Direct-AIT
La victoria del UDC en las últimas elecciones
es algo que nos da ganas de vomitar: triunfan
el racismo, la xenofobia, la estupidez, el cinis-
mo y la brutalidad.
Recientemente, la televisión Suiza difundió
un telefilme que retrataba el ascenso de Hitler
en la Alemania de los años treinta. Esta obra,
pese a su ínfima calidad, nos trajo a la memo-
ria las trampas, golpes bajos y la retórica tan
propios de los movimientos fascistoides.
El menos imaginativo de los individuos
podría identificarse sin problemas con las for-
mas que caracterizan al líder de la UDC; arro-
gancia, propósitos simplistas, actitud viril.
Sin embargo, no trataremos aquí de entrar
en un ejercicio comparativo entre dos ideolo-
gías de extrema derecha de ayer y hoy, ni
tampoco de medir la actitud al más puro esti-
lo fascista del sector Blocheriano. Ni tenemos
la voluntad ni el tiempo para ello. Baste decir,
que para nosotros el bloque es fascista por
antonomasia. Nos reencontramos con el fan-
tasma de una sociedad de orden con obreros
que curran y cierran el pico, con una policía
que vela por los intereses de los que poseen,
donde los extranjeros son sospechosos de
todos los males y mantenidos en un estado
legal de inferioridad, con un nacionalismo que
se afirma en el culto al raquitismo cultural
nacional, con una brutalidad y una estupidez
ensalzadas como genuinas pruebas de auten-
ticidad. La ironía se encuentra en que esta
ideología reducida de "lo nacional", está mani-
pulada por un representante patentado por
los patrones mundializados.
Ya conocemos las objeciones que nos acha-
carán: que nos equivocamos de época, que no
entendemos nada de la particularidad intrín-
seca de la UDC actual, etc... Responderemos
que bien al contrario comprendemos perfec-
tamente el meollo de la cuestión.
No hace falta remitirnos a un mundo pasa-
do para percatarnos de que en el mundo de
hoy, se reproducen nuevas monstruosidades y
hay que ser muy negado o retorcido o simple-
mente cómplice para justificarlo, alegando que
han existido peores tiempos en la historia de
la UDC. Aunque el autoritarismo y el racismo
no desfilen al paso de la oca, nos percatamos
de su condición de cerdos, y mientras tanto la
propia sociedad helvética actual se encamina
(por cierto que no es la única en una Europa
provista de nuevas formaciones xenófobas)
hacia ello, inexorablemente... Por otra parte,
es cierto que no sólo en este "agujero de los
Alpes" se respira un aire tremendamente reac-
cionario contra todo lo que ello representa.
La UDC es un producto que contribuye a
dar forma a una realidad de esta época. Las res-
puestas que aporta son falsas e inadecuadas y
a ellas responden las inquietudes de una clase
popular media y baja, clases maltratadas por
la crisis perpetua a la que nos aboca el capi-
talismo actual.
También hemos comentado como el resto de
las formaciones políticas han visto pasar, des-
preocupadamente ante sí, las cuestiones que
concernían al crecimiento del UDC sin que se
llevara a cabo ningún tipo de debate ante ello,
mientras el campo político del país se movía
hacia la derecha.
El embrollo político en el que se ven inmer-
sos los partidos burgueses no es asunto que
aquí vayamos a tratar (aunque un análisis en
detalle sobre la situación de las fuerzas políti-
cas en el seno de los propios partidos sería algo
muy útil para conocer el estado actual de la
burguesía y de las clases dirigentes de este
país). Lo que realmente nos interesa es cono-
cer (aunque de forma indirecta) las respuestas
que propone la izquierda pero ¿qué constata-
mos al observar? que el partido socialista duda,
interrogándose sobre las maniobras a seguir
dejando siempre a salvo su propio pellejo entre
los delirantes rechazos de ciertos sectores
"Blocher" y los propósitos de otros como Ruth
Dreifuss que sugieren un gobierno tripartito
junto a la UDC con la justificación de que esta
coalición contribuirá a suavizar las condiciones
extremas. Esta sorprendente idea, lejos de la
realidad en igualdad de fuerzas, nos hace vis-
lumbrar por el contrario una situación venta-
josa para la UDC, que además se vería en la
posibilidad de endurecer aún más su política.
Y qué decir de las hipótesis de un gobier-
no de "centro-izquierda" en coalición con la
UDC ¡menuda izquierda!, y para el que vea en
los verdes una vía posible, habría mucho que
decir sobre el éxito de esta formación basada
en una concepción apolítica a nivel de gestión
y ecológicamente ultralight ¿y todo esto en
un país el que dos terceras partes del electo-
rado vota a la derecha? Y para rematarlo todo,
existe la otra hipótesis, esa ultra-hipócrita de
una izquierda que estaría dispuesta a acomo-
darse ante un gobierno de la UDC con tal de
que "Blocher" no se lleve una parte del pastel.
En las próximas semanas, informaremos
sobre el desarrollo de los acontecimientos en
materia de "pequeños apaños", pero podemos
estar seguros de que los partidos no nos decep-
cionarán en lo que concierne a su "creatividad
política".
Para llegar al fondo del asunto, habría que
Redacción.
Blocher fue elegido en tercera vuelta frente a Metzler durante la votación celebrada en el
Parlamento helvético. En las dos primeras vueltas el consejero nacional y la consejera federal
habían recibido 116 votos cada uno, pero en la última, Blocher se hizo con 121 votos, dos más
que la mayoría absoluta, y Metzler con 116.
Desde el terremoto que ha supuesto el triunfo de ese partido nacionalista, populista y con
un fuerte componente xenófobo y anti-UE, las aguas parlamentarias no han dejado de agitar-
se. Este multimillonario, de 63 años de edad, se dispone a dar al traste con la llamada «fór-
mula mágica» que ha contribuido desde 1959 a la supuesta estabilidad del país y que atribuía
dos puestos de Gobierno a cada uno de estos tres partidos -cristianodemócrata, radical y socia-
lista- y uno solo al de Blocher.
A continuación ofrecemos la visión de Direct, sección suiza de la AIT, sobre la nueva situa-
ción que se abre en el país alpino.
cnt
n°297 enero 2004
2
200
Internacional
AIT
Internacia Laborista Asocio
La extrema derecha alcanza el poder en Suiza
Todos los análisis sobre las elecciones celbradas el pasado 19 de
octubre coinciden: el gran vencedor fue el multimillonario
Christoph Blocher, líder de la Unión Democrática de Centro (UDC).
Con él, la extrema derecha populista llega al poder en Suiza.
La UDC es un producto
que contribuye a dar
forma a una realidad de
esta época. Las
respuestas que aporta
son falsas e inadecuadas
y a ellas responden las
inquietudes de una clase
popular media y baja,
clases maltratadas por la
crisis perpetua a la que
nos aboca el capitalismo
actual
Cabezas cuadradas
El multimillonario suizo Christoph Blocher, de la Unión Democrática de Centro (UDC), agradece a sus incondicionales el éxito de su partido
en las últimas elecciones.
/ AGENCIAS
Asociación Internacional de los Trabajadores
Associazione Internazionale dei Lavoratori
Asociación Internacional de los Trabajadores
Association Internationale des Travailleurs
International Worker's Association