Las Empresas de Trabajo Temporal (ETTs)
ubicadas en Euskalherría controlan el doble del mercado laboral que en
el conjunto del Estado español. Así se desprende de los datos
aportados durante este mes por la Asociación de Grandes Empresas de
Trabajo temporal (AGETT) que agrupa a ADECO, ALTA GESTIÓN, FLEXIPLAN,
PEOPLE, RANDSTAD y VEDIOR. La citada AGETT representa el 60% del mercado
de las ETTs. Durante el primer semestre del año, se formalizaron, a
través de este tipo de empresas, el 21,34% de los contratos firmados en
esta zona, frente al 11,6% de los firmados en el conjunto del Estado
español.
Durante los, más o menos, siete años
que llevan de vida legal las ETTs, éstas se han convertido en los
adalides de la precariedad y de la temporalidad. Y es que, aunque su
razón de ser sea precisamente la flexibilidad y la temporalidad de la
relación laboral como su propio nombre indica, su actividad ha hecho
estragos en la estabilidad del empleo.
A pesar de ello, hay quien rinde
pleitesía a las ETTs y manifiesta un profundo agradecimiento a este
tipo de estafadores. No hace mucho, leíamos una entrevista realizada a
una persona que trabaja en un botiquín de una fábrica del Sector del
Metal. "Si no fuera por la ETT -opinaba - ahora podría seguir en
la calle buscando un puesto de trabajo". Su complacencia hacia las
ETTs venía motivada porque, gracias a una de ellas, comenzó a trabajar
y, tras innumerables contratos, la empresa usuaria decidió prescindir
de los servicios de la ETT y ofreció directamente un contrato al
trabajador, por lo cual éste consideraba que su paso por la ETT había
sido el detonante de su bienestar actual.
Afirmar el reconocimiento hacia una
ETT porque la empresa usuaria decida realizar la contratación
directamente demuestra desconocer cuál es la esencia de las ETTs y la
carencia ideológica, en su plano más crítico, de quien formula tal
afirmación. Una ETT es la versión informatizada del caciquismo: el
cacique (empresa usuaria) pide a su capataz lameculos (ETT) un número
determinado de trabajadores que se encuentran esperando en la plaza del
pueblo (base de datos de la ETT). Únicamente cambia el decorado, las
palabras, pero la equivalencia es aplastante.
Tomado de Aquí Mando Yo, nº 11, pág. 3