Nuevo caso de tortura

Francisco J. Ávila vive un nuevo episodio de torturas en Foncalent



Toda esa noche estuve colgado por cadenas en las muñecas Francisco Javier Ávila Campos acaba de ser trasladado de la cárcel alicantina de Foncalent al centro de Dueñas, Palencia. De allí, según palabras de un compañero preso, llegó hecho una pena, todo lleno de hematomas y con las marcas de las cadenas de las que lo colgaron. El propio interno agredido lo relata en el siguiente comunicado: Salud compañer@s: Me llamo Francisco Javier Ávila Campos y el día 3-12-02 fui trasladado al Centro Penitenciario de Alicante1 Foncalent. Desde el primer día en el que ingresé en dicha cárcel ya fui sancionado por represalias, por tener varios autos judiciales del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ganados, por malos tratos vejatorios.

Pese a todo fui denunciado. Me quejé del trato vejatorio al Director de esta cárcel, así como al Subdirector de Seguridad y hasta a la Oficina de Régimen y Tratamiento. Tod@s en complot me denegaban audiencias verbales con: jurista, asistenta social, educador, etc. Nadie se dignó contestarme, ni siquiera por escrito.

Un día, 21-02-03, se volvió a suspender mi juicio, el cual es contra el Centro Penitenciario, que me acusa de agredir a un supuesto profesional médico, así como a varios carceleros. A mi marcha de esta cárcel de Alicante 1, el día 28-2-03, a las 7 hs. fui atacado por unos 15 carceleros que me torturaron con porras y a patadas, a la vez que me decían ¡esto es por denunciar a nuestros compañeros!. De estas torturas tengo un parte médico que me hizo un médico del Centro Penitenciario de preventivos de Valencia.

Todo esto ya está en conocimiento de Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Guardia de Alicante, así como del robo de mi casete.

Pero esto no fue todo, ya que un día antes, el 26-2-03 en el CP de Alicante 1 Foncalent estuve esposado, no de la forma habitual, de pies y manos. No. De unas cadenas que tienen en la enfermería del CP de Alicante, y toda esa noche estuve colgado por cadenas en las muñecas, que se me clavaban en la carne. Era insoportable. Y como si fuese esto poco, cada tres o cuatro horas venían verdugos a golpearme con porras y patadas y puñetazos. Esto todo ya está también en conocimiento del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y de Guardia.

Yo desperté inconsciente camino al CP Picasent Preventivos. ¿Y todas mis pertenencias? Cuatro chándales, dos pares de deportivas, etc. Ahora ¿alguien las reclama? Si ni siquiera me dieron resguardos.

Compañer@s, esto pasa en las cárceles a tod@s l@s que exigimos nuestros derechos y dignidad.

L@s verdugos del Estado nos dan este trato a l@s prisioner@s rebeldes, con la excusa de que somos peligros@s y hay que reducirnos para someternos. ¡Y una mierda! Aquí l@s únic@s peligros@s son ell@s.

Verdugos que, en su mayoría, si un psiquiatra los viera los ingresaría en un psiquiátrico, a est@s honrad@s trabajador@s estatales. Nosotr@s prisioner@s rebeldes, somos un peligro por tener conciencia social natural, por poseer dignidad y lealtad: principios. ¡Somos personas! Por mucho que a esta banda de verdugos estatales les joda.

Exigimos: respeto-dignidad-justicia. Amor y rabia.

Ni Fies Ni Dispersión Ni enfermos en prisión.

Centro carcelario de Dueñas. Mº 15-3G. Aislamiento. 19-2-03

Arriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!