto suena raro, es cosa de ver, nomás, como
        aquí en la población "Palito Ortega", vecina distinguida de
        las "Termas del Zanjón", se preparan para exportar al país
        del norte miles y miles de sánguches de potito, que serán la delicia
        de los asistentes a los juegos de la NBA y de la liga mundial (juegan
        solos) de béisbol. Por si esto fuera poco, ya existen pedidos para
        inundar el mercado norteamericano de chicharrones, donde este producto
        se cotiza a cinco dólares el medio kilo, y se comen con leche, pues son
        un necesario complemento alimenticio a la hora del desayuno. Pero no
        sólo eso, ya que hay un pedido enorme de cuchuflís y barquillos, que
        ahora penetrarán en el mercado norteamericano sin mayores problemas
        debido a los nulos aranceles y a la avidez consumista de los habitantes
        del país del norte.
        En un área menos tradicional y para
        combatir el aburrimiento de conducir por las planas y bien asfaltadas
        carreteras y calles de esa nación, provocando incluso depresión y
        estrés en los aburridos conductores rubios y de otros colores, se
        exportará una primera partida de hoyos, peraltes, resaltes, lomos de
        toro, señales equivocadas y similares accesorios tan atractivos y
        emocionantes en nuestras calles y carreteras, los cuales serán
        repartidos en forma aleatoria en los estados, ciudades, pueblos, calles
        y carreteras norteamericanas, logrando con ello una conducción
        deliciosa, aventurera y tan entretenida, que divertirá ¡como locos! a
        los gringos. Siempre en el área del la entretenimiento, se han
        solicitado todos los videos de los debates electorales, que pasarán a
        la historia de las maravillas mundiales por su capacidad de absorber
        hasta el límite de la abstracción total a los televidentes que han
        tenido el privilegio de disfrutarlos, con sus propuestas tan novedosas
        (¡ninguna!), tan originales (¡ninguna!), tan atractivas (idem), con
        soluciones (cero absoluto) a todos los problemas que aporta el
        neoliberalismo al 95% de los chilenos. Seguramente este material se
        pagará a precio de oro y ojalá que los canales de televisión guarden
        unas copias para, así, no desprendernos de este valioso patrimonio
        cultural, donde se habla tanta idiotez disfrazada de conocimiento y
        preparación.
        Además y para desgracia de
        "nuestros socios", los empresarios chilenos se preparan para
        instalar sus enormes estructuras productivas en todos los estados que
        conforman aquel diminuto país, aburridos del encarecimiento de la mano
        de obra chilena, producto de la reforma laboral. Allá en Estados
        Unidos, gracias al ALCA, gozarán de todos los privilegios empresariales
        que ese país ofrece, creando miles y miles de empleos a 100 lucas para,
        después, mandarnos sus productos importados y además encima caros. No
        será raro encontrar en el supermercado (el que pueda ir, obvio) pollos
        Ariztía Made In EE.UU., 60% carne, 35% plástico y 5% excipientes y
        colorantes autorizados por la Ley Federal del Estado de Minessota.
        A propósito de minas, no olvidar que
        el indio pícaro ya se produce en serie para honor y gloria de su
        nombre. Se espera que haga furor entre los visitantes del Gran Cañón.
        Mi perro Horacio, todavía instalado
        frente a su computador personal viendo las cifras electorales, no tiene
        tiempo para análisis ni estudios económicos pero, de paso opina que
        estos tratados, tal como ha sucedido en México, sólo empobrecen al
        país pequeño que no tiene ventajas competitivas frente a economías
        desarrolladas que terminan tragándose a economías minúsculas como la
        nuestra, generando así paro, pobreza y desmejoramiento absoluto de la
        calidad de vida. De lo contrario, ¿cómo se explica que, con un aumento
        del 55% de la inversión extranjera en el 2001 con respecto al 2000, el
        paro siga en aumento?. Horacio, mi perro, opina que OTRO CHILE ES
        POSIBLE, pero que para eso, hay que desenmascarar a tanto mentiroso que
        todavía cree que éste es un país de puros tarados, y seguir sumando
        con la verdadera izquierda, esa que, paso a paso, empieza a aglutinar
        nuevos sectores para llegar a convertirse en una verdadera alternativa a
        los empleados administrativos del gran capital y de la globalización.