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más barato por la vía civil que la militar. Y esto
es así porque las especificaciones necesarias en
el ámbito militar no tienen nada que ver con
las de los productos de uso civil.
Y, sin embargo, no somos capaces de ver
algo que los economistas han definido per-
fectamente, y que es el costo de oportunidad.
El dinero que se invierte en I+D militar se deja
de invertir en investigación y desarrollo de
tecnologías que realmente estén al servicio de
la humanidad, que contribuyan a un mayor
desarrollo humano, que mejoren la calidad de
vida de los millones de personas que habita-
mos en todos y cada uno de los rincones de este
planeta. Esto supone sin duda un freno al de-
sarrollo tecnológico, en tanto en cuanto unos
avances se apoyan en otros. Y así, por ejem-
plo, enfermedades que se podrían curar den-
tro de un par de años, es posible que tengan
que esperar décadas. Por el contrario nos de-
dicamos a alimentar la investigación militar, si-
guiendo el ejemplo de los Estados Unidos de
América. Recordemos que desde la segunda
guerra mundial no ha habido una sola década
en la que EE.UU. no se haya involucrado en una
guerra. El principio del ciclo armamentista está
en el diseño y desarrollo de nuevas armas, des-
pués viene la producción, la venta y final-
mente el uso. Y lo que en EE.UU. se conoce
como complejo militar-industrial (bautizado
así por el general y presidente Eisenhower) no
puede permitir que el ciclo se pare.
Campaña: "Por la Paz: No a la I+D militar"
Desde el año 1999 la Fundació per la Pau, en
colaboración con otras asociaciones, desarro-
lla la campaña "Por la Paz: No a la I+D mili-
tar" (www.noalainvestigacionmilitar.org) cuyo
objetivo es dar a conocer a la opinión pública
en general, y a la comunidad científica y uni-
versitaria en particular, la realidad actual de la
investigación militar tanto en el mundo como
en España. Entre las actividades que desarro-
llan cabe destacar por su singularidad e im-
portancia, el fomento de la objeción científica
(negativa de los investigadores a participar en
proyectos de investigación con fines milita-
res), habiendo conseguido que más de 1000
científicos e investigadores se hagan objetores.
(1) Ver el Informe 2003 de la OCDE sobre el es-
tado de la ciencia, la tecnología y la in-
dustria.
(2) Presupuestos Generales del Estado 2004,
Subprograma 541 A.
(3) Boletín Oficial de las Cortes Generales - Se-
nado. Serie I: Boletín General de
28/11/2002. num. 545.
Pedro César Álvarez Esteban es licenciado en
matemáticas (especialidad de estadística)
por la Universidad de Valladolid (1992).
Desde 1996 es profesor titular de escuelas
universitarias en el Departamento de Estadís-
tica e Investigación Operativa de la Universi-
dad de Valladolid.
Pedro C. Álvarez
S
ubsisten, sin embargo, ciertos usos
que hacen que estemos más cerca-
nos a lo "primate-animal" de lo que
a veces somos conscientes. Uno de
estos es, sin duda, la utilización de
la ciencia y la tecnología -algo puramente hu-
mano- para el control de los recursos y la pro-
tección o expansión del territorio, igualando
nuestro comportamiento al de los primates
menos evolucionados.
Presupuestos en I+D
Y este es el camino que hemos tomado en los
últimos años en España, apostando fuerte-
mente por una investigación y desarrollo (I+D)
tecnológico destinado a la producción de `ca-
charros' que sirvan a tales fines: el avión de
combate Eurofighter, el tanque Leopard, las
fragatas F-100,... Efectivamente, desde el año
1997, y sin ningún tipo de debate social -y
por tanto con el absoluto desconocimiento de
la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de
este país-, el gobierno ha multiplicado al me-
nos por 5 los gastos en investigación militar,
pasando de los 290 millones de euros que se
presupuestaban en el año 1996, a los 1491 mi-
llones de euros presupuestados en el año 2002
(ver figura 1). Para el próximo año 2004, las
partidas destinadas explícitamente a I+D mi-
litar en los presupuestos generales del Estado
ascienden a 1373 millones de euros (228.445
millones de pesetas), lo que representa el
31,2% de todo lo presupuestado en I+D. Dicha
cantidad podría elevarse aún más, hasta el
44%, dado que al igual que se viene haciendo
en los últimos años, existe otra partida de 561
millones de euros cuyo destino, civil o militar,
no queda claro.
Esto, con ser importante, no refleja toda la
gravedad de lo que ocurre en el estado espa-
ñol con la I+D militar. Existen dos datos que
muestran de forma mucho más clara qué es lo
que sucede. Por un lado, y de acuerdo con los
datos nada sospechosos de la OCDE relativos al
2001
1
, España se ha convertido en el segun-
do país de la OCDE -por tanto del mundo-, des-
pués por supuesto de EE.UU., en inversión en
I+D militar, superando incluso a potencias nu-
cleares como el Reino Unido o Francia. Por otro
lado, y con cantidades que rondan el 0,9% del
PIB (para el próximo año se prevé un 0,96%),
seguimos a la cola de la UE junto con Grecia
y Portugal en inversión en I+D global. La me-
dia de la UE ronda el 2%, con países como Ale-
mania con el 2,5% o como Finlandia y Suecia
que están entre el 3 y el 4%.
Esto se traduce en unas diferencias indig-
nantes en lo que se refiere a los destinos de
la inversión pública en investigación en Espa-
ña. Así por ejemplo, el dinero dedicado a la in-
vestigación con fines bélicos es 7 veces el que
dedicamos a la investigación sanitaria, o 27
veces el dedicado a investigación agraria, o 37
veces el dedicado a investigación oceanográ-
fica y pesquera (ver figura 2). Y así, la princi-
pal fuente de financiación pública de los grupos
de investigación de las universidades y el CSIC,
que según los propios presupuestos generales
"canaliza (...) las ayudas concedidas a inves-
tigadores potenciando la investigación básica
de calidad en todas las áreas de conocimien-
to"
2
, recibe únicamente 457,4 millones de eu-
ros, apenas un 10,4% del total de los gastos
de I+D presupuestados para el 2004.
¿Y en qué se gastan los presupuestos de la
I+D militar?
En los últimos años los programas que han ab-
sorbido la mayor parte de la I+D militar han sido:
El Eurofighter: Avión de combate ("avión
de superioridad aérea con capacidad de ataque
a superficie" como lo definen en la página web
del Ministerio de Defensa) desarrollado por
Alemania, el Reino Unido, Italia y España. El
gobierno español se ha comprometido a com-
prar 87 unidades con un coste estimado de
unos 100 millones de euros
3
por aparato.
El Leopard 2E: Carro de combate alemán
del que España comprará 219 unidades. Este es
uno de los ejemplos más significativos de lo que
constituye la investigación militar que se hace
en España. Este carro de combate ya estaba di-
señado y lo que se ha hecho con la versión es-
pañola es modernizarlo, que según el propio
Ministerio de Defensa, consiste en ponerle aire
acondicionado, un sistema GPS y dotarle con un
gas especial que se "come" el oxígeno en caso
de incendio en el interior de la cabina.
Las Fragatas F-100: Fragatas de desarro-
llo español de las que el ministerio adquirirá
4 unidades entre los años 2002 y 2007.
Pero es que en el año 2003 esta lista se am-
plió para incluir doce nuevos tipos de arma-
mento (helicópteros de ataque Tigre, carro de
combate Pizarro, submarino S-80, misil IRIS-
T para el Eurofighter y el F-18, versiones mi-
litares de los Airbus A310 y A330...) que
hipotecarán ingentes cantidades de dinero pú-
blico durante los próximos años.
El "supuesto" beneficio de la tecnología
militar
Uno de los argumentos más usados por algu-
nos a la hora de defender el gasto en I+D mi-
litar se centra en las aplicaciones civiles que
después tienen tecnologías desarrolladas en el
ámbito militar. Este argumento es tan viejo
como caduco, además de falso, y si se sigue uti-
lizando es por la falta de información fuera de
los ámbitos más especializados y por otros in-
tereses de los que no hablaremos aquí. Apa-
reció por primera vez después de la segunda
guerra mundial en los EE.UU., donde se deno-
minó "spin-off" a este supuesto efecto positi-
vo de la industria militar sobre la civil. Pero
poco después, a principios de los 70, después
de diversos análisis de los economistas alre-
dedor de la crisis económica de los EE.UU. por
aquellas fechas, se vio que en realidad el fuer-
te peso de la industria militar y de la inver-
sión en tecnología militar estaba suponiendo
un importante problema para la competitivi-
dad de las empresas americanas. Al lado te-
nemos el ejemplo de Alemania y Japón, dos
países destruidos después de la segunda gue-
rra mundial, a los que se les prohibió expre-
samente toda investigación con fines militares
al ser los perdedores de la misma, y que en sólo
25 años se convirtieron en auténticas poten-
cias tecnológicas con un dinamismo muy su-
perior al americano o al ruso.
Pero existen muchos más argumentos que
tiran por tierra el beneficio positivo de la in-
vestigación militar. Numerosos estudios reali-
zados sobre patentes indican que sólo un 10%
de las patentes militares tienen potencialmente
algún uso civil. Sabemos también que el desa-
rrollo de cualquier producto es hasta 20 veces
España se ha convertido en el segundo país de la OCDE - por tanto del
mundo-, después de EE.UU., en inversión en I+D militar, superando
incluso a potencias nucleares como el Reino Unido o Francia.
Evolución de los presupuestos de I+D militar en España
M
-En millones de euros-
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
298,8
332
362,6
365,5
275,3
279,6
291,3
291,3
Año
Gasto
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
500,5
881,1
1.493,3
1.257,6
1.329,9
1.490,9
1.372,9
1.373
Año
Gasto
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200 88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
1.373*
millones
*Esta cantidad podría ampliarse hasta el 44%,
dado que existe otra partida de de 561 mill. cuyo
destino, civil o militar, no queda claro.
Es frecuente escuchar, entre otros al señor Pi-
qué, antiguo ministro de Ciencia y Tecnología,
que si no hubiera investigación militar hoy no
tendríamos Internet. Como algunos otros, con-
funde el concepto de transferencia tecnológi-
ca con el de financiación. La historia de los
orígenes de Internet es larga, por lo que sólo ha-
remos un breve resumen de su gestación.
Después de que en 1957 la URSS consiguiese
lanzar con éxito sus dos primeros Sputniks, los
EE.UU. vieron peligrar su hegemonía mundial.
Por ello, una de las primeras medidas que adop-
taron fue la creación de una serie de organis-
mos que trabajasen para recuperarla. Uno de estos
fue el ARPA (Advanced Research Projects Agency),
agencia que dependía del Departamento de De-
fensa y que se dedicó a financiar todo tipo de
proyectos, militares o civiles, que pudieran su-
poner una ventaja tecnológica sobre el rival so-
viético. Entre las agencias que se fueron creando
y que dependían del ARPA estaba la IPTO (Ofi-
cina para las Tecnologías del Procesado de la
Información), encargada de gestionar los re-
cursos relacionados con los superordenadores de
la época y de buscar mejores formas de usarlos.
Así fue como Robert Taylor, que en 1966 diri-
gía el ARPA, cansado de tener que utilizar un
terminal distinto cada vez que tenía que co-
nectarse a un ordenador y preocupado por po-
der satisfacer las demandas computacionales
de todos los investigadores, pensó en interco-
nectar los ordenadores para compartir los recursos.
Este proyecto fue después asignado a cuatro
universidades americanas, donde cayó en ma-
nos de algunos becarios de investigación, que
después de muchas reuniones infructuosas, di-
señaron un método colaborativo para sacar ade-
lante el proyecto. Este método se basa en hacer
públicos los documentos de trabajo entre una
comunidad de expertos, para que estos pue-
dan hacer comentarios de cara a mejorar el re-
sultado final (Request For Comments, lo
llamaron). Estas cuatro universidades fueron
los cuatro primeros nodos de lo que, 20 años más
tarde llamaríamos Internet. Y hubo que espe-
rar a que hubiera 15 nodos, algunos años des-
pués de la primera interconexión, para encontrar
conectada a la red a la primera entidad vincu-
lada al ámbito militar (la Rand Corporation).
Redacción
Los premiados este año en el II Certamen Ar-
químedes, del Ministerio de Cultura, suscribie-
ron el Manifiesto para una I+D por la paz, de la
Fundación per la Pau y la "Campaña Por la paz,
no a la investigación millitar", tras la entrega
de los galardones celebrada la ultima semana
de diciembre en Zaragoza. Estos premios pre-
tenden fomentar la investigación entre los es-
tudiantes universitarios y van dirigidos a trabajos
realizados durante el segundo ciclo de las fa-
cultades y escuelas técnicas superiores. Un to-
tal de 105 trabajos se presentaron a esta
convocatoria, de los cuales fueron selecciona-
dos 20, relizados por 25 jóvenes investigadores.
En la entrega de premios, uno de los galar-
donados, Fernando Sampedro, manifestó su
desacuerdo con la política del Gobierno por el
"contínuo incremento de la inversión de fondos
públicos para la fabricación y adquisición de
armamento militar", y reclamó que se trate la
investigación científica "con la importancia que
merece". A continuación, los seleccionados, in-
cluídos los premiados, firmaron el manifiesto.
El verdadero origen de
Internet no fue un
proyecto militar
Jóvenes investigadores
premiados, contra los
gastos militares
cnt
n°297 enero 2004
Actualidad
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n°297 enero 2004
Actualidad
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El dinero que se invierte en
I+D militar se deja de invertir
en investigación y desarrollo
de tecnologías que realmente
estén al servicio de la
humanidad, que contribuyan
a un mayor desarrollo
humano, que mejoren la
calidad de vida de los
millones de personas que
habitamos en todos y cada
uno de los rincones de este
planeta. Esto supone sin
duda un freno al desarrollo
tecnológico, en tanto en
cuanto unos avances se
apoyan en otros. Y así, por
ejemplo, enfermedades que
se podrían curar dentro de
un par de años, es posible
que tengan que esperar
décadas
La investigación militar en España
La investigación militar en España
36,5
Presupuesto I+D 2004
(mill. de euros)
1.373
Militar
416,5
Científica
197,4
Sanitaria
51,71
Existen diferencias abismales en el destino de la inversión pública en
investigación en España. Así por ejemplo el dinero destinado a la
investigación con fines bélicos es 7 veces el que
dedicamos a la investigación sanitaria.
Infografía cnt. Fuente: Pr
esupuestos Generales del Estado
3*
es
Oceanográf.y Pesquera
Agraria
El papel de la ciencia y la tecnología en la mejora de las condiciones de vida de los que habitamos en
esta parte del mundo es algo que muchos de nosotros tenemos más o menos presente. Con una
perspectiva más amplia -en el tiempo- podemos afirmar que la "técnica", la adquisición de
instrumentos, ha marcado ciertos hitos en el proceso de evolución humana, como señalan por
ejemplo E. Carbonell y R. Sala en su libro
Aún no somos humanos. De esta forma, podemos
contemplar la evolución como un proceso de humanización en el que a través de la adquisición de
ciertas técnicas, valores, etc... y el abandono de otras, nos alejamos de "lo primate" y nos acercamos a
lo que nos define como más humanos y menos animales.
Ilustración de Saña.
Ciencia, Tecnología y Humanización
 OTROS_NÚMEROS PORTADA 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16-17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32