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Cine

 

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Germinal

Durante el verano nuestra vena casposa se libera de los corsés invernales y, así, no dudamos en demostrar la superioridad de la civilización occidental mediante la exhibición de coloristas vestimentas que, si bien ocultan las deformidades de la alimentación industrial, ponen en primera línea sus carencias anímicas y estéticas. Si tras doscientos años de educación musical, el instrumento más apreciado es el tamtam, no nos debe extrañar que las películas de Santiago Segura obtengan gran éxito, medido en los cientos de millones que ha recaudado, y se conviertan en modelos a seguir promocionados y difundidos machaconamente por periódicos independientes, emisoras radiofónicas decanas y cadenas de televisión de calidad.

Así que, cuando vi anunciada Torrente 2 en uno de los cines de verano que pueblan las costas, no dudé en acercarme. Tras la mística experiencia de Gente con clase, no podía dejar pasar la ocasión de verla en un ambiente que contextualizaba a la perfección los presupuestos teóricos de estas películas que hacen de la caspa y la pringue dos de sus pilares. Pues como se sabe, el uniforme del asiduo a las salas al aire libre es el calzón corto, que lo mismo puede ser bañador que calzoncillo, la camiseta de tirantes con una estampación de la ferretería de la esquina, y las chanclas de tiras que enfunda renegridos dedos que desconocen la existencia de las principios de la pedicuría.

Ha querido la casualidad que sea en el mismo mes de septiembre cuando aparezcan los comentarios de los dos capítulos del personaje de Torrente (la primera lo fue en CNT, septiembre de 1998). En el primero decía que "confusión" era el mejor término que podía definir la película de un joven que acababa de hacer erupción, como una espinilla, que tenía una cierta formación, aunque advertía que no había que confundir cultura con culturismo, y, sobre todo, una espléndida propaganda, que ahora llaman publicidad o promoción. Pero que le faltaba la intención de su autor. Que no quedaba siquiera claro si, como dice Antonio Ozores, la película no tenía mensaje, sino que sólo quería hacer reír. Aunque Santiago Segura esté bastante lejano a los Ozores. Tras esta segunda parte ya no hay la menor duda: el simpático gordito no tiene mayor interés que el de sacarse unas pelas con un "producto" que venda. Y hoy, en España, parece que vende la cutrez.

Tras el éxito de la primera parte, el choque de sus imágenes y situaciones supuestamente rompedoras, era inevitable la segunda. Pero ya bien encauzada por los caminos de un "mal gusto" admisible, unos ganchos atractivos para el público, los "miles" de "cameos" de "personalidades" tan diferentes como Ester Cañadas, Inés Sastre y un largo etcétera y, por supuesto, una machacona campaña de propaganda desde los mismos inicios de la producción. ¿Ha funcionado el asunto? Parece que, más o menos, sí. Tras pasar por las salas de estreno con abundante recaudación, ahora en los cines de verano los espectadores continuaban siendo numerosos. Pero no abundaban, como hace dos años, los chavales entre quince y veinte años, sino parejas camino de la madurez, y alguna que otra que ya la había alcanzado ávidas por conocer, protegidas por la "informalidad" de las noches estivales, aquellas guarradas de las que tanto le habían hablado.

Pero como segundas partes nunca fueron buenas, esta es una versión infantil de la primera. Que pudiera llegar no sólo a los alumnos obligatoriamente escolarizados hasta los dieciséis años y que se refocilaban pensando cómo iban disfrutar haciendo a padres y profesores respectivos, lo que Torrente cometía con su inválido progenitor. Sin embargo, ahora, apenas se puede deglutir el suicidio provocado de un "pringao" y un par de chistes con un perro llamado "Franco" y un Valle de los Caídos de arena que muchos quizás puedan confundir con el Vaticano o la mezquita mayor de Estambul. La pasta por encima de todo. ¿Dará para una tercera entrega? No lo se. Este país es mucho país. Por lo menos esperemos que el bueno de Segura no haya invertido en Gescartera y tenga asegurada su pensión.

guión y dirección
SANTIAGO SEGURA
productores
JUAN DAKAS
ANDRES VICENTE GOMEZ

intérpretes
SANTIAGO SEGURA 
GABINO DIEGO
TONY LEBLANC
INES SASTRE
JOSE LUIS MORENO como SPINELLI
ARTURO VALLS
JOSE LUIS LOPEZ VAZQUEZ
JUANITO NAVARRO
ELOI YEBRA
ROSANNA WALLS
CAROLINA BONA
PALOMA CELA

director de fotografía GUILLERMO "MEMO" GRANILLO

música ROQUE BAÑOS

supervisión de producción MARIA LUISA GUTIERREZ

maquillaje PEPE QUETGLAS
peluquería PAQUITA NUÑEZ

supervisión de escenas de acción FEDERICO CUEVA

sonido ANTONIO RODRIGUEZ "MARMOL"

montaje FIDEL COLLADOS

ayudante de dirección SERGIO FRANCISCO 


jefa de prensa y promoción EVA SKLAR