E
l encuentro proporcionó enten-
dimiento y solidaridad a una
lucha a cargo de las ancianas
mujeres aborígenes del área.
Esta es la Historia tal y como la
han contado.
Marco
Las razones por las que algunos países esta-
ban investigando el desarrollo de armas nucle-
ares se encuentran en el final de la II Guerra
Mundial y no es éste el lugar para hablar de
ello. Sin embargo, necesitamos entender que
el fin de la Guerra no significó el fin del con-
flicto. Su fin marcó, por el contrario, el
comienzo de una nueva era en las relaciones
internacionales basada en la capacidad de des-
trucción mutua.
Gran Bretaña no fue el primer país en hacer
pruebas de armas nucleares. Los EEUU habí-
an experimentado ya en Trinity Site (suroes-
te de Nuevo Méjico) en Julio de 1945, seguido
de otro en Nevada en 1953. La primera bomba
nuclear soviética explotó en Semipalatinsk
(extensión norte de los Urales) en 1949
2
. Gran
Bretaña llevó a cabo sus primeros ensayos en
Maralinga y Emu Fields, en el Gran Desierto de
Victoria, en Australia del Sur, entre octubre
1953 y 1957
3
.
Australia, por su parte, estaba en su carre-
ra hacia la "occidentalidad". Entre 1948 y 1959,
2.5 millones de personas inmigraron a sus cos-
tas (15% de la población entonces). Su Política
Blanca animó prioritariamente a gente de la
"madre patria" (Gran Bretaña), seguida de los
"países limpios", como los europeos. Australia
además ofreció su suelo cortesmente para la
realización de pruebas nucleares.
Todo esto estaba ocurriendo, mientras las
personas indígenas de Australia eran forzadas
a ir de un lado a otro del país; a ser desem-
pleadas o esclavizadas. Muchas otras fueron
puestas en reservas y misiones, donde crecie-
ron bajo la "caridad de los cristianos". "Ellas
sufrieron y sufren, entre otras, de un racismo
endémico, de una mortalidad infantil tercer-
mundista y de una tasa de encarcelación más
alta que la de cualquier otra nacionalidad den-
tro de su propio país
1
.
El primer ministro australiano en aquel
momento, Sir Robert Menzies (1949-1966) del
Partido Liberal, podrá estar orgulloso de haber
pasado a los anales de la historia por seme-
jantes azañas.
Cincuenta años más tarde, la lucha conti-
núa
Entre el 29 de Septiembre y el 1 de Octubre
unas 300 personas de toda Australia acudie-
ron a Coober Pedy (Kupa Piti, en las lenguas
aborígenes del área), en el Estado de Australia
del Sur. Este encuentro tomó el nombre de
"Kulini Kulini" que significa "¿estas escu-
chando?" en la lengua Yankunytjatjara. Kupa
Piti está en el área donde la primera bomba
atómica fue detonada, cerca de Emu Fields,
donde las gentes de Yankunytjatjara y
Pitjantjatjara, Antikarinya y Kokatha viven. El
Gobierno federal quiere construir ahí un ver-
tedero nuclear ahora. Estando en pleno desier-
to, Kupa Piti es un lugar remoto en términos
occidentales, parece un lugar para el olvido,
los secretos, basura y muerte.
Hoy, sus tradicionales habitantes han dicho
calaramente que el desierto es rico en cultu-
ra, en historias de la tierra y de sus gentes,
rico en agua, frutos, fauna... evidentemente
esto no revierte beneficios a los señores de la
guerra, inversores o gobiernos.
Como supervivientes de tan terribles catás-
trofes, las mujeres Yankunytjatjara,
Antikarinya y Kokatha comenzaron esta lucha,
aunque con ello estaban rompiendo los roles
tradicionales dentro de sus culturas. Crearon
entonces el grupo: Kupa Piti Kungka Tjuta
(muchas mujeres de Kupa Piti) y despegaron
la campaña que está juntando a gente de muy
diversa procedencia. Esta es la Historia con-
tra el veneno- "irati", así emerge una voz firme
y unánime para decir, "déjalo"- "wanti", irati
wanti
4
: el veneno, déjalo.
Estas son sus historias... "Kulini Kulini"
¿Estás escuchando?
5
Alice Cocks: "Nosotros estábamos sentados
cerca de Maralinga, en Yalata, cuando ellos
tiraron la bomba; no sabíamos que era, algo
como un terremoto o algo así. Entonces nos
pusimos enfermos, dos hombres murieron y
otras dos personas más tarde. Dos camiones de
ganado vinieron para cogernos, algunos de
nosotros estabámos enfermos, débiles. Todavía
sufrimos hoy. Todo quedó asolado, muerto, la
tierra, nosotros, todo se había ido. Muchas
gracias por escucharme."
Tjunmutja Myra Watson: "Los misione-
ros me enviaron a Riverland en 1946. Yo no
estaba en Maralinga en ese momento, cuan-
do la bomba cayó. Los misioneros debían
saber, esos blancos... En los "70 volví de
Riverland para ver que no quedaba nada. La
bomba mató a nuestra gente, solamente hay
un puñado de ellos aquí ahora, todo lo arra-
só. Y es tan triste, este tipo de cosas deben
ser paradas. No más uranio, no más vertede-
ros, irati wanti. Tenemos a nuestros hijos e
hijas creciendo ¡su futuro! Australia es un
bello país pero lo están dejando hecho trizas
estos viejos blancos idiotas. Ellos fueron los
que tiraron la bomba allí, nadie más. 50 años
es un largo tiempo para la tristeza. Yo digo
gracias a todas las mujeres de Kupa Piti por
su lucha, a Mrs. Brown, Mrs. Austin, Mrs.
Edwards, Mrs. Crombie, gracias. Debemos
mantenernos fuertes y luchar. Muchas gracias
por escuchar."
Eileen Kampakuta Brown
6
: "En el
momento en que la bomba fue detonada la
tierra tembló, una enorme nube vino hacia
nosotros y el cielo se cubrió, no sabíamos qué
era, pensamos que sería un demonio, ese pri-
mer día todo fue confusión, ese primer día
vimos al padre de Kelly
7
morir y tuvimos que
enterrarlo nosotros mismos. No habían pasa-
do 24 horas cuando empezamos a tener
muchas enfermedades: dolor en los ojos, dia-
rrea, vómitos, flemas y manchas en la piel.
El segundo día perdimos a la hermana de Kelly
mientras nos íbamos lejos de ese lugar. El ter-
cer día fue cuando perdimos a la madre de
Kelly, y por eso yo he educado a Kelly y Yami
como a hijos. Aunque el gobierno decía que
no había gente en ese momento nosotros sabí-
amos que allí todavía había gente. 50 años
más tarde, yo he perdido a mi familia y toda-
vía estoy luchando. Lo que los occidentales
o los no-aborígenes hacen cuando se van a
dormir es poner música o contar una nana;
lo que nosotras, las gentes Yankunytjatjara y
Pitjantjatjara, hacemos es contar las histo-
rias del cielo y la tierra, "Tjukurpa tjungu",
historias que enseñan sobre todas las cosas.
Ahora tenemos este nuevo hablar sobre
Maralinga y la propuesta sobre el vertedero
nuclear, pero no nos gusta, queremos hablar
de las estrellas. Este veneno que viene a nues-
tra tierra es un poco diferente: Maralinga
explotó, pero este irati quizá traspasará, y
después de gran lluvia, será empujado hacia
el suelo y este será el agua que bebamos, con
la que nos bañemos, agua que beber*n los
animales, quién sabe...¡a lo mejor veremos
canguros con tres cabezas en unos cuantos
años! Si las madres beben este agua ¿qué
pasará con los jóvenes? Ya fue sufienciente-
mente malo Maralinga para tener que preo-
cuparnos ahora por este vertedero."
Karina (nieta de Eileen Brown): "Ser la
nieta de la anciana nana Eileen Brown es al
mismo tiempo un privilegio y una responsa-
bilidad. Hay que educar a la siguiente gene-
ración acerca de lo que es el sistema blanco
u occidental. Porque nuestras leyes chocan.
Nuestra ley es aprender de la tierra, respetarla
y trabajar en hermandad con ella, y cuando
esto no se pasa de generación en generación
como se hacía antes, resulta más difícil para
las nuevas generaciones mantenerse fuertes
y firmes al respecto, como las kungkas. El
hecho de que las kungkas hayan dado el paso
para dirigir esta campaña es algo muy fuer-
te que siempre estará conmigo, personal-
mente. Culturalmente no hubiera sido
apoyado; los hombres son los que siempre
hablan fuerte (luchan) sobre las cosas. Es un
paso muy grande que las mujeres sean las
responsables de pasar esa sabiduría a la
siguiente generación y también al resto de
la comunidad, a aquéllos que no terminan de
entender qué significa ser anangu (Aborígen),
pero lo intentan."
(1) Thomas Nilsen e Igor Kudrik:
www.bellona.no
(2) Robert William Varney: The British
Nuclear Tests: Was the Test Policy
Indifferent to Human Suffering?
(3) Sandra Onus y Theodore Saunders Kerrup
Jmara: Conference papers of the Gathering
in solidarity with indigenous people and
the earth. (Victoria Marzo 16-23, 1997)
(4) Este es el nombre de la campaña. Su
página es www.iratiwanti.org
(5) Grabaciones originales del encuentro en
Coober Pedy. La gran mayoría habló en
su propia lengua (Yankunytjatjara y
Pitjantjatjara) traduciéndose al inglés.
Se ha intentado ser lo más fiel posible a
sus formas o estilos de hablar.
(6) Eileen Kampakuta Brown y Eileen Wani
Wingfield ganaron el premio 2003
Goldman Environmen-tal Award. Es el
más alto tributo en el mundo a las
luchas medioambientales de grupos
comunitarios y horizontales.
(7) Muchas personas idígenas no pronun-
cian los nombres de sus muertos. En
cierta forma, esto ha contribuido a man-
tener las historias silenciadas.
cnt
n°296 diciembre 2003
Internacional
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Cincuenta años luchando contra el veneno
Entre los días 29 de septiembre y 1 de octubre tuvo lugar un encuentro entre distintas gentes de toda Australia
en un lugar llamado Coober Pedy, con motivo de la conmemoración del quincuagésimo aniversario de las
pruebas nucleares llevadas a cabo por Inglaterra en el área. En este mismo lugar el Gobierno Federal quiere
ahora construir un vertedero nuclear.
Los aborígenes de Australia llevan siglos sufriendo la crueldad del hombre blanco. En la imagen,
dos mujeres participantes en el encuentro
/ M. ÍÑIGUEZ