Los trabajadores de Jeffboat, los astilleros nacionales más grande de los Estados Unidos en la ribera del Ohio, ciudad de Jeffersonville, Indiana, están en huelga salavaje desde el 30 de abril de 20001. A los trabajadores de Jeffboat se les presentó una propuesta de contrato por el que se les puede echar en cualquier momento y que da a su sindicato, el Teamsters Local 89, la capacidad de llegar a acuerdos con la compañía sin el consentimiento de sus asociados. Funcionarios del Local 89 intentaron intimidar a los trabajadores de Jeffboat para que ratificasen el contrato. Cuando los trabajadores de Jeffboat rechazaron la propuesta del contrato por un margen de cinco a uno, Fred Zuckerman, presidente del Local 89, anunció que no daría carácter legal a la huelga. A los funcionarios del sindicato y al personal de oficina se les ordenó que llamaran a la casa de los trabajadores y que les pidieran volver al trabajo como siempre o enfrentarse a sanciones. El lunes por la mañana, muchos trabajadores de Jeffboat se negaron a entrar en el astillero y se constituyeron en piquete no autorizado. Otros trabajadores se les unieron.

¡ La huelga salvaje ha comenzado en Jeffboat !

Puedes ayudar a estos trabajadores llamando al Local 89 y pidiendo hablar con Fred Zuckerman. Pedirle la legalización de esta huelga. Una huelga legal permitirá a los trabajadores de Jeffboat recibir fondos de huelga. Es éste un pequeño pero básico primer paso para hacer justicia a los trabajadores de Jeffboat.

Comunicación con el Teamsters Local 89 se puede conseguir llamando al 502.368.5885 ó 800.782.0896.

Podéis también llamar a Jeffboat y preguntar por el presidente Bob Green. Decidle que no consideráis justo el hecho de que Jeffboat haga trabajar a sus obreros en condiciones de peligro y que tengan la mitad del salario industrial ordinario, mientras él está sentado en su cómoda oficina y se lleva a casa más de un millón de dólasres al año, y que esos trabajadores tienen al menos derecho a algo de la riqueza por ellos creada.. Podéis comunicar con Jeffboat en 812-288-0200.

Hacemos circular este llamamiento a petición de uno de los miembros -activo en la huelga- que pide solidaridad. ¡ Ayudad la huelga salvaje de Jeffboat !

El Sindicato de Carpinteros se ha separado de AFL-CIO; es la primera deserción del sistema de la federación del trabajo de Estados Unidos desde 1968. En una sonora bofetada en el rostro de John J. Sweeney, presidente de la AFL-CIO, el sindicato de Carpinteros (la UBC – United Brotherhood of Carpenters), con 500.000 miembros, se ha salido de la federación del trabajo. La última vez que ocurrió tal escisión fue en 1968, cuando la UAW (the United Auto Workers) pisotearon el apoyo de la Federación a la guerra de Vietnam.

El presidente del Sindicato de Carpinteros, J. McCarron ha estado amenazando con la ruptura durante más de dos años. Les ha dicho a los líderes y miembros de la AFL-CIO que Sweeney está malgastando el dinero de las cuotas de los carpinteros en una burocracia de cientos de funcionarios que la AFL-CIO ha alquilado desde que Sweeney se hizo con el poder a finales de 1995.

El Sindicato de Carpinteros en Duluth, Minnesota nos dijo que "la razón de marcharse no es lo que haya hecho el Presidente Sweeney. Es lo que no ha hecho".

La salida de los Carpinteros es tanto un golpe financiero como simbólico a la AFL-CIO. Mientras sus cotizaciones suman simplemente 3 millones de dólares al año en una federación con un presupuesto anual de más de 100 millones de dólares, la AFL-CIO se gasta cada penique del mismo. La AFL-CIO, con 13 millones de miembros, incluso ha retirado sus reservas en años recientes.

El 27 de Marzo de 2001, Sweeney y el Secretario Tesorero de la AFL-CIO, Richard Trunka, se dirigieron al comité ejecutivo de los Carpinteros en Las Vegas, Nevada, en un último cartucho para intentar detener el voto de escisión. Pero fracasaron en cambiar la mente de nadie.

Sweeney ha publicado un documento excluyendo a los Carpinteros de cualquier cuerpo afiliado a la AFL-CIO, incluyendo el Departamento de Venta de Edificios, las federaciones estatales o los consejos centrales del trabajo. Debido a esto, la ruptura es más seria de los que fue en pasadas desafiliaciones de la UAW o los Camioneros.