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Amelie
La Puerta de Bosnia.
Entré en Bosnia por la frontera de Brod. Esta
ciudad estaba dividida en dos partes: al norte
y al sur del río Sava. "Brod" significa "vado"
en serbocroata: la ciudad nació debido al paso
fácil por el río Sava
1
. En los tiempos yugosla-
vos era una ciudad próspera, con mucha in-
dustria, sobre todo al norte del Sava. El centro
de Brod ahora está en la parte croata, con to-
das las instituciones de una ciudad: escuelas,
hospitales, comercio, y así sigue.
Al crearse la frontera entre Croacia y Bos-
nia, en Bosnia se quedaron un arrabal y una
refinería. Hoy los habitantes de la parte al sur
del Sava -Bosanski Brod- tienen que ir muy
lejos (20 kilómetros), hasta Derventa, para lle-
gar a un hospital. Supongo que han creado
una escuela para los niños, muy básica. Y han
establecido un mercado barato y bastante mi-
serable de bodegas al lado de la carretera ante
el paso fronterizo, aprovechando la diferen-
cia de precios entre Croacia y Bosnia. Más de
eso no hay nada en Bosanski Brod.
El camino de Bosanski Brod hasta Derven-
ta está lleno de casas en ruinas, quemadas por
el ejército croata en 1992. Cuando entraron
en Bosnia quemaron cada casa serbia entre
Brod y Derventa hasta que el ejército -enton-
ces todavía yugoslavo, pero en su mayoría
compuesto de serbios- les detuvo. Los milita-
res croatas entonces mataron a cada serbio
que no había huido a tiempo, sobre todo a la
gente de mayor edad. Las luchas se prolonga-
ron de tres a cuatro meses hasta que el ejér-
cito yugoslavo-serbio les venció y los croatas
tuvieron que regresar hasta Slavonski Brod,
la zona croata de Brod, al norte del Sava, des-
truyendo el puente en la retirada.
Según una amiga mía el gobierno croata -
en esta época había planes entre Tudjman y Mi-
losevic para la partición de Bosnia-Hercegovina
en Serbia y Croacia- pensó que en la espalda
de las luchas por Sarajevo podían extender la
frontera de Croacia al sur del río Sava, con-
quistando así la cuenca del Sava, la "Posavina".
Mis amigos me cuentan que sólo en Bo-
sanski Luzhani y alrededores los croatas ma-
taron a 27 personas en un solo día. El frente
de lucha se prolongó durante un mes y medio
en Luzhani. El paisaje está lleno de minas. Mu-
chos árboles que sobrevivieron contienen tro-
zos de metal de las granadas. Los habitantes
croatas de Luzhani y las aldeas vecinas no vol-
vieron. Se fueron a Croacia como en tiempo
de Tudjman les concedieron la nacionalidad
croata. Se han establecido allí de alguna for-
ma. A Bosnia nadie quiere volver, no tanto
porque allí haya persecución, sino ante todo
porque en aquel país no hay futuro. Los cro-
atas del área reedificaron sus casas con ayuda
internacional, siendo huidos reconocidos, pero
no vuelven a vivir allí. Vienen el fin de sema-
na de visita, pero no trabajan sus tierras.
Por eso y otras razones (emigración a paí-
ses lejanos, muerte de los habitantes) muchas
tierras de Bosnia yacen en barbecho. En ellas
crecen las malas hierbas, bajo ellas a menudo
hay minas. El "estado" de Bosnia-Hercegovina
(BiH) carece de fondos para limpiar estos de-
sechos de la guerra civil. ¿Y para qué? Muchas
tierras fértiles no se trabajan porque para sus
productos no hay mercado donde los admitan.
La agricultura de Bosnia-Hercegovina ha vuel-
to al nivel autosuficiente.
Sarajevo.
Sarajevo en los años setenta era una ciudad in-
ternacional. Tenia una universidad muy reco-
nocida por estudiantes de países musulmanes.
Un amigo mío de Irak estudió allí y me contó
la época maravillosa que pasó en Sarajevo (los
últimos buenos tiempos de su vida de refugia-
do iraquí en una Europa que durante mucho
tiempo fue partidaria del régimen Baaz, y que
hasta hoy casi nunca admite a los iraquíes).
En Sarajevo reedificaron algunos edificios
de prestigio internacional, pero quedan mu-
chas ruinas, entre ellas el edificio del parla-
mento de Bosnia-Hercegovina, un edificio de
hormigón de 15 o 20 plantas completamente
quemado, un esqueleto de hormigón. Sin em-
bargo, al mirarlo de cerca vi que en una de sus
plantas vive gente, hay ventanas y cortinas. Mi
amigo me contó que a menudo en edificios que
a primera vista parecen completamente des-
truidos descubrió señales de habitantes. Esta
gente, parece, viene de lugares todavía más en
ruinas, o habitados por otras etnias que no les
permiten volver. En la Hercegovina por ejemplo,
sobre todo en su capital Mostar, los croatas,
siendo la etnia mayoritaria después de que se
marcharan casi todos los serbios, se han hecho
fuertes y hacen difícil la vida a los musulmanes.
Según las estadísticas oficiales, el 90% de
los habitantes de Sarajevo son musulmanes.
Pero ¿qué significa "musulmán" en Bosnia-
Hercegovina? Es una nacionalidad o etnia cre-
ada artificialmente en la Yugoslavia de Tito
para dar a la gente de origen bosnio-islámico
una propia identidad. Pero muchos de los así
creados "musulmanes" de Bosnia eran afines a
la gran Yugoslavia, muchas veces convencidos
comunistas, sin fe, tal vez con unas tradicio-
nes musulmanas, como la circuncisión o cier-
tas formas de entierro. No eran religiosos, ni
siquiera eligieron a Izetbegovic, y todavía me-
nos querían un estado independiente o mu-
sulmán. No tenían ningún interés en la sharía,
la ley musulmana. Hasta hoy casi nadie lo quie-
re. Sin embargo, se convirtieron en blanco de
los nacionalistas serbios que temían la vuelta
del reino musulmán, y sufrieron todas las con-
secuencias, incluso el sitio de Sarajevo, el más
largo conocido de la historia europea.
Las chicas de Sarajevo se visten de una for-
ma muy libre, igual que en España. Se ven me-
nos mujeres con velo en Sarajevo que en muchas
de las capitales de Europa. En Sarajevo reina com-
pleta libertad: cada uno se pone que le da la
gana. Mi amigo (que tiene 20 años) se quedó
encantado con las muchachas de Sarajevo: dijo
que son las más bellas que había visto en su vida.
De Sarajevo sí se fueron la mayoría de los
serbios, por temor a represalias. Se fueron los
croatas, por falta de posibilidades de encontrar
trabajo. Se quedaron y vinieron los tal llama-
dos musulmanes, por falta de otros lugares
adonde ir. Sin embargo, oí música serbia en
un restaurante y preguntando me enteré que
en la cocina trabajaba una serbia. Evidente-
mente les admiten...
Los extranjeros en Sarajevo no se meten
con la población. Son empleados de las emba-
jadas, de la EUFOR, de la administración in-
ternacional. Casi todo el turismo se compone
de gente de la antigua Yugoslavia, es decir, de
Croacia, Eslovenia, Serbia... Gente quienes hace
poco todavía eran compatriotas.
Mi amigo quería hacer un curso de idioma
serbio-croata: no lo hay, por falta de interés. Así,
los extranjeros y los habitantes de Sarajevo dis-
curren por diferentes arroyos, casi nunca se
encuentran de veras. La gente de Sarajevo sien-
te rencor, o por lo menos tristeza por el aban-
dono que les demuestra la llamada "comunidad
internacional". Además casi no hay trabajo, y
los cabrones que se han enriquecido durante el
sitio con el abastecimiento de los habitantes si-
guen siendo los dueños de la economía.
La RS.
La República Srpska (la entidad serbia de Bos-
nia-Hercegovina, RS) apenas recibe ayuda in-
ternacional, siendo mal vista por los gobiernos
occidentales, aunque reconocida oficialmen-
te por ellos mismos en el acuerdo de Dayton
(a finales de 1995). Las víctimas serbias de es-
tas zonas tienen que reedificar sus casas des-
truidas con sus propios recursos, algo que
resulta muy difícil dado el lamentable estado
de la economía y la política restrictiva res-
pecto a la concesión de visados para los habi-
tantes de toda Bosnia-Hercegovina.
En la RS, sin embargo, se ha establecido
una casta de políticos corruptos que ganan di-
nero de la importación de bienes de uso coti-
diano y no tienen interés en mantener una
producción de dichos bienes. Deliberadamen-
te hacen todo para destruir la poca industria
que todavía se mantiene en pie.
Un amigo mío trabajaba en la refinería de
Brod, que cuando se construyó era una de las
más modernas de Europa, con un 98% de ca-
pacidad de trabajar el crudo. De los restos que
quedaron de la producción de combustible fa-
bricaron lubricantes, con presión. Mi amigo
no cobró su sueldo durante meses -tiene familia
y tres hijos- hasta que se fue a otro lugar don-
de sí le pagaban. La refinería hoy en día casi
no produce. La gasolina refinada hay que im-
portarla. Su mujer, cuando me contó todo eso,
bajaba la voz en un bar de Doboj por miedo a
que alguien la oyera...
Después del acuerdo de Dayton llegaron
muchos empresarios-tiburones del extranje-
ro y por muy poco dinero compraron las fá-
bricas, con el sólo fin de desmantelarlas y
llevarse las maquinas más caras y producti-
vas que había allí. Es otra razón por la que
ahora en Bosnia hay muchas fábricas vacías y
abandonadas.
El estado que no es estado.
La llamada República de Bosnia y Hercegovi-
na (BiH) carece de todos las condiciones bá-
sicas para ser un estado. Nadie lo quiere, salvo
unos jefecillos políticos de todas las etnias
que ganan mucho de sus negocios protegidos
por su posición en el gobierno, y la comuni-
dad internacional.
No tiene soberanía ni hacia dentro, ni ha-
cia fuera. Su gobierno títere es completamente
dependiente del "Alto Representante" de la
ONU. Él tiene extensos poderes para admitir y
rechazar a los políticos elegidos legalmente
en las elecciones. El presupuesto de BiH está
en manos del FMI. Dentro tampoco hay uni-
dad. La moneda de BiH se llama "marca con-
vertible", pero no es ni marca, ni lo admiten
fuera de BiH. La "convertibilidad" se queda
en un espejismo.
La Federación bosnio-croata emite su pro-
pio dinero, así como la RS. El único billete con-
junto (de 5 mc) es de Mesha Selimovich, escritor
bosnio-musulmán de los años 70 (El derviche
y la muerte
). Sólo en la RS hay (en el billete
de 1 mc) el retrato del escritor Ivo Andric, cro-
ata de origen, yugoslavo
2
de convicción, y pre-
mio Nobel de Literatura en 1961 por su libro
Un puente sobre el Drina.
Notas:
[1] Brod y la carretera de allí hacía el sur era
históricamente la vía principal a Sarajevo
y por eso se llama la "Puerta de Bosnia".
Sin embargo, por varias razones después
de la guerra de 1992-95 eso cambió y
ahora la carretera más frecuentada y me-
jor construida es la que va de la frontera
bosnio-croata en Gradiska hacía Sarajevo.
[2] El concepto "yugoslava" nació en el siglo
XIX. Entre intelectuales serbios, croatas y
eslovenos y significaba la idea que todos
los eslavos del sur (yug en serbio-croata
= sur) vivan en un propio estado, libe-
rándose de los dominios ajenos que hasta
entonces había en los Balcanes: el Reino
Otomano, los Habsburgos, los Italianos.
La primera Yugoslavia, creada con el be-
neplácito de los poderes victoriosos des-
pués de la I Guerra Mundial, correspondió
a este ideal y, con la excepción de Mon-
tenegro, se creaba de manera voluntaria.
La segunda Yugoslavia comunista nació
de las cenizas de la primera y estaba uni-
da por la idea socialista-comunista, hasta
que el desarrollo político llevó a la nega-
ción del ideal socialista, destruyendo así
el fundamento de Yugoslavia.
cnt
n°327 octubre 2006
Internacional
2
200
Para irse a Bosnia hoy en día uno tiene que tener amigos que le acojan. El turismo
internacional se ha quedado en cosa del pasado. Hay hoteles y lugares de acogida,
herencia de la gran Yugoslavia de entonces, pero ninguna agencia de viajes se ocupa de
este país. El transporte público no está preparado para forasteros, y en las carreteras de
la República Srpska, la parte serbia de Bosnia, los carteles e indicaciones están escritas
en caracteres cirílicos. Yo tengo amigos en el norte de Bosnia, y un buen amigo mío
estuvo trabajando durante dos meses en Sarajevo, así que me fui para allá.
Un breve reportaje de Bosnia
La plaza de la Bascarsia, la más famosa de Sarajevo, donde comenzó el enfrentamiento
de las etnias cuando en marzo de 1992 un francotirador asesinó al padre del novio de una
familia serbia que celebraba una boda.
/ AMELIE