La consecuencia práctica de esto es que Carlos no ingresará en prisión y probablemente no lo hará nunca, por dos motivos: una petición de indulto realizada por los propios fiscales seguramente será atendida y, en segundo lugar, es probable que en enero del 2002, con el fin definitivo de la mili, el gobierno liquidará todos los asuntos judiciales pendientes en este tema. Carlos opina que le importa un carallo si hacen esto o lo otro, puesto que de lo que se trataba era de hablar mal del ejército y esto se ha conseguido plenamente. Los medios de comunicación se volcaron en este asunto por el "morbo" de que un profesor de instituto de 40 años tuviese una orden de ingreso inmediato en prisión, así que le permitieron hablar largo y tendido de los ejércitos y la mili. Además, muchos medios de comunicación resaltaron la pertenencia de Carlos a la CNT y su negativa a aceptar la Prestación Sustitutoria en base a su militancia sindical. En fin, hubo abundante propaganda y, por una vez, nuestros puntos de vista sobre el tema se vieron reflejados en los medios burgueses (radio, prensa y televisión) sin excesivas deformaciones (salvo, claro está, en las teles de alcance nacional, sólo interesadas en el morbo).

Agradecemos vivamente la rapidísima y abundantísima respuesta de los sindicatos de la CNT a nuestra petición de apoyo, que ha motivado un gasto desmesurado de papel de fax en todas las direcciones que propusimos y mucha mala hostia en los juzgados. Hemos recibido también muchas llamadas interesándose por el caso, que se agradecen también. Lamentamos no poder dar las gracias a cada sindicato por su solidaridad, pero la lista sería demasiado larga: más de treinta sindicatos enviaron faxes y pliegos de firmas, contando sólo aquellos de los que tenemos constancia, y mucha más gente envió cartas personalmente. Además, hay una buena cantidad de Ateneos que hicieron lo mismo. A todos ellos/as, una vez más, muchas gracias.

Queremos recordar además que existen otros insumisos en prisión, aunque ya no hay nadie de la CNT dentro (Alberto Naya y Joseph Ghanime, del sindicato de Coruña, llevan algun tiempo en libertad condicional). Aún así, siguen juzgando a compañeros por el mismo "delito". El más reciente ha sido Alejandro Porrúa, también de A Coruña, condenado a 5 años de inhabilitación. Con esto queremos recordaros que el tema de la insumisión aún no se ha acabado y, por supuesto, el del antimilitarismo aún coleará por muchos años...