Soñadores
Dirección: Bernardo Bertolucci
Guión: Gilbert Adair (basado en su novela
The holy
innocents)
Interpretes: Michael Pitt, Eva Green, Louis Garrel,
Robin Renucci, Anna Chancellor
Montaje: Jacopo Quadri
Fotografía: Fabio Cianchetti
Producción: Jeremy Thomas
Reino Unido, Francia, Italia 2003
120 min
Germinal
C
on cierto retraso dedico este comenta-
rio a la última película de un ya vete-
rano cineasta: Soñadores de Bernardo
Bertolucci. Una obra que ha pasado con
más pena que gloria tanto de público
como de crítica. Aunque, por lo menos el día en
que la vi, un abundante número de jóvenes asis-
tía a su proyección, a pesar de no ser ninguno de
los días o funciones de las llamadas "baratas".
Posiblemente fueran espectadores "enterados" de
quién es el realizador italiano o que acudiera atra-
ídos por la fama escandalosa de su obra más cono-
cida, junto con Novecento, El último tango en París.
Reputación con la que juega el cartel anunciador
de esta película a pesar de que, en mi opinión, está
más cerca de otras obras suyas, como La estrate-
gia de la araña, que de la desoladora relación entre
Marlon Brando y María Schneider.
Llama la atención la virulencia de las críticas si
se tiene en cuenta que la ya citada Novecento, fue
acogida en su momento con alabanzas generaliza-
das y aupada al rango de "fresco histórico", "obra
maestra"y, su cartel, en icono del inconformismo.
Pero, aunque Soñadores no alcance su altura cine-
matográfica tampoco es el bodrio con que se le
despachado. Entonces habría que preguntarse ¿por
qué ha sido así?. La respuesta creo que está, no en
el viento, sino en el contexto social e ideológico en
el que vivimos. Situación que, creo que me conce-
derán los queridos lectores, lo menos que se le
puede calificar es como de autoritaria. Con las más
diversas excusas, y si no existen se inventan, los
Estados y el pensamiento más reaccionarios van
adelantando posiciones ocupando espacios y recor-
tando la expresión de todo aquello que no se con-
sidere correcto. La llamada a rebato del Imperio
tras el 11 de septiembre del 2002, ha sido segui-
da, con mayor o menor entusiasmo, por todos los
gobiernos del mundo occidental. El del Partido
Popular en España, tampoco creo que sea preciso
recordarlo, ha sido uno de los más entusiastas en
esta carrera por contentar al zar norteamericano.
En esta situación, reivindicar los valores del mayo
de 1968 parisino o de los hippies de Berkeley es una
osadía que no puede ser sino castigada con el "nin-
guneo" o, como ha sido en este caso, con la des-
calificación más absoluta.
Pero además, pienso, que hay otro factor que ha
influido para que esta reacción tan negativa de crí-
ticos y de un cierto sector de público. Bertolucci
termina la película con la canción Je ne regrette
rien, es decir "no lamento nada", cantada, creo, por
la mismísima Edith Piaf. Al contrario que otros
muchos "progres" de los años sesenta y setenta,
cuatro lustros después dice que, como participante
y admirador de los ideales que desencadenaron aque-
llos acontecimientos, no sólo no se arrepiente sino
que, ahora, los reivindica. Una actitud que saca los
colores, en caso de que les quede un rastro de ver-
güenza, a muchos. Al menos en este país, en donde,
de boquilla, parece que todo entero estuvo en las
calles del Barrio Latino parisino buscando las pla-
yas debajo de los adoquines que se arrojaban a los
CRS del general De Gaulle. Porque Bertolucci rei-
vindica la memoria. Un tema de actualidad estos
últimos tiempos. No podemos olvidar los derrotados
y desaparecidos de 1936-39, ni los represaliados o
asesinados por el franquismo. Pero tampoco algo
mucho más cercano y que corre el mismo riesgo de
ser barrido del recuerdo. Como asegura el propio
director en una entrevista hoy, en muchos casos, son
algunos de los mismos participantes en las revuel-
tas del 68 quienes, desde las posiciones de poder que
ocupan en la política o los medios de comunica-
ción, desacreditan la importancia de aquellos años
y colaboran en que sus hijos los desconozcan.
También es necesaria "recuperar la memoria" de
aquellos tiempos y de cómo se vivía en una espe-
ranza que hoy parece imposible que hubiera existi-
do. No para lamentarse de nada, ni contar batallitas,
sino para, aunque sólo sea como medida terapéuti-
ca, conocer que se puede vivir en situaciones dife-
rentes a la actual.
No más ni menos esa es la principal virtud de
Soñadores. Una película en la que, como es cos-
tumbre en Bertolucci y recoge muy bien el espíritu
de aquellas agitaciones, lo individual adquiere un
papel relevante sobre lo colectivo sin olvidar la fina-
lidad última de vivir en una sociedad mejor, más
libre. Por ello vuelve la vista hacia quienes, piensa,
tienen todavía hoy una dosis de idealismo a pesar
de los intentos por quitarles todos los sueños.
Con un fuerte componente autobiográfico, las
vicisitudes de Isabelle, su hermano Theo y el joven
estadounidense Matthew, elección de nacionalidad
no casual, en los días en que se era realista pidien-
do la imposible, no es una película redonda, pero
tampoco la porquería que nos dicen. Es una obra
realizada de forma correcta, cuyo argumento a veces
no avanza y que, es posible, que tenga la dificul-
tad añadida para el espectador, de estar llena de gui-
ños cuyo significado sólo su autor conoce por
completo. En cualquier caso, Soñadores es una pelí-
cula que los cinéfilos agradecerán ver por las refe-
rencias cinematográficas que contiene y cualquiera
que no crea que la historia ha llegado a su fin y que
todavía es posible que existan personas, directores
de cine en este caso, que no han terminado con-
virtiéndose en un intelectual que ha arrojado el
lastre de sus "pecados de juventud" para conver-
tirse en un pensador virtual de este gélido comien-
zo de siglo.
Para no perder
la memoria
Fina Venko
E
l seitán es una forma del gluten de trigo.
Es rico en proteinas y tiene muy poca
grasa y nada de colesterol. Se obtiene de
la harina integral mezclada con agua y
amasada. Esta masa es sometida a un
proceso de aclarados para eliminar la fécula y el sal-
vado, hasta que se obtiene el gluten. Después de
cocerse en agua, a esta masa gelatinosa se le llama
kofu y se puede seguir procesando de diversas mane-
ras, una de las cuales es el seitán. El kofu se con-
vierte en seitán cuando se cuece a fuego lento en
un caldo a base de tamari, agua y alga kombu.
El seitán lo podeis encontrar en la nevera de casi
cualquier herbolario o tienda de dietética y suele
ser siempre procedente de la agricultura ecológica.
RECETA PARA CUATRO PERSONAS:
Ingredientes:
Una pieza de seitán, de unos 300 grs.
Dos zanahorias grandes, cortadas en rodajas finas
200 grs. de champiñones, cortados en láminas
Una cebolla, picada
El zumo de dos naranjas
Medio vaso de vino blanco, mejor semidulce
Un tronco de canela
Una hoja de laurel
Un vaso de agua
Aceite
Sal
Arroz para la guarnición
En una cacerola de fondo grueso, ponemos el
aceite. Echamos la cebolla picada y la rehogamos,
hasta que esté tierna.
Añadimos entonces la zanahoria y, removien-
do, la sofreímos unos minutos. Añadimos los cham-
piñones, la hoja de laurel, el tronco de canela, la
sal (si quereis) y la pieza de seitán entera. Move-
mos y tras unos minutos más, añadimos el vaso de
vino. Dejamos reducir el vino y añadimos enton-
ces medio vaso de agua. Tapamos y dejamos que
cuezca a fuego lento. Para evitar que que el seitán
se agarre a la cacerola, debemos remover, con cui-
dado, de vez en cuando.
Podemos ahora ir cociendo el arroz, para que esté
listo ya a la hora de servir el plato.
Durante la cocción, podemos ir añadiendo el
resto del agua si observamos que el guiso se queda
muy seco. Al cabo de unos 20 o 25 minutos, expi-
mimos las dos naranjas, añadimos el zumo al sei-
tán y removemos. Esperamos a que el seitán absorba
el zumo (unos 10 minutos más) y entonces reti-
ramos del fuego.
Para presentarlo, cortamos el seitán en lonchas
delgadas y las disponemos en el plato. Colocamos
junto a ellas el arroz y vertemos, encima del sei-
tán, la salsa de zanahoria y champiñon. Podeis
decorarlo con unas rodajas de naranja colocadas alre-
dedor del plato.
¡Salud!
gastronomía
cnt
n°298 febrero 2004
Cultura
2
266
cine
La principo de la
blinda neuxtraleco
estis forlasita je la
profito
Estofado de
Seitán a la naranja