El Ebro en peligro La tierra se defiende COAGRET

..."Pacto del Agua", PHN, que corresponden a la misma política de malgasto del dinero público, obras injustificables y segundos intereses electoralistas. Pero lo que ambos planes comportan sobre todo es un impacto social y ambiental inadmisible, con un desprecio absoluto de los afectados...

Venimos del sur de Chile, del Alto Bio-Bio, lugar donde a las orillas del río del mismo nombre viven nuestros hermanos pewuenche. Nosotros no somos indígenas, es lo que ellos llaman "Huincas"....

Campaña en Zaragoza en apoyo de la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases


TREN SÍ, AVE NO

Diferentes movimientos y organizaciones sociales coordinados en Plataformas en Defensa del Ferrocarril y de oposición al AVE, que han surgido a lo largo y ancho del territorio del Estado español, se han reunido para unificar criterios y coordinar acciones de oposición a la actual política ferroviaria, basada en la construcción de nuevas líneas de alta velocidad y en el abandono del ferrocarril.

Las Plataformas reunidas muestran su total oposición al AVE y exigen la retirada de todos los proyectos de construcción del mismo, por las siguientes razones:

1.Tiene un gravísimo impacto ambiental. La circulación a altas velocidades (hasta 350 km/h) exige que el trazado de las nuevas vías sea rectilíneo, con radios mínimos de curvatura superiores a 5.000 m y pendientes máximas del 2,5%, lo que obliga a grandes desmontes, terraplenes, viaductos y túneles, con sus correspondientes movimientos de tierra y la proliferación de graveras y escombreras, lo que supone enormes impactos sobre el territorio, que quedará destruido y segmentado, con graves consecuencias para el medio natural, en especial los espacios y las especies protegidas más sensibles. Destruirá en algunos sitios una gran cantidad de tierras fértiles y aumentará gravemente el riesgo de inundaciones.

Además, los trenes de alta velocidad provocan fuertes niveles de ruido y un desproporcionado consumo energético, hasta 6 veces mayor que el del ferrocarril convencional, que resulta inaceptable por su incidencia negativa en el cambio climático (a pesar de que nuestro territorio será una de las zonas más afectadas por este fenómeno) y en el aumento de la contaminación atmosférica.

2.Aumenta los desequilibrios territoriales. El AVE es un medio de transporte diseñado para unir grandes ciudades, en competencia con el avión, con escasas paradas intermedias. De esta forma margina, incomunica y excluye a las zonas rurales y ciudades medias potenciando su abandono y favoreciendo los procesos de concentración y expansión urbana en escasos puntos fuertes del territorio. Dejará sin comunicación por ferrocarril a muchas poblaciones que ahora la tienen. Creará un inmenso muro que partirá las comarcas separando a la gente de sus tierras y de los pueblos vecinos.

3.Tiene un altísimo coste económico y escasa utilidad social. La construcción de las nuevas líneas de Alta Velocidad supondrá un despilfarro de recursos públicos (6,8 billones de pesetas presupuestados hasta 2010) totalmente innecesario que habremos de pagar entre todos y todas y que no está justificado por ninguna utilidad social o económica, cuando hay necesidades mucho más perentorias en los ámbitos sanitarios, educativo, de protección social, etc. Basta decir que cada kilómetro de AVE tiene un coste medio en torno a los 2.000 millones de ptas o que un hospital medio y moderno cuesta lo mismo que uno de los 27 Km. del túnel de Guadarrama previsto.

Su alto precio lo convierte en un transporte caro y elitista que se plantea para una minoría y no como un servicio público parta todos y todas. Y será aún peor si se cumple la normativa europea que obliga a que el precio del billete refleje los costes de amortización de la infraestructura. Según la experiencia del Madrid-Sevilla, ha quitado viajeros al avión, pero ha expulsado a muchos usuarios del tren a la carretera, a la vez que ha dejado incomunicadas a muchas poblaciones. Al detraer inversiones del ferrocarril convencional impide su mejora y lo condena al deterioro y a la extinción, abandonando su concepción de transporte público al servicio de la mayoría social.

4.Provoca la desaparición del ferrocarril como servicio público. No hay un plan de transporte ferroviario que contemple la mejora y modernización de la red ferroviaria actual (incluidas las líneas cerradas desde el 84. Los proyectos son megalómanos (no se están construyendo en ninguna parte del mundo vías para circular a esas velocidades de 350 km/h como aquí), se aprueban por motivos electorales y tras ellos los únicos beneficiarios que se vislumbran son las grandes constructoras que los llevan a cabo. Su "ahorro de tiempo" no justifica el enorme coste de construcción y su plazo de puesta en servicio es larguísimo.

La opción por el ancho internacional supone la introducción de nuevas barreras y fronteras ferroviarias. Consagraría la existencia de una doble red ferroviaria: una en ancho internacional, de primera, exclusiva para los trenes AVE, que utilizarían sólo un 5% de los actuales usuarios de ferrocarril y con fuertes inversiones; y otra en ancho ibérico, de segunda, para los trenes regionales, de cercanías y de mercancías, que utilizarían el 95% de los actuales usuarios y con un gran déficit en inversiones. Además, la alta velocidad es incompatible con el transporte de mercancías y no cumple el requisito básico de un transporte sostenible: el traspaso masivo de mercancías y pasajeros de la carretera al ferrocarril.

Si a esto se une la desmembración de Renfe, la privatización de servicios y la apertura de las líneas de ferrocarril a operadores privados para que circulen por ellas, tenemos el panorama que nos preparan: la desaparición del ferrocarril como servicio público y barato, la existencia de algunas redes de Alta Velocidad, destinadas a usuarios de alto nivel adquisitivo, construidas y mantenidas con fondos públicos y explotadas por operadores privados, y la carretera como única opción de movilidad para la mayoría.

5.Las líneas AVE son totalmente innecesarias ya que con una adecuada mejora y modernización de la red ferroviaria actual se pueden conseguir velocidades máximas de 200-220 km/h por las actuales vías, utilizando tecnología pendular como ya existe en la actualidad en nuestro país (trenes Talgo y Alaris entre Valencia y Madrid).

 

Extraído de Opinión Libertaria