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Vicent Boix
Bolivia.
En el índice de desarrollo del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo
1
, Bolivia
ocupaba el lugar 113 en el año 2005. España
el 21. La esperanza de vida era de poco más
de 64 años. España sobrepasaba los 79. El anal-
fabetismo en adultos afectaba al 13,5% de la
población del país sudamericano, mientras no
alcanzaba el 3% en España. El número de
médicos por cada 100.000 habitantes era de 73
en Bolivia, frente a los 320 de España, los 549
de Estados Unidos o los 591 de Cuba. Los par-
tos atendidos por personal médico suponían el
65% del total en Bolivia, el 99% en Estados
Unidos y Argentina, y el 100% en Cuba,
Uruguay y Chile. La desnutrición afectaba al
21% de la población boliviana entre los años
2000-2002, mientras que este porcentaje era
del 5% en México y 4% en Costa Rica. La tasa
de mortalidad infantil en Bolivia era de 53
niños muertos por cada 1.000 nacimientos en
el año 2003, frente a los 4 de España, los 6 de
Cuba y los 7 de Estados Unidos.
El informe Panorama Social
2
de 2005, de la
Comisión Económica para América Latina
(CEPAL), descubría con datos del año 2002
que, entre un 20 y un 30% de la población
boliviana no disfrutaba de una fuente ade-
cuada de agua. Este mismo porcentaje era apli-
cable entre los jóvenes de más de 18 años,
pero con menos de 5 en estudios. Más del 40%
de la sociedad sufría hacinamiento, no pose-
ía un sistema adecuado de eliminación de
excrementos y el piso de sus casas era de tie-
rra. Entre los niños de 7 a 12 años, más del
40% no acudían a ningún establecimiento
educativo. Y entre el 30 y el 40% de la socie-
dad boliviana no tenía servicio sanitario ni
electricidad.
En el año 2002 y según la misma fuente
3
,
el 62,4% de la población estaba por debajo de
la línea de la pobreza y un 37,1% era indi-
gente, mientras la media del continente era
de un 44 y un 19,4% respectivamente.
Con datos del Banco Central de Bolivia
4
, la
deuda externa en el año 2005 era de 4.961,6
millones de dólares. 300 millones más que en
1996. El PIB para 2004 era de 8.758 millones
de dólares según el Instituto Nacional de
Estadísticas
5
. Con datos de 2004, la deuda
externa suponía más del 57% del PIB.
Esta caótica y desigual situación se ha tra-
ducido en numerosas movilizaciones que aca-
baron con los gobiernos de Sanchéz de Lozada
en el año 2003 y Carlos Mesa en el 2005. En
esta coyuntura, Evo Morales gana las eleccio-
nes el diciembre de 2005 con un 54% de los
votos.
Repsol ­ YPF.
En información obtenida en su página web
6
,
la multinacional hispano-argentina obtuvo
unos beneficios netos de 3.120 millones de
euros en 2005, gracias en parte a la subida de
los precios del petróleo. Esto representó un
incremento de un 29,4% respeto al 2004.
Según un informe de Intermon-Oxfam
7
,
desde las privatizaciones y capitalizaciones de
1996, las empresas establecidas en Bolivia han
reportado al gobierno regalías por valor del
18%, en aquellos campos que no estuvieron en
producción antes de ese año (el 95% de las
reservas actualmente). Este tributo es el más
bajo de la región y según el Ministerio de
Desarrollo Económico, las condiciones excesi-
vamente favorables para las empresas impedi-
rá al estado el ingreso de 3.152 millones de
dólares entre 1996-2006. Cantidad equivalen-
te al 63,5% de la deuda externa. De hecho,
sólo las reservas de gas existentes permitirían
pagar 13 veces la deuda externa y 130 la inver-
sión pública anual.
Antes de 1996, la empresa estatal YPFB
aportaba al estado una media de 400 millones
de dólares al año, es decir, más del 30% de la
recaudación del Tesoro General Nacional (TGN).
El 2001 esta cifra bajó a menos de 200 millo-
nes y a un 12% de los ingresos del TGN, a pesar
del incremento de la producción experimen-
tado. A nivel de REPSOL y según La Razón, la
contribución en 2002 de la mayor empresa
propiedad de la multinacional fue del 0,14%
del TGN. De 2001 al 2002 este valor cayó en
más de un 76%.
José María Vera Villacián, director de
Estudios de Intermon-Oxfam, afirma en un
artículo en Cinco Días que REPSOL tiene una
posición dominante al mercado de los hidro-
carburos bolivianos con un 30% del total del
sector en el año 2001. Indica que directivos
de la empresa han manifestado que por cada
dólar invertido a Bolivia se han ganado 10,
cuando la rentabilidad óptima en este sector
puede ser de 1 a 5 e incluso de 1 a 3. Además,
las privatizaciones iniciadas en 1996 a favor
de las empresas extranjeras, han priorizado
las exportaciones por lo cual la ciudadanía se
ha visto obligada a comprar el gas a precios
internacionales, que en muchos casos ha
resultado prohibitivo para el sector más pobre
de la sociedad.
Según este artículo, los puestos de traba-
jo creados son mínimos y las actividades de
exploración y explotación han generado nume-
rosos y graves impactos ambientales y socia-
les, al desarrollarse en parques naturales y
tierras habitadas por poblaciones indígenas.
La compensación a las comunidades locales
por el daño infringido -en palabras de Vera
Villacián- ha sido "...voluntaria, económica-
mente irrelevante, y los primeros análisis sobre
la calidad del agua en estas zonas arrojan
resultados preocupantes sobre su impacto en la
salud"
.
8
Es tanto el olvido al medio ambiente, que
Intermon-Oxfam ha denunciado que un
Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental,
sobre una actividad dentro de un parque natu-
ral, estaba formado únicamente por 4 hojas. En
otro lugar, el estudio lo hizo una consultora
norteamericana copiando párrafos idénticos a
otras evaluaciones
9
. La escasa preocupación
en todo aquello ajeno al puro proceso pro-
ductivo también ha derivado en consecuen-
cias trágicas. Las organizaciones Equipo Nizkor
y Derechos Human Rights informaron, en junio
de 2005, sobre la muerte de dos personas que
se quemaron en las cercanías de un pozo de
REPSOL con posibles fugas de gas
10
. Todos
estos datos, unidos al descubrimiento de un
presunto caso de contrabando de petróleo, dan
una idea mínima de la oscuridad y cómoda
trayectoria empresarial en Bolivia de REPSOL
y otras transnacionales.
Nacionalización y estalla el gallinero.
En julio de 2004, más del 89% del la ciudada-
nía apoyó la nacionalización de los hidrocar-
buros mediante referéndum. El gobierno de
Mesa miró a otro lado y la decisión no se apli-
có nunca. En mayo de 2005, una nueva ley
subió los diferentes impuestos a las empresas
privadas, del 18% de antes al 50% y no en
todos los campos. Esta postura resultó insufi-
ciente para la sociedad civil, a pesar de que el
estado obtuvo 460 millones de dólares ese año.
La denominada nacionalización iniciada por
Morales, pretende lograr para el estado el 82%
de las utilidades en dos grandes pozos. El resto
de campos continuarían con el 50% existen-
te. Aparte ha nacionalizado algunas acciones
para recuperar el control sobre algunas empre-
sas capitalizadas 10 años atrás. Todas estas
medidas están sometidas a posibles negocia-
ciones entre las partes. En palabras del vice-
presidente Álvaro García Linera, con esta
nueva ley se pretende recaudar 300 millones
de dólares extras, para sumar un total de 780
anuales
11
.
Mientras esto pasaba en Bolivia, en otros
países saltaba la alarma. España ha encabeza-
do un vergonzoso, helado y tergiversado ata-
que a nivel político y mediático. Hemos visto
y leído a políticos de todos los colores, arti-
culistas y tertulianos de mediodía, criticar a
Morales en nombre de los intereses de España,
Opinión
cnt
n°324 junio 2006
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222
Los puestos de trabajo creados son mínimos y las
actividades de exploración y explotación han
generado numerosos y graves impactos
ambientales y sociales
NEMESIO
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Nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia
Algunos datos, cifras
y pensamientos