LA CULPA ES SOLTERA

Un juez considera que la muerte de Fonseca en la comisaría de Arrecife fue "natural".

La muerte, en la madrugada del 20 mayo de 2000, del inmigrante guineano Antonio Fonseca Mendes en la comisaría de la policía nacional de Arrecife (Lanzarote - Canarias) queda sin explicación. El juez Sergio José Díaz García ha considerado que falleció de "muerte natural", es decir, "por causas no imputables a terceros" por lo que los dos policías nacionales que detuvieron y condujeron a Fonseca a comisaría quedan libres de cargos. La familia del fallecido o las acusaciones particulares (UGT e IU) pueden recurrir el auto. En su escrito el juez rechaza la versión de la familia que afirma que la muerte del detenido fue consecuencia de una brutal paliza propinada durante la detención y en comisaría por los policías. Fonseca fue detenido en el portal de la casa donde vivía su hermana en la madrugada del 20 de mayo de 2000.

Dos agentes de la comisaría de Arrecife lo persiguieron durante varios minutos por las calles del centro de la capital lanzaroteña. Fue la última vez que se le vio en la calle con vida. Esa misma madrugada, a las 3.40, un médico del Servicio de Urgencias Canario llamado de urgencia por la policía certificada la muerte de Fonseca en los calabozos de la comisaría. Inmediatamente la policía difundía su versión que achacaba la muerte a causas naturales. La hermana del inmigrante, tras ver el cadáver cubierto de señales de golpes denunció por presunto asesinato a los dos agentes que lo detuvieron. También difundió unas fotos del cuerpo de Fonseca en las que eran visibles multitud de moratones. La familia contrató a un prestigioso forense, José Antonio García Andrade, que tras la autopsia afirmó que la causa de la muerte del inmigrante se debió a un fuerte golpe en el cuello.

Este nuevo caso de brutalidad policial fue un escándalo que estuvo en las portadas de los medios durante unos días pero el "cierre" del caso no ha merecido semejante atención. En los dos últimos años dieciséis personas han perdido la vida en dependencias de los diferentes cuerpos policiales. El auto de archivo dictado a primeros de abril por el Juzgado número 1 de Arrecife, da por buenos los testimonios de dos de los tres peritos médicos que intervinieron en el caso, los que coinciden en señalar que ningún golpe pudo causar la muerte a Fonseca. El juez, en su resolución desestima por poco profesionales y exhaustivas las afirmaciones del forense contratado por la familia. Sin embargo este médico forense, ya jubilado y de reconocido prestigio (acaba de publicar un libro sobre sus casos más sonados) en diversas declaraciones insiste en que fue un golpe el que mató al inmigrante.

El auto judicial también hace referencia a las declaraciones de Juan José Hormiga, testigo presentado por la familia de Fonseca, que aseguró haber presenciado desde su celda, aquella noche, cómo los dos policías golpeaban al detenido hasta matarle. Hormiga fue detenido esa noche por atracar, junto a un amigo, un bar de la localidad de Tías, a 12 kilómetros de Arrecife. Según el propio Hormiga, esa detención se produjo entre las 12.30 y las 12.45 del 20 de mayo, con lo cual pudo presenciar la muerte de Fonseca, horas más tarde. Sin embargo, la Policía de Arrecife declaró en todo momento que Hormiga ingresó en sus dependencias a las 6.00 horas, es decir, bastante tiempo después de la muerte de Fonseca. El juez da por buenas las declaraciones de un testigo de la defensa (hermano del jefe de la Policía local de Tías) que sitúa la detención de Hormiga después de las 2.30 h. El auto afirma "sin ningún género de dudas, que cuando el señor Hormiga Lorenzo estuvo en las dependencias de la Policía el señor Fonseca ya había fallecido y su cadáver trasladado".

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UPA Madrid.