ANTIMILITARISMO

 

La presencia del antimilitarismo se convierte por segundo año en el hecho central de la apertura anual del campo de tiro de san Gregorio para la romería

Rodeada de decenas de grupos de campistas, la carpa montada por el Colectivo de Objeción y Antimilitarismo, grupo local del Movimiento de Objeción de Conciencia en Zaragoza, fue, por segundo año consecutivo, el centro de atención popular y de los medios de comunicación en medio de la romería a la ermita del campo de tiro y maniobras de San Gregorio el pasado domingo día 13.

Y no podía ser para menos. No sólo por su privilegiado emplazamiento en la zona central de la explanada que acotan los militares para permitir un solo día al año la presencia civil en un acto fundamentalmente festivo con fuerte tradición en la zona. También contribuyó a destacar su presencia la pancarta de 12 metros de tela blanca que elevaban hacia el cielo, soportando los vaivenes de la brisa, 10 globos de helio de cerca de un metro de diámetro cada uno, también blancos. "Devolución Gratuita de San Gregorio", podía leerse en grandes letras, y con sendas "os" en forma del símbolo pacifista de los años sesenta que recuerda una pata de gallo.

Concluida la ceremonia religiosa, que no parecía interesar mucho a la mayoría de los campistas que en ese momento tomaban el almuerzo a pocos metros de la ermita tras el preceptivo dance, el ambiente se animaba entre hogueras avivadas y parrillas. Los escasos militares que paseaban acompañados de la Guardia Civil, probablemente apenas podían creer que tuviesen que soportar en sus mismas narices el eslogan que leían en la pancarta levantada por globos y que sintetizaba el mensaje de una jornada que l@s antimilitaristas allí presentes insisten en ir transformando año tras año en reivindicativa contra la presencia militar en la ciudad: "Nos sobran los ejércitos: Ocupaciones militares, devolución gratuita". Una síntesis que, para la capacidad de los militares, nunca por debajo del 85 de cociente intelectual, ayudaba la presencia de otra pancarta: "Desarmar San Gregorio. Recuperemos los terrenos militares".

Las octavillas que repartían l@s antimilitaristas lo dejaban bien claro, el 40% de Zaragoza es mal empleada con fines militares, y es hora ya de acabar radicalmente con esta situación, indigna de una sociedad avanzada. Una destacada parte de ese porcentaje lo representa la extensión ocupada por el campo de tiro de San Gregorio, el mas grande de Europa. Pruebas con armamento dotado de uranio empobrecido, todo tipo de actividades agresivas contra el patrimonio cultural y el medio ambiente (que l@s naturalistas califican de excepcional) y la preparación de los ejércitos de la OTAN que luego irán a bombardear parajes habitados esta vez por población civil como ocurría hace ahora dos años en los Balcanes, son otras tantas razones en contra de la existencia de esta vasta instalación militar y la exigencia para la devolución de ese territorio a la ciudad para su uso medioambientalmente sostenible.

Con un notable retraso sobre el horario previsto, pero con la satisfacción del objetivo cumplido, poco después de las doce y media se sumaban a la reivindicación un nutrido grupo de antimilitaristas que, a golpe de pedal, habían partido de la acampada reivindicativa contra los pantanos establecida en la céntrica plaza zaragozana de Aragón, convocados también por el colectivo Pedalea, y que coronaban (es un decir, claro) la colina de la ermita.

Por lo demás se palpó en el ambiente de nuevo el rechazo de la gente del lugar a la prepotencia del ejército y hasta un cierto agradecimiento y alivio por que un colectivo se haga cargo de dar salida efectiva a ese malestar.

Pero como no todo iba a ser discurso y reivindicación también hubo lugar para lo mas lúdico.

En primavera, dale un latido desobediente a tu vida. La resignación es un suicidio cotidiano.

 

Extraído de Opinión Libertaria