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Redacción
La Organización Mundial del Comercio es here-
dera de acuerdos multilaterales, como el GATT,
y su función principal es la de proteger y pro-
mocionar el libre intercambio de mercancías y
servicios entre distintos Estados. Desde su cre-
ación en 1995, ha conseguido que 146 países
se adhieran a sus compromisos y condiciones,
impuestas por sus organizaciones e institucio-
nes miembro, como el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el BM (Banco Mundial) o
la Organización de Naciones Unidas (ONU). En
la actualidad, más de 30 países forman parte
del organismo como "observadores", en espe-
ra de adhesión. Para ello deben demostrar que
han abierto sus fronteras a los grandes intere-
ses comerciales, prácticamente sin reservas. Por
lo tanto, desde su creación, apenas hace ocho
años, ha trabajado para facilitar el desarrollo de
grandes corporaciones internacionales, qui-
tando aranceles en países pobres, sin tener la
misma política con las naciones más poderosas.
La OMC es, junto al Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, el organismo econó-
mico internacional que sirve para canalizar la
voracidad del sistema capitalista, al mismo
tiempo que cuida de su rebaño, ya sea en el
campo comercial o en el financiero. Es decir, a
nivel teórico, abarca bienes, servicios y pro-
piedad intelectual. Establece los principios de
la liberalización, así como las excepciones per-
mitidas. Prescribe la concesión de un trato espe-
cial a los países en desarrollo. Estas son algunas
de sus funciones tal y como ellos mismos las
describen. Al fin y al cabo, se dedica a impo-
ner a sus países miembros que no pongan nin-
gún tipo de traba a las grandes transnacionales
y a sus productos, lo que supone para la indus-
tria local la incapacidad en la competencia (por
otra parte, la panacea del liberalismo econó-
mico), con lo que ésta acaba siendo fagocita-
da, cuando no eliminada. Así mismo, estas
empresas se instalan en países pobres, donde
la mano de obra resulta para ellas práctica-
mente gratuita, esquilmando los recursos huma-
nos y materiales de las regiones más míseras del
planeta. La instalación de grandes compañías
en estos países donde los y las trabajadoras
carecen de derechos, ocasiona que estas mis-
mas compañías cierren sus centros de produc-
ción en el primer mundo, echando a la calle a
cientos de miles de obreros cada año. Este libre
comercio a nivel mundial no se traduce en la
mejora del nivel de vida de las personas del
cuarto mundo, ya que las transnacionales nunca
invertirán sus beneficios en los países del sur
que arrasan.
La relación antes descrita no es el fruto de las
paranoias marginales de los millones de perso-
nas que se oponen a la globalización. Tan solo
aportar unos breves ejemplos, entresacados de
un amplio corolario, debería ser suficiente para
convencer a los más descreídos:
EEUU en el Comité de Agricultura.
y Goldman Sachs International (multina-
cional minera). Es el actual representante
de la Unión Europea en el Comité de Materias
Propiedad Intelectual (ADPIC), 96 eran repre-
sentantes de empresas del sector.
ciar la Conferencia Ministerial del 99,
celebrada en Seattle.
subempresas filiales de grupos transnaciona-
les. Esto es equivalente a decir que un 45% del
comercio internacional no tiene como fin el
consumo, sino la propia elaboración de pro-
ductos de una misma empresa. El sur aporta
las materias primas, el norte las procesa y de
nuevo el sur las consume pagando los costes
intermedios, el margen de beneficios, los trans-
portes,... Con la política de la OMC, las empre-
sas se liberan además de los costes arancelarios.
Así funciona el sistema "justo e igualitario" que
la Organización Mundial del Comercio gestiona.
La cumbre ha tratado una agenda de cinco pun-
tos fundamentales entre los que destacan:
los estados miembros se comprometen a avan-
zar en la liberalización de los servicios comer-
ciales y financieros. En la cumbre de Cancún se
ha dado un paso más, tratando la liberalización
de servicios públicos esenciales; el abasteci-
miento de agua, salud, educación, energía eléc-
trica,... El funcionamiento interno de las
reuniones ha supuesto que los delegados inte-
resados en la liberalización de uno de estos ser-
vicios haga una petición formal al estado que
deba actuar vendiendo, por ejemplo, su abas-
tecimiento público de energía. Así, la Unión
ción de servicios en todos los países de América
Latina. También se ha consensuado la necesi-
dad de negociar la garantía de la libre compe-
tencia, así como la seguridad de que las
empresas privadas que se hagan con un servi-
cio puedan acceder "con todos sus derechos" a
las licitaciones. Se firmará esta "gran necesidad"
en la próxima Cumbre.
medicinas y el acceso a medicamentos, las
patentes sobre la vida y las denominaciones
de origen.
Se ha anunciado a bombo y platillo que se per-
mitirá a los países que se encuentren en situa-
ción de emergencia sanitaria el dar licencias a
empresas de su Estado o cualquier otro para
fabricar genéricos más baratos que los que pro-
ducen las multinacionales farmacéuticas pro-
pietarias de las patentes. La trampa está en
que ese país tiene que demostrar la situación
de emergencia, a riesgo de ser denunciado como
le ha ocurrido a las Repúblicas Sudafricana y
Dominicana. Por otra parte, este acuerdo solo
se aplica a tres enfermedades, el SIDA, la mala-
ria y la tuberculosis, dejando al margen el resto
de enfermedades que acaban con miles de per-
sonas cada día, por el mero hecho de no poder
acceder a los fármacos básicos, en virtud de lo
impuesto por la propia OMC.
lidad de hacer de su propiedad organismos
vivos, plantas, procesos orgánicos y genes para
aplicación industrial. En esta Conferencia, los
países africanos han pedido la eliminación de
este acuerdo sin que de antemano la discusión
haya sido apoyada por ninguna nación rica.
Como viene ocurriendo desde Seattle, la opo-
sición a este tipo de prácticas liberalizadoras
es cada vez mayor y como no, también en
México ha estado presente. El modelo neoli-
beral, que se refiere a otras opciones como
utopías, viene demostrando desde hace años
que el sistema propuesto por Adam Smith o el
propio Keynes y llevado a cabo por gobiernos,
estados y empresas, es lo verdaderamente utó-
pico, si es que su fin ha sido alguna vez cons-
truir una sociedad mejor. A la vista de los
resultados, la exclusión económica y social del
70% de la población, y dando por descontado
la constancia de este hecho para organismos
como la OMC, se difiere que nunca la justicia
social ha sido el objeto de estas políticas libe-
ralizadoras. Cada vez es más obvio para mucha
gente que el mayor terrorista es el que gene-
ra pobreza, enfermedad y muerte.
Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio.
derecho de los pueblos a definir su propio modelo
social. Manifiesto firmado por varias organizacio-
nes del estado español.
¿a quien beneficia la liberalización que se promueve
desde la OMC? Fernando Fernández Such. Equipo
de Análisis y Asuntos Estructurales. Cáritas
Española.
www.corporateeurope.org (en inglés).
Cancún y Ailenwua; cuenta regresiva para Cancún.
www.ifg.org