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n°321 marzo 2006
Internacional
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Manuel Revuelta
En el verano de 1993, el politólogo xenófo-
bo norteamericano, Samuel P. Huntington,
publicaba en la revista Foreign Affairs un tex-
to sensacionalista: El choque de civilizaciones,
que posteriormente ampliaría como libro. Lo
rudimentario de su análisis facilitó su éxito
ideológico en unas sociedades, las llamadas
occidentales, predispuestas a apropiarse de
argumentos, por simples que sean, que favo-
rezcan las extensas, latentes a veces, explí-
citas en otras, convicciones xenófobas y
racistas. El odio, el asco, el desprecio, el mie-
do, el rechazo del moro, del árabe, del inmi-
grante forman parte hoy de cultura cotidiana
europea. Habría que aclarar que se habla del
moro pobre, porque pueden recordarse ab-
yectas imágenes de adulación y respeto ad-
mirativo ante las visitas de ricos jeques
árabes y sus comitivas en tierras malagueñas.
Las preocupaciones xenófobas de Samuel P.
Huntington no se terminaron con aquella in-
cipiente islamofobia y actualmente, también
en artículo previo, El reto hispánico, y des-
pués en el libro, Who Are We (Quienes somos),
ha ampliado sus ataques al peligro que sig-
nifica la progresiva invasión de población his-
pana emigrante en Estados Unidos y su cul-
tura tan diferente de la anglosajona, aunque
esa nueva denuncia ha tenido un impacto
menor, al menos por ahora.
Sin un conocimiento detallado de la pren-
sa danesa, al menos se sabe, por fuentes nada
sospechosas, que el Jyllands Posten es el pe-
riódico de mayor tirada de Dinamarca, que se
sitúa entre la derecha y extrema derecha del
país y que es conocido por sus inclinaciones
xenófobas. Es la expresión del actual espec-
tro político dominante danés y de los obje-
tivos represivos de su gobierno contra la
inmigración, especialmente la islámica. Se
conoce también que su "libertad de expre-
sión" se autolimitó alguna vez, por ejemplo,
al negarse a publicar unos chistes sobre Je-
sucristo, porque podían ofender las creencias
de sus lectores. Es un espectro ideológico que
empieza a ser aplicable a otros países de la
Unión Europea actual. Del gobierno austria-
co, que la preside este semestre se sabe que
participa en él un sector político ultradere-
chista ligeramente pronazi. Ha sido también
noticia reciente la expulsión de un ministro
italiano por ponerse una camiseta con el
chiste de Mahoma y la bomba turbante ita-
liana en plena campaña preelectoral. Los me-
dios se han hecho eco también de la decisión
de Berlusconi de no practicar el sexo duran-
te la campaña electoral. Le han dado en cam-
bio menos importancias a su alianza con tres
organizaciones fascistas duras a través de la
nieta de Mussolini, enriqueciendo así su
alianza con los posfascistas de su vicepresi-
dente Fini.
Tras los chistes, vinieron las airadas pro-
testas de grupos islamistas ofendidos en di-
ferentes países, que ocasionaron el incendio
de algunas embajadas occidentales y de al-
gunas banderas, así como el asesinato de va-
rias decenas de manifestantes, durante sus
airadas protestas, a manos de las fuerzas de
orden de países islámicos con gobiernos pro-
occidentales. Al mismo tiempo, en el campo
ideológico, se ha añadido una confrontación
cuasi teológica entre los supuestos creyentes
de una cosa llamada libertad de expresión,
frente a un oscurantismo religioso islámico.
Lo cierto es que esa llamada "libertad de
expresión", con referencias al espíritu de las
luces o a la tolerancia, propias, y expresión
Las falacias de las nuevas guerras de religión
Entre Bush y Bin Laden
En España no suele utilizarse el término caricatura, sino más bien el de chiste, para referirse a las poco graciosas
imágenes del poeta Mahoma publicadas por el periódico danés Jylland Posten, entre ellas, una con un alfanje en la
mano y acompañamiento gráfico de dos huríes, otra con un turbante bomba con su correspondiente mecha en la
cabeza. Cuestiones de colonización, de traducción para algún país iberoamericano. En ese terreno del chiste, los
iraníes han publicado alguno con mayores dosis de humor y la misma xenofobia subyacente: se trata de un chiste con
dos viñetas, en la primera, un judío, con su bolsa a cuestas, se dispone a entrar en un campo de concentración nazi
en el que se anuncia "el trabajo os hará libres"; en la segunda, se ve a un judío israelí, con una metralleta, ante una
puerta similar en la que se anuncia "la guerra es la paz".
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Tras los chistes vinieron las airadas protestas en diferentes países de grupos islamistas ofendidos.
/ AGENCIAS
En el campo ideológico,
se ha añadido una
confrontación cuasi
teológica entre los
supuestos creyentes de
una cosa llamada
libertad de expresión,
frente a un
oscurantismo religioso
islámico