La guerra se inicia

Isaac Bigio

 

La guerra empezó con un sorpresivo bombardeo sobre Bagdad que aparentemente tuvo el fin de asesinar a Hussein. El fracaso en esa misión ha llevado a un conflicto que ha de ser más prolongado que el inicialmente previsto por los aliados. Bagdad ha sido fuertemente atacada y choques se han producido en la frontera sur. Los atacados han respondido con mísiles sobre Kuwait.

La estrategia anglo-americana es presentar un tremendo poderío anhelando demostrar a los iraquíes que toda resistencia es inútil. Su objetivo es dividir a las FFAA sitiadas y presionar a masivas deserciones. Hasta la fecha eso no está dando y tampoco se ha demostrado que Hussein tenga o esté usando gases.

La prensa británica ha revelado un contrato para la reconstrucción post-bélica de Irak, el mismo que estaría más a cargo de US Aid que de Naciones Unidas, y que pasa por la privatización de las principales empresas para ser licitadas a multinacionales. Este plan implica un radical cambio de estructura en una economía basada en una fuerte intervención estatal y con limitada presencia de capitales anglo-americanos.

Para los críticos de Blair y Bush ello demuestra que esta no es una guerra contra armas de destrucción masivas de Irak sino con el objetivo de apoderarse de la economía de un país rico en recursos naturales y que puede ser un puente a toda la región. Robin Cook, líder de la cámara de los comunes, renunciando al gabinete británico sostuvo que Bagdad carece de dichas armas.

Para quienes apuntalan la ofensiva militar se está mostrando la seriedad de la administración estadounidense que apunta a evitar una masiva destrucción de Irak y, mas bien, se busca reconstruirlo como un modelo de economía abierta que sirva de polo para todo el medio oriente.

Contrariamente a las iniciales ilusiones de que Hussein podría renunciar o si no desmoronarse, él ha respondido con tono desafiante, llamando a una guerra en otros rincones del mundo, apelando a la rebelión de los pueblos árabes e islámicos y advirtiendo que los intentos de EEUU de adueñarse del mundo serán contenidos en Irak.

Su estrategia se basa en obligar a las tropas ocupantes a ir al combate cuerpo a cuerpo en el terreno nativo iraquí. Bin Laden planteó resistir con guerras prolongadas de trincheras y promoviendo actos de terror en occidente. Generales norteamericanos temen que Hussein presione a los soldados ocupantes a combates urbanos como los que produjeron bajas y descrédito cuando el Pentágono entró en Mogadishu. Un mayor temor radica en que Bagdad se transforme en un Stalingrado. El cálculo de Hussein consiste en resistir lo más que pueda apelando a la opinión pública oriental y occidental, mostrando imágenes de civiles muertos y propinando sustantivas bajas en los invasores. Con ello podría generar crisis internacionales.

Si Blair no logra una victoria rápida y poco sangrienta corre el riesgo de poder ser desplazado del poder. El martes se produjo la mayor rebelión parlamentaria de un partido oficialista en la historia británica. Más de un tercio de la bancada laborista votó contra la guerra y este partido pasa por la mayor crisis en siete décadas. Todos los días se producen marchas callejeras y llama la atención la constante presencia de escolares.

Cientos de miles ya han salido a protestar en Europea y para hoy (viernes) se espera una huelga conjunta anti-guerra en varios países de la Unión Europea.

Bush y Blair están seguros que su triunfo será inevitable y eso les terminará revitalizando interna e internacionalmente. Ahora ellos están jugando a pedir la unidad nacional interna llamando a los iniciales oponentes a la guerra a alinearse tras los soldados en combate. También están pidiendo a Francia, Rusia y Alemania que les den sostén crítico como requisito para invitarles a invertir en la reconstrucción iraquí y en los nuevos negocios que se producirán en el medio oriente post-confrontación.

La guerra mostrará un choque de intereses. Bush quiere una victoria pronta y completa que le permita reorganizar al medio oriente debilitando a Siria e Irán, liberalizando la península árabe, apaciguando palestina a costa de dar alguna forma de soberanía limitada y creando un orden regional liberal. Las 4 potencias continentales euro-asiáticas temen que una hiper-potencia acabe dictando sus condiciones a todo el mundo y buscarán servir como eventuales mediadores para poder detener la guerra o reflotar a un Irak post-Hussein.

Hussein buscará sobrevivir incentivando divisiones internas en las potencias atacantes y entre las potencias. Un factor que debe ser tomado en cuenta es la ola de protestas masivas que está sacudiendo al mundo industrializado y que podría coartar acciones militares y eventualmente minar a varios de los gobiernos atacantes.

 Arriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!