Globalización es todo
S.P. del Comité Nacional
Este verano la globalización ha estado en los titulares. Los primeros aparecieron en junio por la desconvocada cumbre de Barcelona y siguió en julio con la cumbre en Génova del G-8. La globalización económica no es un fenómeno nuevo y la lucha contra la misma, tampoco lo es y la existencia de organizaciones centenarias como la AIT así lo demuestran. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué es noticia?
El poder económico nunca ha conocido fronteras, pero es ahora cuando grupos que se sentían seguros en los sistemas nacionales "democráticos" del primer mundo, se dan cuenta de que están desbordadas sus vías de control y supervisión y que, de hecho, son el simple decorado local de una función mundial.
Es característico de los habitantes del primer mundo que una vez satisfechas sus necesidades se permitan volver la vista hacia esos otros humanos que viven o, mas bien, mueren en la miseria, no ajena a ella, la inmigración en nuestro suelo nos obliga a torcer el cuello. La dinámica del poder económico globalizado ya sabemos que profundiza la diferencia entre ricos y pobres y lo único que dicho poder está dispuesto a hacer es tomar las medidas oportunas para que la antiestética miseria no afee su panorámica.
Con estas consideraciones, la diversidad de las personas y grupos que se pueden identificar con el movimiento contra la globalización está servida: cristianos, comunistas, .... Hablando de comunistas autoritarios, los movimientos contra la globalización les dan la oportunidad de levantar la cabeza en alguna dirección tras la crisis del fracaso de su sistema, simbolizada en la caída del Muro de Berlín y por ello, porque no tienen ninguna otra reivindicación, ni ninguna otra propuesta que plantear, los partidos comunistas han visto el cielo abierto y están apoyando masivamente, sobre todo en países como Italia, las movilizaciones antiglobalización.
Evidentemente, después de las amplias movilizaciones con ocasión de las "cumbres" ya no se sostiene la tesis de que los movimientos antiglobalización están integrados por simples elementos marginales. Ahora, la única oportunidad para desacreditar estos movimientos procede de la tan traída y llevada violencia y cuando se menciona esta palabra, es casi seguro que a menos de una línea de distancia aparezca otra palabra: "anarquista".
La violencia ¿De quién? ¿La de provocadores disfrazados de manifestantes o la de los asesinos pagados por los estados?.
Los recientes hechos de Gotemburgo, Barcelona o Génova dan que pensar, especialmente, cuando los poderes mediáticos y fácticos acusan a los anarquistas de provocar la violencia y hay incautos próximos a nuestros medios que realmente piensan que es cierto.
Desde hace tiempo muchas organizaciones en el seno de estos movimientos en los que participan organizaciones del Movimiento Libertario, desean que los libertarios constituyan en las convocatorias un sector aparte: Nosotros somos los buenos, y ésos, los malos. Por el número de detenidos y heridos podemos saber quién es quién en estas refriegas.
La cara positiva de estos sucesos es que el poder se presenta en estado químicamente puro y cada vez más gente cree lo que decimos desde hace siglos, porque lo padecemos hace mucho: es una suerte que cámaras hayan podido captar a "radicales" o "anarquistas violentos" encapuchados haciendo pintadas y rompiendo escaparates a sus anchas y luego, a estos mismos deteniendo y maltratando a los anti-globalización. Hay que tomarlo en cuenta.
Siendo un movimiento tan diverso ¿Cuál es su modelo social? Y ahí viene el problema, todos en contra de ...., pero a favor de ¿qué?.
El anarquismo y el anarcosindicalismo sí tienen una alternativa a lo que ahora se combate. Está desenfocado cualquier punto de vista que considere que la lucha antiglobalización económica está frente a los símbolos de ella, la globalización sería lo mismo aunque no hubiera cumbres y, entonces ¿Qué se haría?.
A los prepotentes del G-8 les da igual lo de Génova, lo que no les da igual es la pérdida de beneficios o de influencia y para ello cada segundo se libran pequeñas batallas en las que los trabajadores y trabajadoras son la tropa, la carne de cañón, aunque bien podrían desempeñar otro papel, para eso están las asociaciones de trabajadores, cuando no están "compradas". Eso resulta más duro, pero es más efectivo, es un trabajo sólido a largo plazo.
El problema se SINTEL no es más que una de esas batallitas de la globalización. A estas alturas todo el mundo sabe el origen del mismo. Los objetivos que se trazaron los trabajadores/as de SINTEL eran primero reflotar la empresa, o lo que es lo mismo, conseguir un socio que se hiciera cargo del pasivo o, reingresar en Telefónica. Y ¿qué es lo que han conseguido?
1º : Bajas incentivadas de las que se desconocen las condiciones, con bastantes interrogantes: tendrían que hacer convenios especiales individuales con la SS ya que, por otro lado, los expedientes de regulación suman los 1756 trabajadores de la empresa, se trata de quiebra y es incompatible con las bajas incentivadas.
2º: Se pretenden crear 800 o 1000 puestos en 5 empresas, que trabajan con Telefónica, imposible concretar las condiciones, tampoco, y ello si Telefónica insiste lo suficiente a sus subcontratas.
A tal efecto, se ha creado una asociación ubicada en una sede de CCOO (¡!), cuya Comisión Ejecutiva es un calco del Comité de Empresa (4 CCOO, 2 UGT, 1 CIGA), aunque está previsto, ya se verá, que se incorporen miembros elegidos por los Comités de Zona. Se dan un plazo de 3 años para hacer toda la gestión con los fondos que en septiembre recibirán de las 11 nóminas con un crédito del BBVA, adelanto del FOGASA, para lo cual los/las trabajadores tendrán que hacer un poder a la Comisión. Tienen dos años de prestación por desempleo.
Ni las recolocaciones, ni la categoría, ni el tipo de contrato, ni la antigüedad están seguras, también se verá. Pretenden que sean lo más próximas a su localidad. Esperemos y estemos alerta para que no se haga tráfico de influencias en estos temas según del sindicato que se sea.
La Fiscalía Anticorrupción nunca llegará al fondo de las irregularidades en las personas en los contratos de traspaso de SINTEL y en las personas que los firmaron, porque para ello tendrían que llamar a miembros del PP y del PSOE. No se ha condenado a nadie, sólo se ha condonado la deuda con la SS y Hacienda (pagamos todos/as).
En seis meses de lucha por la subsistencia contra las consecuencias que ha tenido para ellos/as la globalización económica, se ha pagado un elevado coste: infartos, siete fallecidos, siete suicidios, crisis familiares, secuelas psicológicas...., pero también ha habido capacidad de persuasión a la opinión pública, valor, conciencia y apoyo mutuo y mucho agradecimiento a todos los/las que habéis colaborado con la Sección Sindical de CNT en SINTEL, sin ello ¿Cómo habría terminado?
Anti-globalización económica y globalización asociativa día a día es todo, es mucho.