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M.C. García y P. Nacarino
Pregunta: ¿Qué es la realidad, cómo nos
afecta y cómo podemos luchar contra ella?
Respuesta: En primer lugar, el nombre no es
de la lengua corriente, es un nombre que vie-
ne de las escuelas de los teólogos que inven-
taron ese término, el de Realidad, pues para
aplicarlo a Dios, naturalmente, que tenía que
ser la Realidad de las Realidades. Lo que pasa
es que luego este nombre que viene de las es-
cuelas ha tenido tanto éxito que ya hay por to-
das partes mucha gente que declara que tal o
cual cosa es Real, que realmente pasa esto, que
la Realidad es así, hijo mío, y declaraciones
por el estilo. Por lo cual hay que atacar usan-
do también este nombre, este nombre relati-
vamente culto y que puede contribuir, como
hacen generalmente los términos cultos, pues
al engaño de la gente que adopta esas palabras
sin pensarlo mucho. El verbo que corresponde
a este término es existir; de manera que se
puede decir tranquilamente que Realidad es lo
que existe. Como el término a su vez es teoló-
gico y culto, aunque también se ha estendido
mucho por todas partes, y la gente dice por to-
das partes, existe, incluso sustituyendo al ver-
dadero término vulgar que es hay, "hay tal o
cual cosa", dice, "existen probabilidades", "exis-
ten
nublados por aquí", "existen personas",
pues entonces hay también que atacar al mis-
mo tiempo a uno y otro. Para aclararme en
este ataque, lo que digo es que empleamos
existe, y por tanto Realidad, en el sentido de
que se refiere a lo que hay, pero que al mismo
tiempo es lo que es. Pero en esta segunda par-
te es preciso contar con el nombre que en un
idioma cualquiera tenga la cosa; por ejemplo,
para que existan rosas o existan hombres no
basta con que haya algo de eso, que lo habrá,
vaya usté a saber, sino que hace falta que se
crea que son lo que son. De manera que se re-
quiere la palabra rosa o la palabra hombre para
asegurarse de eso. Y es a este casamiento en-
tre lo que hay y lo que es lo que es, a lo que
llamo Realidad, Real, y lo que existe, y contra
lo que la lengua, a través de mí, o a través de
cualquiera, se lanza costantemente.
P.: ¿Cómo nos afecta y cómo podemos lu-
char contra ella, si es que podemos luchar
contra la Realidad?
R.: Lo que hay que aclarar es que, natural-
mente, quien luche contra la Realidad no pue-
de ser nadie Real. Esto es tan evidente que
basta con enunciarlo. Por ejemplo, uno, uno
en cuanto persona, uno en cuanto persona
Real, no puede menos de estar sometido a la
Realidad, de manera que es vano pretender
que uno personalmente pueda hacer nada con-
tra la Realidad. Uno es un esclavo, uno es un
súbdito; el Estado y la Persona son la misma
cosa, etcétera. De manera que por ahí no se
puede esperar nada. De forma que el ataque
contra la Realidad solo puede venir de fuera de
la Realidad, es decir, de algo que no existe,
porque lo que existe, y cualquiera que existe
está condenado a defender su Realidad, y por
tanto a defender la Realidad en general. No
cabe otra posibilidad. Algo que no existe tie-
ne sentido simplemente por el descubrimien-
to de que, en contra de lo que se nos impone,
la Realidad no es todo lo que hay. La noción
de todo es estraña a la Realidad, de forma que
se pretende desde Arriba que sí, que la Reali-
dad, o hasta el Universo y tal, es una especie
de todo, pero es mentira. La Realidad no es
todo lo que hay. Hay por doquiera cosas que
hay y que no existen, es decir, que no perte-
necen a la Realidad. Por ejemplo, es a lo que
alude la palabra pueblo; generalmente se con-
funde con algo Real, por ejemplo, una pobla-
ción de un Estado, o cualquiera otra cosa que
sea un conjunto de personas, pero pueblo de
verdad no existe. Pueblo de verdad está por de-
bajo de todo eso y por tanto es desde ahí des-
de donde puede darse un desmentimiento y por
tanto un ataque a la Realidad. Yo en cuanto
persona, en cuanto Agustín García Calvo, pues
no puedo nada contra la Realidad: soy una
persona Real; por
tanto, inútil espe-
rar de mí nada del
otro mundo. Pero yo de
verdad no es nadie, es cual-
quiera que esté diciendo yo; yo
depende del acto mismo de hablar
y por tanto yo no existe, yo no existo;
existo yo como ente Real, pero yo no. Es lo
mismo que pueblo. De forma que es desde ahí
desde donde se puede pensar en un desmen-
timiento, en un ataque a la Realidad. Yo, cual-
quiera que dice yo, es decir, pueblo que no
existe, pero que lo hay, que sigue habiéndolo
por debajo de la Realidad, y a ése pues la tác-
tica que le corresponde no hace falta ni enun-
ciarla, se da de por sí: es simplemente
desmentimiento, el descubrimiento de que lo
que creía era mentira, que la Fe que sostenía
su Realidad no tenía fundamento; y ese des-
cubrimiento, hágase como se haga, es ya de por
sí una acción. Pensar en cualquier otra tácti-
ca es un divertimiento, que puede ser muy
costoso. Lo que hay que hacer es desmentir la
Entrevista
cnt
n°324 junio 2006
2
200
pasa a la página 21
Quien luche contra la
Realidad no puede ser
nadie Real
Contra la realidad
*
Entrevista a Agustín García Calvo
Ilustración: JAM