background image
Juan / Sabela
E
l territorio controlado por el Estado
Boliviano está habitado en su gran
mayoría por personas indígenas u
originarias de distintas culturas,
siendo la minoría que controla el
Estado blanca, liberal y moderna o por lo
menos así se asume. Basta mencionar que el
(ahora ex) presidente Gonzalo Sánchez de
Lozada, hijo de un exembajador en EEUU y
educado en Chicago, uno de los mayores
empresarios de Bolivia dueño de minas,
haciendas y un banco, apenas habla castella-
no con acento inglés. Ganó las elecciones de
nuevo a pesar de recibir solamente el 22% de
los votos (ya había sido presidente) después
de Banzer, militar responsable de muertes y
desapariciones reconvertido en presidente
demócrata (algo bastante frecuente), gracias
al apoyo yanqui y la mega-coalición que formó
con el Movimiento de la Izquierda Revolucio-
naria - MIR (ya se ve como termina la izquier-
da) y cuando la cosa empezaba a flojear con
la Nueva Fuerza Republicana - NFR, según se
comenta la embajada yanqui le dio una buena
suma al NFR por ello.
Es un Estado monocultural, colonialista y
que excluye y desconoce las identidades indí-
genas de las que extrae su trabajo y riquezas.
La política y la economía se hacen en caste-
llano, es una actividad que se reservan para
sí los blanc@s, gring@s y familias tradicio-
nales; la mayoría de la población convive con
dos lenguas y dos temporalidades: el mundo
cíclico rural y la cultura lineal occidental.
Es importante señal también que Bolivia
representa una de las economías mas pobres
de Latinoamérica y que aquí la espantosa
miseria descansa, principalmente, sobre la
población originaria. Cerca del 80% de la
población es pobre y el más rico gana 44 veces
más que el/la más pobre.
Como en otros países de la región, desde
hace unos diez o quince años intelectuales,
grupos económicos locales e internacionales,
polític@s y periodistas alinead@s allanaron
el camino hacia las privatizaciones. Resultado:
estancamiento económico, recesión, desem-
pleo masivo y más de 80 muertos/as en cho-
ques con las fuerzas del orden...
La cuestión originaria y el racismo interno
Una de las claves para comprender la situación
es tener siempre presente la cuestión indíge-
na u originaria, como se dice acá. Los/as que-
chuas representan más del 40% de la
población, los/as aymaras el 30%, cerca del
10% suman las diferentes etnias originarias de
la zona oriental, la mayoría guaraníes, y sólo
un 5% representan los/as k'aras o personas
blancas, siempre que por blancas se entienda
menos oscuras, claro.
Por supuesto, la mayoría indígena es quien
sufre más directamente las consecuencias de
la pobreza. En el altiplano, por ejemplo, la
dureza del clima y la altura (entre 3.500 y
4.000 metros sobre el nivel del mar) que anti-
guamente se superaban gracias al cultivo en
diferentes pisos ecológicos, actualmente con
la desertificación y el aislamiento son sinó-
nimos de pobreza extrema. En las zonas de
selva (el norte y este) se subsiste gracias a la
bondad del clima pero sin salud, escuelas y en
absoluta marginación. En Potosí, antigua-
mente sinónimo de riqueza y la que fuera en
el siglo XVI la ciudad más grande del mundo,
el Cerro Rico (donde un millón de personas
murieron esclavizadas por los españoles arran-
cando las vetas de plata) agujereado como un
queso, ya no da para vivir a los pocos mine-
ros y palliris (mujeres que seleccionan el mine-
ral) que todavía continúan en su interior en
las mismas condiciones que hace 4 o 5 siglos,
a pesar del peligro de derrumbe, una vez que
la Corporación Minera de Bolivia-COMIBOL
estatal se desintegró y privatizó, y los mine-
ros fueron "relocalizados" por el gobierno, es
decir despedidos. Pero para los turistas es una
"super aventura" ingresar em la mina y sacar-
se la foto haciendo que trabajan con el pico...
algo que jamás haría la escasa nobleza poto-
sina, esa que se dice descendiente pura de los
españoles...
La ficción del Estado es especialmente pal-
pable acá. En Bolivia conviven las organiza-
ciones sociales y económicas originarias
(anteriores a la masacre del siglo XVI) como
los ayllus en la zona andina y las capitanías
de l@s guaraníes, con las comunidades agra-
rias y la organización sindical surgida de la
revolución de 1952 que llevó al Movimiento
Nacionalista Republicano - MNR (derrocado
en octubre) al poder, además de alcaldías,
prefecturas y demás entes del aparato esta-
tal. Es decir, en una comunidad cualquiera
nos encontramos a la autoridad comunitaria
(en el altiplano, el Mallku, o cóndor en ayma-
ra), al secretario del sindicato, al cura y al
alcalde, que obviamente es a quien se hace
menos caso... En resumen, se mantienen las
organizaciones originarias de hace más de 8
siglos, más representativas, sin duda, pero
no por ello menos represivas, y se les dice a
l@s campesin@s que ahora tienen que votar
además por presidentes que siempre han sido
Una experiencia en Tokyo. Crónica de un encuentro
libertario en Japón ........................................................ 21
Internacional
cnt
n°295 noviembre 2003
1
188
Bolivia no sólo arde... estalla
Bolivia ha vivido estas últimas semanas unos acontecimientos de gran trascendencia para su pueblo. Campesinos,
sindicalistas, estudiantes... todos unidos en una contestación multitudinaria y popular han conseguido echar de la poltrona al
títere del gobierno norteamericano. Publicamos en este número un interesante artículo que han elaborado por los compañeros
Sabela y Juan, quienes se encuentran estos días en el país andino. Debido a su longitud, nos vemos obligados a publicar dicho
artículo (que a su vez, ha aparecido en la revista anarquista boliviana
Combate ) en dos entregas.
Bolivia arde (I)
Bolivia. Un manifestante salta sobe una barricada durante las revueltas del 12 de octubre en La Paz
/ AGENCIAS
 OTROS_NÚMEROS PORTADA 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16-17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32