Marta Íñiguez
T
okyo, la ciudad donde ríos de agua
y gente se confunden. La corriente
deja atrás mujeres y hombres de
todas clases, torrenteras de asfalto,
con sus puentes y subterráneos que
suben y bajan, por encima y por debajo del
agua, como sus peces de plata y bronce. La
ciudad cara al mar, sitiada por un volcán cubier-
to de nieve, refleja su pura antítesis: el sol
naciente se hace invisible en la tierra del neón,
la calima y la polución; pocas palabras se cru-
zan en medio del bullicio; la sociedad palpita
oprimida con toda su riqueza; defendiendo lo
propio, miran hacia afuera; el perfeccionismo
extremo se retuerce entre trapos sucios; son-
risas amargas acogen con una calidez abru-
madora; las personas viejas juegan, colgándose
muñequitos sin darles suerte alguna; niños y
niñas que envejecen a destiempo; y el tiem-
po, que a veces parece parado, vuela entre
sutiles sabores y colores ardientes. Esta es la
vida diaria, cubierta de hombres que imponen
su sello pero dejan al aire su debilidad, mien-
tras los adolescentes se rebelan en medio de este
terremoto que nunca explota, pero la tierra
tiembla bajo sus pies.
Tokyo: Marco cotidiano
No cabe duda de su papel como capital políti-
ca y financiera, al ser una de las ciudades más
grandes del mundo, es también el centro de
acogida de las últimas tendencias en todos los
ámbitos: música, moda, publicidad, negocios,
tecnología...
Doce millones de habitantes se alojan en la
ciudad vertical, repartidos en apartamentos,
apurando el poco espacio disponible al máxi-
mo. El emperador, por su parte, vive en pleno
centro de Tokyo, en el Palacio Imperial, que
ocupa varias hectáreas de terreno. Pero, en fin,
salvando las contradicciones que se dan en
todas las culturas, la vida diaria de una perso-
na `normal' comienza con un trayecto medio de
entre 2 y 3 horas de casa al trabajo, ya en tren,
en metro o ambos, pero casi siempre como sar-
dinas en lata. Los precios prohibitivos de las
casas en el centro de Tokyo son los responsa-
bles de esto, sumado a una cultura del trans-
porte público, donde la frecuencia media de
los trenes es de unos 3 minutos.
Para un trabajador, además del transporte y
las horas de trabajo, las cuales sobrepasan las
8 horas, es necesario quedarse a tomar algo
después de la jornada, pues es esto lo que pro-
porciona entendimiento y cercanía con sus
compañeros, y la forma de promocionarse. Por
su parte, los salarios se incrementan a lo largo
del tiempo, de acuerdo con la edad y años ser-
vidos en la compañía. No es extraño que la
media de tiempo que un padre pasa con sus
hijos sea de 7 minutos al día.
Lo socialmente adecuado para una mujer
japonesa es ser ama de casa y madre a tiempo
completo. La mayoría va al colegio y trabaja
posteriormente unos cuantos años, pero el obje-
tivo ultimo es casarse y tener hijos
1
, preferi-
blemente antes de los 25. Aquellas que fracasen
siempre podrán acudir al último recurso: matri-
monios de conveniencia, los cuales conforman
el 15% de los matrimonios japoneses.
Como madre, lo más importante es servir al
marido y asegurarse de que sus hijos estudian
lo sufiente como para pasar el difícil examen
de ingreso en una de las mejores universida-
des de Japón, a través de las cuales las com-
pañías más importantes de Japón recrutan a
sus empleados. Para ello, es importante llevar
a los niños a las mejores guarderías y escue-
las, muchas de las cuales proporcionan clases
nocturnas y los fines de semana, a las que fre-
cuentemente atienden. Uno de los modelos
más usuales de aprendizaje en las escuelas es
el siguiente: un examen puede comenzar a las
10 de la mañana; cada niño/a hace sus inten-
tos, el profesor corrige el examen en el acto,
si no esta bien, se le devuelve y el/la niño/a
lo repite sucesivamente hasta que tiene todo
correcto. De esta forma, algunos/as niños/as
pueden terminar incluso a las 3 de la maña-
na, los cuales tienen la oportunidad de dormir
en la escuela para al día siguiente afrontar
otro día de colegio.
Con este panorama, no es extraño que sea
aquí donde se dé un fenómeno que suena muy
raro pero que cada vez esta más extendido en
Japón: hikikomori. Este consiste en que una
persona, adolescente generalmente, se encie-
rra en su habitación entre 1 y 4 años, pero hay
casos de hasta 10, durante los cuales nadie
entrará a su habitación y esta persona sólo sal-
drá (cuando no le vea nadie) al baño. Padres y
madres, incapaces de hacer frente a esta situa-
ción y avergonzados de que les puedan ver u
oír los vecinos, se limitan a recoger la basura
de la puerta del cuarto y a preparar la comida.
Un futuro de sumisión, tanto como esposa como
trabajador, no les reporta satisfacción, ni moti-
vación para seguir haciendo lo mismo todos los
días. Así, prefieren aislarse en su cuarto, con
su consola de video-juegos, música y otros que-
haceres, en este pequeño espacio que es, para
ellos/as, el único rincón de libertad y confort
que les reporta esta sociedad.
Por suerte, un número de personas sigue
en pie de lucha para cambiar esta sociedad y
sus actividades son prueba de ello. El anar-
quismo es especialmente útil en una sociedad
extremadamente jerárquica y sumisa pero abru-
madoramente cálida, amable y acogedora.
Lo más importante del Movimiento Libertario
Siguiendo a Yoko Mihara
2
, las características
más notables son:
En primer lugar, la valoración de su lega-
do anarquista, sobre todo del periodo mas sig-
nificativo, que es el primer cuarto del siglo XX.
Esta valoración se hace por un lado, publi-
cando a menudo a los clásicos del periodo
mencionado. Y, por otro, la conmemoración de
sus personalidades más famosas: Kotusu
Shusui y Osugi Sakae. El primero fue ejecuta-
do junto a muchos de sus compañeros en enero
de 1911, habiendo sido falsamente acusado
de planear el asesinato del Emperador. Osugi
fue asesinado en 1923 por la policía militar
quien, en medio de la confusión que siguió a
un gran terremoto al este de Japón, pensó
que era una buena oportunidad para matar
opositores del Estado.
La segunda faceta es publicar la actividad.
La editorial más característica es la "Compañía
Frente de Batalla Negro" que comenzó sus
operaciones en 1971. El número de textos
publicados ha crecido, extendiéndose desde
los simples panfletos hasta volúmenes de pri-
mera clase. Estos incluyen los trabajos de escri-
tores tales como Kropotkin, Osugi Sakae,
Ishikawa Sanshiro, Iwasa Sakutaro y Hatta
Shuzo.
La situación actual del movimiento anar-
quista en Japón es esperanzadora. Existe un
conglomerado de grupos, algunos centrados
en temas como el anarcosindicalismo, la mujer
o la ayuda a los sintecho; y otros de caracter
más general. Todos ellos son grupos pequeños,
no obstante, las conferencias que están man-
teniendo anualmente en los últimos años,
refuerza los lazos entre ellos y hace que poco
a poco se vaya tejiendo un movimiento fuer-
te con futuro.
La conferencia de este año tuvo lugar entre
los días 12 a 14 de septiembre. Llevaba como
slogan "Reclama la vida" y los temas que tra-
taron fueron variados: la situación en el
mundo laboral, la globalización, la historia
política y un concierto. A ella acudieron per-
sonas y grupos de todo Japón, desde Kyoto
hasta Tokyo, entre los que estábamos tres
occidentales y un coreano. La conferencia ter-
minó con una manifestación en la que querí-
an solidarizarse con Cancún y rechazar la
globalización capitalista. Por supuesto, en
todo esto no faltó un puesto de libros en el
que, además de ofrecer los clásicos japoneses,
había una gran cantidad que trataba sobre
Durruti, la revolución del 36 en España, CNT
y el grupo Sin Dios. Todo el evento discurrió
bien a excepción de la manifestación donde
una persona resultó herida y otra detenida.
Esto fue provocado por la desmesurada canti-
dad de policía que enviaron a cubrir el even-
to que finalmente terminó cargando sin la
menor excusa. Por suerte no hay mayores inci-
dencias ya que esta persona fue puesta en
libertad a las 24 horas.
Estrechemos nuestros lazos, abramos todas
las fronteras... no sólo las que ponen los
Estados. Por la solidaridad internacional ¡abra-
mos los ojos al mundo!
(1) El uso del masculino aquí y en
las frases siguientes es a propó-
sito, tratando de acompañar el
sexismo social con el lenguaje.
(2) Anarchism in Japan, incluido en
Compilation of anarchist articles
1996. (Nótese también que se ha
seguido la tradición japonesa de
poner primero el apellido y
luego el nombre).
cnt
n°295 noviembre 2003
Internacional
2
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Una experiencia en Tokyo
No faltó un puesto de libros donde, además de ofrecer los clásicos japoneses, había ejemplares
que trataba sobre Durruti, la revolución del 36 en España, CNT y el grupo Sin Dios.
/ M. ÍÑIGUEZ
Con el título de "Reclama la vida", el movimiento libertario japonés celebró en Tokyo, entre los dias 12 y
14 de septiembre, un encuentro al que acudieron personas y grupos de todo Japón
La situación actual del
movimiento anarquista
en Japón es
esperanzadora. Existe
un conglomerado de
grupos, algunos
centrados en temas
como el
anarcosindicalismo, la
mujer o la ayuda a los
sintecho; y otros de
caracter más general.
Todos ellos son grupos
pequeños, no obstante,
las conferencias que
están manteniendo
anualmente en los
últimos años, refuerza
los lazos entre ellos y
hace que poco a poco se
vaya tejiendo un
movimiento fuerte con
futuro