LAS FRESAS DE ORO

Nos encontramos ante uno de los casos más sangrantes de la cultura del pelotazo (el enriquecimiento rápido y a cuenta de lo que sea), la siembra de primor en esta Nueva California de Andalucía, en la que los siervos de la gleba se han convertido en negreros.

 

Si se repasan las hemerotecas de hace treinta años hasta la fecha se llegará a una conclusión que podría resumirse en una sola palabra: MAFIA (corrupción sistemática). Se privatizan las ganancias y se socializan supuestas pérdidas. En el plazo de unos meses, hablamos de este año, se exigen ayudas por la sequía, por la mano de obra, la pérdida de valor crematístico en los mercados dada la oferta excesiva de fresas (que ya dan menos oro, pero dan.) Manifestaciones lacrimosas; están dispuestos a ir Madrid para que se agilice el pago de ayudas al sector. Y, mientras, no tienen reparo alguno en destruir de catorce a dieciséis millones de kilos (productos congelados de la cosecha del año anterior para más INRI y que tienen la cara de presentar como producción de éste para recibir la subvención correspondiente) porque les reporta unos beneficios menores de los esperados. Es su mejor semblanza, hacerse víctimas de todo para obtener pingües beneficios. Hace unos quince años dimitió como gestor de una cooperativa de fresas José María Tejero (tecnócrata del Opus De¡), alegando que quién le metía en la cabeza a los campesinos -cabría un adjetivo denigrante- que la salvación estaba en ocupar menos superficie de regadío y un control directo de su comercialización. Hay campo para extenderse en este punto y sobre todo en los efectos negativos de dicha actividad agrícola. Resumamos brevemente:

 

Estos nuevos ricos, productores y especuladores, señoritos o señores feudales de nuevo cuño, esclavistas, mafiosos, han hecho y hacen lo que les sale de los cojones, hablando pronto y bien, hasta que no se les ponga coto. Los efectos de sus cultivos están a la vista, como así sus actuaciones corruptas, con la aquiescencia de los políticos (sembradores de votos electorales); amenazan "con medidas drásticas" por la falta de trabajadores y por el método de las inspecciones de trabajo en el recorrido de funcionarios por las fincas; explotación del hombre por el hombre, en su forma más descarnada, y de las mujeres en las cooperativas (hace unos días proclamaron que estaban luchando por contratar legalmente); los sindicatos oficiales dorando la píldora, proliferación de chabolas entre los tajos ... etc. Arrasan y deterioran irreversiblemente el entorno (deforestación incontrolada, bosques que desaparecen en una noche, explotación ¡legal e intensiva de aguas subterráneas, uso de pesticidas y venenos no autorizados ... ) Chalaneos de las subvenciones comunitarias (hasta que se den cuenta de la picaresca, como ya se ha dado en el lino y otros.) Donaciones y condonaciones del estado, exenciones fiscales, rebajas del precio del gasóleo (en cierto pueblo solicitaron la exención del pago del impuesto de circulación de sus vehículos y otras nimiedades.) Estampas típicas y alegóricas: el alcalde de Cartaya afirmando que en su pueblo se seguiría usando el bromuro de metilo (fungicida tóxico en moratoria por parte de la UE) pese a quien pese; dos señoritos de la fresa jugando al fútbol con un fajo de billetes de un millón de pesetas a la puerta de un bar, y otras anécdotas verdaderas que definen las mentalidades de estos patanes (habrá sus excepciones) que fueron en su mayoría emigrantes (Alemania, Suiza ... ) en los tiempos gloriosos del cara al sol. Los sucesos de El Ejido han sacado a la luz todos los despropósitos, corruptelas y poca vergüenza, ninguna, que llenarían un libro de muchas páginas.

 

Me remito ahora a los PLÁSTICOS. Una vivencia personal: hace unos cinco años colocaron un cartel de la Junta de Andalucía en cierto pueblo que aún campea en el lugar: "Ayuda de la Unión Europea para la retirada de plásticos abandonados en Lucena del Puerto y Lepe (los habían sembrado, sin control, donde más cómodo les resultaba, en monte bajo, bosques, en parajes por los que dejé de pasear, por asco.)

 

Impacto negativo total y contaminante. Comenzaron a acumular miles de toneleadas de plásticos en las inmediaciones de dicho cartel parternalista ¿Solución? Rápida y eficaz: abrieron con máquinas excavadoras agujeros en la tierra a diez metros de la carretera y los enterraron. En tres puntos diferentes. Un perfecto reiclaje. Por allí pasaron en el transcurso de este terrorismo ecológico agentes de la autoridad de todo tipo que hicieron la vista gorda: guardia civil caminera, guardias de todos los colores, municipales, provinciales, autonómicos, de medio ambiente, del Seprona, de las brigadas contraincendios, el cura párroco, ciudadanos sin fin y el que suscribe. Fui a la Diputación a pedir audiencia con el señor Barranca (diputado provincial de Medio Ambiente) y dos peritos, en su ausencia, me dijeron sonrientes que enterrar plásticos no era "malo", les atajé: "Ah, entonces es bueno"... me enviaron a la Delegación provincial de Medio Ambiente. Un gran despacho y un alto funcionario me despachó diciéndome que estaban desbordados, que llevaban gastados aquel año 500 millones de pesetas, y no daban abasto. Sin comentarios. Saque el lector concienciado las consecuencias y connotaciones de estos hechos, que no son las únicas fechorías que se cometen, se están cometiendo y se cometerán en el futuro, si nosotros, los demonios críticos, no lo evitamos con nuestras denuncias y acciones directas.

 

En Almería los plásticos de los invernaderos se envían a Estados Unidos una vez terminada su función original, donde "tienen a través del reciclaje muchas aplicaciones, desde carreteras hasta convertirlos otra vez en plásticos". Planta de Onuleno, empresa canadiense que intenta instalarse en Cartaya con el fin de reciclar los plásticos mediante un sistema de gasificación (léase incineración), planta contaminante, solución fácil y barata desechada por la movilización popular. Se habilitan espacios controlados para depositar plásticos, gomas y otros desechos ... etc. ¿Cómo se recicla el plástico, o se elimina, o se mastica? Aún no han encontrado la infraestructura adecuada, aunque es más práctico amontonar en cantidades ingentes plásticos en caminos y bosques y después exigir una solución fácil y populista a los mismos (léase gasificadora-incineradora), ya que ésta supone embolsarse dinero y no invertir en costosos programas de recuperación medioambiental. Después de tantos años los campesinos se encogen de hombros y los gobiernos llenos de parásitos irresponsables no saben atajar las cacicadas de estos delincuentes de las fresas y del fresón de oro, mientras fluyen los euros en miles de millones. Me siento impotente. A los ayuntamientos citados les han impuesto una multa simbólica. A los agentes de la autoridad le impondrán una medalla por su diligencia en el servicio de no dar cuenta de esta clase de desmanes. Hace unos días a un amigo se le echaron encima los guardias vigilantes de campo del Ayuntamiento y de la guardia civil porque estaba cortando un pino que desarboló el último vendaval, ya seco, con permiso del guarda forestal de Medio Ambiente. Creo que la cosa anda de juicio. Podría contar otras historietas de estos degenerados en el cumplimiento de su deber. Para echarse a llorar. Ah, y no pongo mi nombre porque, como cualquier mafia que se precie impone su particular ley del silencio. No es que tenga miedo, pero como se enteren me descapullan. Decía Ortega y Gasset hace la tira de años que la diferencia entre un campesino francés y uno español es que el francés ama su tierra y el español no. ¿Cuándo se pondrá fin a tanto terrorismo contaminante en el campo? ¿Cuándo se obligará a las empresas abastecedoras y a los propios campesinos a que limpien y reciclen lo que ensucian? ¿Cuándo dejarán de pisotear a los inmigrantes? Cuando termine esta MAFIA y el delirio de oro, no el de las fresas, sino el de los billetes.

 

Agencia Confederal Huelva