Mala Sangre
David Plana Rusiñol
Ediciones Baile del Sol. Tacoronte.2003
96 pags. 9
Julián Sánchez
E
diciones "Baile del Sol" pone otro cuer-
po de sentimientos, escenario, perso-
najes y actos en su ruta teatral. Mala
Sangre, escrita por David Planas, es una
agria comedia en la que tres mujeres,
dos hombres, un laboratorio, un ascensor, varios
niños en un patio de escuela y una niña de un
mutismo y mirada escalofriante, demuestran a las
claras la pedagogía social actual que sintoniza con
paranoias múltiples, enfermedades en continua
depredación fáctica y la idea de que el bien y el
mal son una ilusión.
Cualquiera puede ser psicópata en estas ruinas
de días, trabajos asépticos, amargura, envidia,
mediocridad, malvados propósitos, relaciones hom-
bre-mujer y viceversa.
David Plana ha estado con las compañías "Dagoll
Dagom" y "T de Teatre". Tiene experiencia en radio
(seriales), Televisión (guiones para varias cadenas),
un premio en el `98 (Butaca), siendo finalista en
los Max de 2003 y apadrina compañía propia con
la que produce "Refugiats", obra estrenada en el
"Teatre Nacional de Catalunya", en marzo de 2003.
Diálogos ágiles, irónicos, duros, sin duda algu-
na con dosis de moraleja en ciertas ocasiones, pero
no de moralina.
Un argumento que daña la imbecilidad catató-
nica diaria y la oficialidad artística del momento.
El autor se permite ciertas dudas, un final abierto
que nos deja especular con factibles resultados y
una media docena de escenas que espacio tempo-
ralmente son contenido, causa y efecto. El ego y
la envidia pueden más que la cordialidad. La sole-
dad es un estupefaciente peligroso en la mayoría
de los casos. Venganza y desidia son monturas que
regulan la demografía del entendimiento.
"Mala Sangre" contiene esto y otro brotes nada
ingenuos en sus 96 páginas. Escrita con soltura
esta pieza teatral es un universo que solo necesi-
ta un tanteo del lector provisto de profundidad
humana, esperando que el autor se refuerce lite-
rariamente en su próxima apuesta y aceptando su
frescura. Modo con el cual una persona se puede
desentender del argumento criminal en el que nos
hacen actuar cada día.
Julián Sánchez es escritor y editor.
cnt
n°294 octubre 2003
Cultura
2
255
libros
Mala
sangre
La vida del espíritu
Hannah Arendt
Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona.2002
Traducción de Carmen Corral
476 págs. 27
Juan Ángel Juristo
A
lumna y amiga de Husserl, Heidegger y
Jaspers, Hannah Arendt es conocida,
sobre todo, por ser una de las grandes
pensadoras que volvieron a enfrentar-
se con la posibilidad de sentar las bases
de una nueva política basada en la libertad y lo
público: ¿Qué es la política?, Ensayo sobre la revo-
lución y Los orígenes del totalitarismo, son brillan-
tes y excelentes exponentes de esta labor. Sin
embargo, hay en Arendt otra manera de comple-
mentar lo que para ella no dejaba de ser una parte,
por muy noble que fuese, de un trabajo filosófico
más completo, y desde luego, más complejo. Se
halla en ella una faceta, probablemente basada en
el giro radical de la tradición filosófica europea y
el retomar el pensamiento de los antiguos de su
maestro Heidegger, que le lleva a una nueva inter-
pretación del espíritu aristotélico, adelantándose
quizá en eso a lo que vino después con pensadores
como Giorgio Colli, y que no sólo encontramos en
lo que muchos consideran su obra capital, La con-
dición humana, sino, y sobre todo, en esta inaca-
bada que para su autora pasaba por ser su máximo
reto, La vida del espíritu. Por ejemplo, la división,
donde se percibe quizá una voluntad de no obliga-
do descreimiento, entre vita activa y vita contem-
plativa, como se estableció en la Antigüedad y la
Edad Media, pero donde esa intensidad por lo públi-
co consigue que ese "retirarse del mundo" con el
que se percibía el cultivo del espíritu, ese descar-
tarse del monje occidental o del sabio de acendra-
da tradición oriental, se transforme aquí en un
retraerse por cualquiera que en un momento deter-
minado, opte con guardarse de los acechos de la
acción. No hay aquí, por tanto, nada de la melan-
colía pascaliana que veía todos los desgracias del
hombre en el hecho de que no sabía estarse quie-
to en los confines de una habitación, sino, al con-
trario, una promesa de un entendimiento superior
pero que descansa en último término en un desti-
no colectivo, y no tanto que ataña tanto a la socie-
dad como a la especie misma. Creo, además, que a
pesar de su carácter inacabado, la autora murió
mientras redactaba su parte final, la correspon-
diente al Juicio, breve por imposiciones del propio
apartado pues, salvo Kant, nadie se había ocupado
hasta entonces en exclusiva de esta facultad sino
era camuflada bajo la de Gusto en los apartados
sobre Estética, esta obra puede ser considerada su
testamento filosófico y la que mejor resume su pen-
samiento, su querencia y su sensibilidad e, inclu-
so, ofrece pistas sobre futuros desarrollos de la
misma. En este sentido puede decirse que nos
encontramos ante una obra digna de ser reseñada
como única, pues, a pesar de su excelencia, hasta
ahora existía una fantasmal edición del Centro de
Estudios Constitucionales, la obra era difícil de
adquirir. Sólo cabe felicitarse por ello.
La desidia superando al
esperpento con ironía
La estrategia del
caracol
Hannah Arendt