Buzón Libertario |
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Martín Sagrera, religiólogo |
Sobre integración y otras yerbas Víctor López |
El cinismo o el gran engaño Luis Agudo Horrillo A hora que ha habido un ataque terrorista en pleno corazón de los Estados Unidos de América, no en toda América , sino en parte de ella.(Aclaro esto porque la prensa lo mezcla intencionadamente).Se dice que el gran culpable es el terrorista Bin Landen y se obvia que ese mismo sujeto es un terrorista que fue apoyado y armado por los mismos que ahora reciben el acto terrorista que han fomentado en su propio territorio, ¿Es que acaso como eran Rusos los que mataban, no pasaba nada? ¿Es que acaso los muertos Estadounidenses valen más que los muertos de otra nacionalidad? ¿Hasta para morirse hay clases? Se habla mucho de la civilización Occidental y que el resto del planeta es una horda de salvajismo y barbarie y yo me pregunto: ¿Es civilización cuando sólo se piensa en vengarse destrozando un país ya de por sí bastante destrozado, en derramamiento de sangre inocente y no en justicia? ¿Se ha detenido a algún alto cargo de la CIA por ayudar a Bin Landen, Pinochet, Videla y así seguiría la lista hasta el infinito? En todo lo leído hasta ahora se da por descontado que ha sido Bin Laden el causante de toda esta desgracia, cuando había que mirar quién ha sido el gran beneficiario , por mucho que no lo digan el gran beneficiario es Israel: 1º Se deja de hablar de ellos y de su política de aparheid con el pueblo Palestino en particular y árabe en general. 2º Se ha dicho por activa y pasiva que detrás de estos atentados debían de haber un Estado y su servicios secretos. 3º Los Estadounidenses se jactan que sus servicios de seguridad son los mejores y se ha demostrado que eso no es cierto, que hay otro que es bastante mejor que ellos(MOSSAD) y no se jactan de ello. Tanto escudo antimisiles y armas, ¿para qué?,con los miles de millones que valen se erradicaría el hambre, las grandes hambrunas, migraciones, etcétera... Luis Agudo Horrillo |
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Martín Sagrera, religiólogo "O bserva, no huele" decía un cínico emperador romano, colocando ante la nariz de un crítico la moneda de plata obtenida con el abusivo impuesto que debían pagar quienes necesitaban defecar. Pero ¡claro que el dinero huele, e incluso apesta, cuando se hace mal uso de él, excepto para los sinvergüenzas que lo manipulan! Huele a miseria, como tantas industrias y comercio alimentario injustos; a sangre, como gran parte del comercio de armas; a veneno, corno el tráfico de tabaco y otras drogas; a enfermedad, como los increíbles enjuagues de las multinacionales farmacéuticas: apesta incluso a las centenares de millones de muertes que cada año acaban produciendo esas y otras especulaciones financieras.Sin embargo, imitando a ese emperador romano, el clero ha intentado también rechazar las críticas recibidas cuando se ha destapado su participación en las especulaciones financieras de Gescartera, diciendo que, por el contrario, deberían felicitarle por ser tan listo y "hacer como los demás", por lo que, contraataca, sería hipócrita censurarlo. Pero ¿cabe mayor proyección freudiana, mayor hipocresía, que argumentar así, cuando el clero saca precisamente ese dinero a los demás con la excusa de que sus miembros son distintos y mejores ("con información privilegiada del cielo"), y de que van a ayudar mejor a los injustamente marginados por el sistema? ¿Y cuando tienen el impudor de competir -recuérdese la historia del 0,52 del IRPF- hasta con aquellas ONGs que, ellas sí, se preocupan por un comercio justo, por inversiones éticas? El fuerte rechazo popular a tanto fariseísmo está más justificado aún por cuanto que esos miles de millones de especulación eclesiástica que hoy se descubren no han sido sólo producto del engaño a donantes voluntarios, sino que procede de los centenares y aun miles de millones de pesetas que, directa o indirectamente, con las más variopintas "razones". las administraciones regionales o estatales nos sacan cada año a la fuerza a todos cada año para darlas, por cobardía o compadrazgo, a la Iglesia católica. Injusta violación de nuestro bolsillo y de nuestra conciencia, triste herencia del franquismo y directamente contraria a la Constitución, que una vez más pone sobre el tapete ese tan apestoso dinero de Gescartera, recordándonos la necesidad de que termine ese abuso y de que se nos indemnice por tan injusto, enorme y continuado expolio, desvergonzada mente ejercido bajo manto de moral y de religión. Martín Sagrera, religiólogo |
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Sobre integración y otras yerbas Víctor López En aquesta terra mallorquina, parece estar de moda un término "poción mágica" llamado integración. Si tuviera que hacer un trabajo para una enciclopedia (algo totalmente irreal, pues sería la primera vez en la historia que un fontanero trabajara para una enciclopedia), definiría el término integración como el esfuerzo por parte de un estado (autonómico en este caso) para que grupos humanos desplazados a este, renieguen de su identidad cultural y asuman como suya la de esta nación. Poco importa que en Andalucía se coma aliño, ahora tienes que defender el trembó, está más rico que el aliño, aunque este sea lo mismo pero con pepino. Otro tema, aunque muy unido, es el idioma. Mallorca es una ciudad bilingüe. Tratemos de no usar el mallorquí para excluir, si me interesa que el foraster se entere hablo castellano, si no, hablo mallorquí. Como anécdota de lo que digo, vivo en un barrio que como yo el 90 % de los vecinos on inmigrantes, pues bien. Fuimos a matricular al niño al instituto y nos dieron todos los formularios en catalá, pero cual fue nuestra sorpresa, cuando al leer la parte correspondiente al ingreso bancario vemos que está escrito en castellano. Como llibertaris, tendríamos que estar contra todo lo que venga del estado, como dijo Moncho Alpuente en una conferencia sobre el tabaco "si el estado se preocupa por tu salud, viva la enfermedad". Palabras como integración y normalización lingüística, deberían estar desterradas del nostre vocabulari, en su lugar deberían florecer términos como mestizaje, respeto a lo diferente, cultura popular... Por último recordar que a los judíos y musulmanes los expulsaron de España por no integrarse. Espero que por este artículo, algunos/as no me compren un billete para el "Barco de rejas". Salud e internacionalismo, un ciudadano del mundo. Víctor López |