ASESINATOS POLÍTICOS, ASESINOS POLÍTICOS

 

¿John D. Negroponte, nombrado por el Presidente Bush como próximo embajador en las Naciones Unidas?. Se me aguzaron los oídos. Subí el volumen de la radio. Empecé a escuchar más atentamente. Si, había oído correctamente. Bush estaba nominando a Negroponte, el hombre que dio carta blanca a los escuadrones de la muerte de Honduras, apoyados por la CIA, cuando fue embajador en Honduras de 1981 a 1985.

Mi mente volvió a Mayo de 1982 cuando me ví a mí misma frente a Negroponte en su oficina de la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa. Yo había ido a Honduras en delegación de investigación. Estábamos buscando respuestas. Treinta y dos mujeres habían huido de los escuadrones de la muerte de El Salvador –después de una serie de asesinatos en 1980- para refugiarse en Honduras. Algunos meses después de su llegada, estas mujeres fueron arrancadas a la fuerza de sus alojamientos de Tegucigalpa y empujadas dentro de una furgoneta. "Desaparecieron". Nuestra delegación – una delegación de mujeres- estaba en Tegucigalpa para investigar lo que había pasado a ESAS mujeres. John Negroponte nos escuchó mientras exponíamos los hechos. Había habido testigos oculares de la captura, y estábamos muy bien informadas de la documentación que las delegaciones anteriores habían reunido.

Negroponte negó todo conocimiento del paradero de estas mujeres. Insistió en que la Embajada de Estados Unidos no interfirió en los asuntos del gobierno Hondureño, y que nos resultaría más ventajoso discutir el asunto con éste último.

Los hechos, sin embargo, revelan más bien lo contrario. Durante el tiempo que Negroponte ostentó el cargo, la ayuda militar de Estados Unidos a Honduras se incrementó de 4 millones de Dólares a 77,4 millones de dólares; los Estados Unidos lanzaron una guerra encubierta contra Nicaragua y minaron sus puertos, y los militares de Estados Unidos entrenaron a los militares Hondureños para apoyar a la Contra.

John Negroponte trabajó muy de cerca con el General Álvarez, Jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, para facilitar el entrenamiento de los soldados Hondureños en guerra psicológica, sabotaje, y muchos tipos de violaciones de los derechos humanos, incluyendo tortura y secuestro. Las elites militares Hondureñas y Salvadoreñas fueron enviadas a la Escuela de las Américas a recibir entrenamiento en contra-revolución dirigida contra la gente de sus propios países. La CIA creó el infame Batallón de Inteligencia Hondureño 3-16, que fue responsable del asesinato de mucha gente en Nicaragua. El general Luis Alonso Discua Elvir, graduado en la Escuela de las Américas, fue fundador y comandante del Batallón 3-16. En 1982, los Estados Unidos negociaron el acceso a los campos de aviación de Honduras y establecieron un centro regional de entrenamiento militar para las fuerzas de América Central, principalmente dirigido a mejorar las fuerzas de lucha de los militares Salvadoreños.

En 1994, la Comisión de Derechos de Honduras describió la tortura y desaparición de al menos 184 opositores políticos. También acusó a John Negroponte de una cantidad de violaciones de los derechos humanos. Aún así, de nuevo en su oficina aquel día de 1982, John Negroponte nos aseguró que él no tenía idea de lo que había pasado a las mujeres que estábamos buscando.

Yo tuve que esperar 13 años para saberlo. En una entrevista con el BALTIMORE SUN en 1996, Jack Binns, el predecesor de Negroponte en el cargo de embajador en Honduras, explicó como un grupo de Salvadoreños, entre los que se encontraban las mujeres que habíamos estado buscando, habían sido capturados el 22 de Abril de 1981 y torturados salvajemente por la DNI – la Policía Secreta Hondureña – antes de ser colocados en helicópteros de los militares Salvadoreños. Binns dijo al BALTIMORE SUN que las autoridades Norteamericanas estaban muy al tanto de lo que había ocurrido y que ello era una grave violación de los derechos humanos. Pero se consideró como parte de la política contra-revolucionaria del Presidente Ronald Reagan.

Ahora en 2001, estoy viendo nuevas ondas expansivas de esta historia. Desde que el Presidente Bush hizo saber que intentaba nominar a John Negroponte, otras personas han sido repentinamente "desaparecidas" por decirlo así. En un artículo publicado en Los Ángeles Times el 25 de Marzo, Maggie Farley y Norman Kempster informaron de la deportación repentina de varios antiguos miembros de los escuadrones de la muerte Hondureños de los Estados Unidos. Estos hombres podrían haber suministrado testimonio demoledor contra Negroponte en las próximas audiencias del Senado. Uno de estos deportados recientes da la casualidad que es el General Luis Alonso Discua, fundador del Batallón 3-16. En Febrero, Washington revocó el visado de Discua, que era Embajador Diputado en las Naciones Unidas. Desde entonces, Discua ha aparecido en público dando detalles del apoyo de los Estados Unidos al Batallón 3-16.

Dada la historia de John Negroponte en América Central, es incluso horripilante el pensar que podría ser elegido para el alto oficio en las Naciones Unidas. ¿Actuará de forma que asegure que los derechos humanos de todos los pueblos reciban el más alto respeto? ¿cuánta gente, me pregunto, sabe quien es realmente John Negroponte?.

Laetitia Bordes

San Francisco, California. Enviado por el Secretariado de la WSA-AIT en Cloquet-Minnesota

Secretariado WSA-AIT Clocquet-Minnesota