Editorial
cnt
n°293 septiembre 2003
3
3
Los herederos del
franquismo no veranean
Redacción
Estimados compañeros y compañeras de la
CNT, amigos lectores:
Como ya habréis advertido, desde este
número 263 recogemos el testigo de la edi-
ción de nuestro periódico confederal de
manos de los compañeros granadinos (a quie-
nes, ya de paso, agradecemos la incansable
labor llevada a cabo). Y lo hacemos con una
mezcla de ilusión y de responsabilidad mili-
tante.
Ilusión por poder plasmar algunas ideas
que ya rumiábamos hace tiempo, pues no en
vano, buena parte de los afiliados al sindica-
to de Artes Gráficas de Madrid desarrollan su
actividad laboral dentro de los llamados
medios de comunicación. Esperamos, a par-
tir de ahora, poder poner al servicio de la
organización los conocimientos adquiridos
en nuestro devenir cotidiano. Ya en este
mismo ejemplar que tenéis en vuestras manos
se encuentran algunos cambios fruto de esas
ideas, otros se irán incluyendo en siguientes
números.
Responsabilidad por la obligación de estar
a la altura de un órgano con una historia tan
rica y dilatada como la del cnt y que espera-
mos poder acompañar con nuestro compro-
miso. Dicha responsabilidad no es, no puede
ser, exclusiva de su director ni de los miem-
bros del Sindicato de Artes Gráficas, ni siquie-
ra de la Federación Local de Madrid, sino te
todos los integrantes de la CNT, pues enten-
demos que la nuestra debe ser una tarea
colectiva y plural, fiel imagen de una orga-
nización viva, que tras una larga travesía en
el desierto, parece que va encontrando, poco
a poco, la forma, y se va haciendo hueco
nuevamente.
Como hemos venido repitiendo desde hace
años, pese a la apatía y el muermo generali-
zados, pese al desencanto y la desmoviliza-
ción general, seguimos insistiendo en la
contestación y la toma de conciencia; de nada
sirve la rabia contenida. Combativos pero
lúdicos, soñadores y a la vez conscientes de
la realidad que nos circunda, seguimos insis-
tiendo en la práctica del sindicalismo de clase,
autogestionario, de acción directa, en el
ANARCOSINDICALISMO.
Por ello, os animamos a enviar artículos
y colaboraciones, a difundir la actividad gene-
rada por nuestros sindicatos a lo largo y ancho
de la piel de toro, sí, y también críticas y pro-
puestas, a sentir el periódico como una parte
más de nuestra militancia, a conseguir ampliar
sus cotas actuales de distribución y difusión.
Para acabar, sólo nos resta pediros un
pequeño favor: la comprensión en estos pri-
meros y caóticos números pues estamos segu-
ros que van a estar plagados de errores y
carencias, consecuencia lógica de la puesta en
marcha de una nueva etapa en su elaboración.
Errores y carencias que, sabemos, serán sub-
sanados con la ayuda y participación de todos
y todas.
Muchas gracias a todos y todas.
Iñaki Gil Uriarte
Secretario General de CNT
V
a acabando este paréntesis en la
rutina diaria que son el verano
y las vacaciones; paréntesis
publicitado y casi obligado, por-
que el mundo sigue y no se para
dejándonos descansar un ratito; las injusti-
cias, las guerras, los trágicos accidentes labo-
rales, los despidos, rumores de una ley
extravagante de movilización general en caso
de que el gobierno lo considere necesario, la
explotación a temporeros y trabajadores esta-
cionales, la represión..., todo ha seguido igual
menos la atención mediática y el interés hacia
estos temas tan poco gratos.
Entre las cosas de estos meses, el otrora
famoso 18 de julio ha pasado sin pena ni glo-
ria, sigiloso y desapercibido. Si el pequeño
dictador levantara la cabeza vería en qué ha
quedado su glorioso alzamiento; casi nadie
quiere recordarlo, es incómodo; tanto sufri-
miento enterrado en el olvido. Los sucesores
del dictador se muestran vergonzantes, abo-
minan de sus orígenes y se camuflan entre
verborrea democrática y tiquis miquis buro-
cráticos para, por ejemplo, subvencionar a la
Fundación Francisco Franco o tachar de tra-
vesuras las agresiones y provocaciones de la
extrema derecha. Su fondo, sin embargo, es
el mismo: desprecio al pueblo, afanes impe-
riales, leyes subordinadas al poder, represión,
embrutecimiento de la población..., su últi-
ma perla, la designación caudillista de suce-
sor por el todopoderoso Aznar.
Para nosotros, para la CNT, el 18 de julio
es una fecha para recordar, ya que a la vez que
las fuerzas reaccionarias se alzaban contra el
orden vigente, los trabajadores se enfrentaban
al fascismo e iniciaban la construcción del
sueño, del ideal por el que tanto habían tra-
bajado y sufrido. Dicen que fueron vencidos,
pero los sucesores de aquellos golpistas se tie-
nen que disfrazar, tienen que cuidar las for-
mas y disimular, porque su ideología está
maldita. Sin embargo, nosotros, los sucesores
de los vencidos, seguimos aquí con la cabeza
bien alta, en distintas circunstancias mun-
diales, en otra sociedad, en distinta coyuntura
histórica, pero con el mismo ideal. Algunos
nos llaman blandos y vendidos, otros nos lan-
zan cantos de sirena para que nos hagamos
más modernos y adaptados a los tiempos, los
de más allá nos quisieran ver metidos en el
engranaje del sistema (ruidosos pero inte-
grados)... Sin embargo, La CNT ha elegido su
camino y se ha dotado de unas normas no
impuestas sino elegidas libremente. Digámoslo
clarito, la CNT es una organización revolucio-
naria, pero que ha optado, obligada por su
ideología anarquista, por luchar del modo más
difícil, desde la base social, desde la educa-
ción de valores como el respeto, la solidari-
dad y el apoyo mutuo. Queremos una
revolución no para conseguir el poder sino
para abolirlo y sustituirlo por la libre asocia-
ción y colaboración entre iguales. Nuestras
armas son la entrega solidaria, el ejemplo, el
trabajo cotidiano por asentar en la sociedad
valores basados en lo humano y no en el bene-
ficio y el egoísmo. No somos una vanguardia
iluminada ni aventureros ni marginales, somos
trabajadores, parte del pueblo, y hemos ele-
gido la lucha sindical en su concepción pri-
mitiva: la organización de los trabajadores no
sólo para conseguir mejoras en sus condicio-
nes laborales, sino también para hacerles due-
ños de su destino. Somos peligrosos porque
no queremos el poder sino el cambio en las
personas, y, esto, no tiene marcha atrás, como
demuestran nuestros, supuestamente venci-
dos, compañeros mayores que, hasta el últi-
mo aliento y después de mil penalidades
siguen fieles a la idea que les marco en un
momento de sus vidas.
Por esto, porque representamos un peligro,
las difamaciones y los ataques directos e indi-
rectos por parte de los poderes de uno y otro
signo son constantes. Viene esto a cuento de
las últimas informaciones y declaraciones de
elementos gubernamentales sobre actos terro-
ristas y detenciones de supuestos anarquistas
peligrosísimos, a delirantes informaciones de
prensa sobre redes anarquistas mundiales peli-
grosísimas y otras majaderías por el estilo en
donde se han visto involucrados compañeros
nuestros. Sobre el compañero detenido en
Grecia durante las protestas en la cumbre de
jefes de gobierno, recaen acusaciones que sólo
usando el sentido común ya se ve que no tie-
nen ni pies ni cabeza; si fuera cierto lo que
dicen de él como gran cerebro de la agitación
mundial, no sé qué hace en la cárcel, habría
derribado él solito al gobierno griego. Y qué
decir de los habituales "éxitos policiales" en
Valencia, que al cabo del tiempo se quedan en
nada. Aunque no tenemos el monopolio del
pensamiento anarquista ni pretendemos repre-
sentar a nadie mas que a nosotros mismos,
todas las campañas de descrédito y criminali-
zación del anarquismo nos tocan muy de cerca,
ya que somos una representación de dicho
pensamiento sólida y organizada con mucha
historia y herencia a las espaldas. Mucho nos
tememos que estas campañas obedecen a estra-
tegias a largo plazo para quitar de en medio,
o intentarlo, a la única organización con
medios humanos e ideológicos que puede plan-
tar cara al estado de cosas actual y represen-
tar una alternativa fundada y coherente.
Lo dicho, se acaba el paréntesis irreal de
las vacaciones.
J. CORTÉS
Una nueva
etapa de
nuestro
periódico