El martes 19 de junio murió Mario Deiana. Los mass-media dicen que se tiró al tren. Lo que sería el epílogo de una historia más que extraña, iniciada el domingo precedente con la noticia de un incendio en un vagón del eurostar.

La reconstrucción de los hechos por parte de los esbirros y los periodistas, quiere dar a entender que Mario era un activista loco que quería causar una masacre y que, como "lógica" consecuencia de su gesto, se haya suicidado después, como algún periódico ya había "profetizado". Para ell@s, no había otro final posible en esta historia, el loco tenía que desaparecer. Había que liberar a la sociedad de su presencia peligrosa. Así que lo mejor era un suicidio. De este modo, se ahorra a los esbirros, jueces y asistentes sociales de eliminarlo legalmente entre los muros de una cárcel o de un hospital psiquiátrico.

Entre otras cosas se ha dicho y escrito que Mario tenía relaciones con los anarquistas y que de éstos habría sido alejado a golpes: ningún/a anarquista ha echado jamás a Mario. Algun@s de nosotr@s lo recordamos en la luchas por las ocupaciones (verdaderas!) de casas en Bolonia. L@s que no tuvieron la ocasión de ello se sienten, en cualquier manera, solidari@s con su historia, cercan@s a sus sentimientos de rebelión, indignados por cómo ha sido instrumentalizado todo el tema por esa parte de la sociedad que él odiaba. Por esto hemos querido pronunciarnos también nosotr@s acerca de lo sucedido, simplemente para no dejar el hecho y su nombre en las sucias garras de sus enemigos, que son los enemigos de todo aquel que ame la libertad y que se niegue a consolidar su nicho en una sociedad-cárcel.

Individualidades anarquistas

¡¡¡EL ESTADO DE DERECHO ES ASI !!!