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n°293 septiembre 2003
Entrevista
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Pilar Hermoso, abogada de la familia
"Este Gobierno no tiene ningún interés
en ejercer las acciones que le corresponde"
Desde la muerte de José Couso el movimiento que reivindica
la dignidad no ha cesado, a pesar de que las grandes mani-
festaciones contra la guerra, con millones de ciudadanos en
la calle, sean parte del recuerdo. No importa el número para
quienes insisten en pedir la verdad. Cada martes, a las 12 de
la mañana, un grupo pequeño de personas lo recuerda delan-
te de la sede del PP en la calle Génova de Madrid.
Periódicamente también hay manifestaciones delante de la
embajada de los EEUU. Decenas de miles de cartas se han
enviado pidiendo responsabilidades al embajador estadouni-
dense, así como a la Moncloa. Al mismo tiempo, la familia plan-
teó hace meses una querella contra los culpables del asesinato
de José Couso. Después de ser admitida a trámite y, tras un
recurso, archivada, fue anulado este archivo y se está pen-
diente del recurso para saber si finalmente es admitida y
poder comenzar un proceso que pretende llevar al banquillo
a los culpables e instigadores del asesinato de Couso. Pilar
Hermoso es la abogada que representa a la familia y afirma
que, aunque es una tarea difícil, existen suficientes argu-
mentos para que la querella se admita a trámite. "La com-
pentencia para poner la querella", afirma, "se basa en el
artículo 23.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que esta-
blece la competencia universal de los ciudadanos españoles
para ciertos supuestos. En este caso es el relativo a los tra-
tados internacionales que haya suscrito España. Uno es la
Convención de Ginebra en la que se condenan los crímenes
de guerra, aunque allí no se nombren específicamente de esa
forma. Como consideramos que con este asesinato se viola la
Convención de Ginebra, tratado suscrito por España, es un deli-
to que puede ser perseguido por nuestro país".
¿Existe algún antecedente similar a este caso?
Hay un par de supuestos parecidos, aunque no iguales. Uno
es el Caso Guatemala, el genocidio contra personas de etnia
maya en el que murieron también españoles. Es un hecho
cometido también contra españoles en el extranjero. Las varia-
ciones es que allí se habla de genocidio y torturas y la muer-
te de Couso no fue genocidio ni tampoco hubo torturas, claro.
También hay varias resoluciones del Tribunal Supremo que
dicen que cuando hay un interés nacional y no hay otra juris-
dicción que pueda juzgar los hechos, España puede ser com-
petente. No se juzga la muerte de un iraquí, sino de un
español, y allí no parece que haya ningún órgano judicial
capaz de juzgar, ni siquiera ningún orden establecido.
Habéis afirmado que la querella se podría ampliar a per-
sonas y organismos. ¿Hasta dónde se puede llegar?
Primero deben admitirla a trámite y depende de lo que salga
de la investigación. Para mí, moralmente son todos culpa-
bles. Desde el gobierno español al norteamericano. Pero jurí-
dicamente es más complicado de probar y de demostrar. En
la querella no hemos querido hacer una acción programática
y meter a todo el mundo, sino que hemos sido más riguro-
sos, algo prudentes. En principio se ha interpuesto contra
quienes sabemos que han sido los responsables de la muer-
te, porque así se ha publicado y así lo han reconocido.
¿Otra actitud del gobierno español habría cambiado
incluso la forma de presentar la querella?
Este Gobierno podría haber ejercido acciones que le corres-
ponden. De este tipo, pero también podría haber ido a los órga-
nos de la ONU, para que nombraran algún tipo de comisión
que investigara los hechos como se ha hecho en otros casos.
No ha hecho nada ni tiene intención, se conforma con las
explicaciones que le han dado. ¿Qué van a hacer contra los
norteamericanos, que son sus amigos, sino decir que ha sido
un lamentable error y que en todo caso estaban en la gue-
rra y la guerra es así? Imaginamos que el gobierno de Aznar
no tienen ningún interés en remover esto. Están esperando
a que se pase un poco y ya está.
¿Podrían ejercerse acciones ante algún tribunal supe-
rior, como el Penal Internacional?
El Penal Internacional en sí no es un organismo superior, sino
uno aparte y está en pañales. Además es complicado porque
España lo tiene suscrito pero Estados Unidos tiene firmados
convenios bilaterales con muchos países para que nunca sus
soldados o ciudadanos vayan a ningún tribunal internacio-
nal. Además, han pedido una prórroga para que los que no
han firmado el Estatuto de Roma no tengan porqué some-
terse al mismo. Por lo tanto esa vía está paralizada
¿Conocéis algún tipo de demanda similar sobre la gue-
rra de Irak?
La que se puso en Bélgica por la muerte de varios iraquíes.
También se puso en nombre de la ciudad del periodista de
Al Jazeera que mataron. Bélgica tenía una ley de justicia uni-
versal con la que se podría juzgar cualquier tipo de crimen
o delito contra la humanidad, independientemente de la
nacionalidad de los autores o asesinados. Pero por la presión
de estados Unidos han echado abajo la ley. Aparte de estos
casos llevaban temas interesantes como el genocidio en
Ruanda o contra las acciones de Israel. Ahora queda todo
paralizado.
Para más información: www.josecouso.info
pero no hay una vara de medir que sea igual
para todos. Si ilegalizan un partido porque no
condena los atentados, aquí ellos han actuado
de la misma manera porque no han condena-
do este asesinato. Y de alguna manera lo han
justificado asintiendo a las explicaciones de
Estados Unidos. El gobierno español está obli-
gado a denunciar esto porque ha firmado la
declaración de Ginebra y los protocolos adicio-
nales que dice que los edificios donde hay civi-
les no se pueden atacar. Todo el mundo sabía
perfectamente que allí estaban los periodistas
internacionales. Todo son indicios de que es un
crimen de guerra, por lo que tendrían que per-
seguirlo. Lo que buscamos es que se acabe la
impunidad, más en un país que va por el mundo
hablando de libertad, de democracia, para luego
hacerse intocables, que nadie les pueda juzgar.
Sabemos quiénes son, tenemos todas las prue-
bas, sus propias declaraciones autoinculpato-
rias y no se les puede juzgar. ¿Por qué? Hasta
en los códigos de justicia militar existe este
delito, el crimen de guerra. Incluso aunque
hubiera sido un error, como llegaron a decir,
deberían investigarlo. Tú tienes un error en una
conducción y tienes que ir a juicio, como si has
roto un coche. Pues eso, en este caso lo que se
ha roto es una vida.
Aseguráis que la muerte de vuestro herma-
no está resultando incómoda. Con vuestra
insistencia, ¿lo estáis resultando vosotros
también?
Espero que resultemos muy incómodos. La fami-
lia se queda afectada, pero por suerte o por des-
gracia han dado con una familia que no va a
parar. Además, tenemos ya a mucha gente con
capacidad de movilizar en todos los sitios, delan-
te de la sede del PP cada martes por la mañana
o delante de la Embajada de Estados Unidos.
¿Quizá pueda más el tiempo que vosotros?
Todo se verá. Sabemos que es una guerra de
fondo pero estamos dispuestos a aguantarla.
Tenemos presente el ejemplo de las Madres de
la Plaza de Mayo, cuántos años se han tirado
allí. Seguiremos erre que erre con el objetivo de
sentarlos en el banquillo, que haya un juicio en
el que se puedan defender y nosotros acusar. Lo
que se está demostrando es que no tienen cre-
dibilidad y sí impunidad como en las dictaduras.
Ya sólo con eso estamos consiguiendo grandes
victorias. Hasta gente de derechas se ha sor-
prendido de esta actitud del Gobierno y te lo
dice.
En estos meses habéis hecho muchos mani-
fiestos, hermosos comunicados, declaracio-
nes de acusación directa como criminales.
Sabiendo cómo está la libertad de expresión
en este país, ¿habéis tenido alguna amena-
za o aviso para que os calléis?
Hemos recibido presiones de todo tipo, pero a
nosotros no nos da la gana callarnos. Yo lo dije
el primer día ante las cámaras de televisión,
cabreado. Asesinos, si queréis, procesadme.
Porque es mi opinión, mi opinión personal como
Javier Couso. Aznar es el asesino moral de mi her-
mano. No sé si habrá alguna figura legal inclu-
so de eso, porque la guerra se inicia en base a
una cumbre que hay de cuatro países: España,
Portugal, Reino Unido y EEUU. Y, luego, no sólo
es partícipe, sino que, además, disculpa, ampa-
ra a los criminales y les da una coartada. Cómo
voy a entender yo que no haya hecho nada. ¿Por
qué me voy a cortar? Ya han matado a mi her-
mano, ¿qué nos pueden hacer? Nos tendrían que
matar a todos para callarnos.
¿Qué se siente cuando una ministra de
Asuntos Exteriores califica la situación como
de incidente?
Imaginaos: indignación, rabia, odio y cabreo.
Esa mujer es una inepta total, un absoluto des-
precio. A esta gente se la sudamos, nosotros y
todos los demás. A mi hermano no lo pueden
acusar ni de terrorista, ni de izquierdas, ni de
radical, nada de nada. Si son así de malos y de
prepotentes con esto, cómo no serán con lo
demás. A veces, por la calle, les suelto los mis-
mos argumentos que ellos utilizan, manejo su
mismo lenguaje y no pueden hacer otra cosa
que mirar para otro lado, como hizo Esperanza
Aguirre durante la campaña electoral, ¿por qué
usted lamenta pero no condena? No saben enton-
ces para dónde mirar, dónde meterse. Sus pro-
pias palabras se vuelven en su contra.
Nos parece casi lógica la postura de EEUU
defendiendo a sus soldados, al fin y al cabo, para
eso fueron enviados. Pero el ejército español ha
ido en "labor humanitaria". Sin embargo han
justificado todas las acciones militares. En este
sentido ¿es peor la actitud del Gobierno español
que la de los EEUU?
Pues sí. La de este Gobierno es de servilis-
mo absoluto. Aun siendo gobierno aliado, lo
menos que se puede hacer cuando matan a un
ciudadano tuyo es pedir explicaciones, discul-
pas. España sigue siendo como la pandereta y
se alía con los planteamientos de lo que Estados
Unidos lleva haciendo toda la vida. Yo he esta-
do en países donde había escuadrones de la
muerte financiados por EEUU o la CIA. Todos
sabemos los golpes de Estado que provocaron.
Estas acciones para ellos son pan comido; accio-
nes que no se juzgan ni expedientan. Pero como
son tan malos, lo contrario de lo que nos han
enseñado en todas sus películas, hay que arran-
carles como sea la dignidad que nos han qui-
tado a nosotros y a mi hermano.
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