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A. López / CNT - Lugo
Pocos días después, el 2 de febrero la CNT tenía
en su poder una carta fechada el 30 de enero
avalada por la firma de 33 internos en la que se
decía: "Los internos de C. P. De Monterroso (...)
pedimos ayuda porque este centro no es una
prisión, sino un campo de concentración, ya
que el día 27 hubo otro compañero muerto,
sentimos miedo por nuestra vida y no tenemos
ninguna ayuda". Con anterioridad a este hecho,
la CNT había recibido, el 10 de enero, otra car-
ta firmada por 28 presos, que avalaba otra an-
terior con 21 firmas. Referencias a la carta
recibida el 10 de enero aparecieron en el pe-
riódico La Voz, tres días después, en la que se
vuelve a denunciar, y cito textualmente, "la de-
ficiente atención médica de la que fue objeto un
recluso del penal que falleció en el mes de no-
viembre" artículo en el que también se reco-
gen las declaraciones de la CNT "ni siquiera
quieren abrir una investigación por lo que pue-
da surgir de ella, claro". El diario El Progreso, del
mismo día, también se hace eco del comunica-
do, y en su titular dice "Otros 28 presos recla-
man que se aclare una muerte en Monterroso".
Además, en el artículo, se dice que "los presos
piden que se aclaren las circunstancias de la
muerte del joven preso" y "aunque incluyen su
nombre y DNI piden que no se revele por temor
a represalias", recuerdan que "a su compañero
sólo le fueron recetados dos psicotrópicos en-
tre las diez y las once y media de la mañana,
cuando se encontraba muy enfermo, "tiritando
y con un fuerte dolor abdominal". Acaba el ar-
tículo citando a la "CNT critica que desde el di-
rector al sindicato APFP, pasando por el
subdelegado del Gobierno, todos intentan echar
por tierra lo que sucede en prisión".
El comunicado realizado por la CNT ahonda
en "qué se puede decir más acerca de los pro-
blemas que viven los internos y, sobre todo, del
fallecimiento del afgano Koldin Zaierddine, cuyo
conocimiento fue lo que hizo que la CNT ini-
ciase una investigación de los hechos. Sin olvidar,
claro está, los otros tres fallecimientos". La CNT
expresó su profundo malestar por la actitud del
director de la cárcel y por la actitud de la APFP
que, como bien recoge el diario La Voz y El Pro-
greso, quieren echar por tierra lo que sucede
en la prisión y tampoco, que como ya ha que-
dado dicho, quieren abrir una investigación.
Además en este mismo comunicado, se denun-
cia que el APFP confunde la defensa de los tra-
bajadores con el no querer saber ciertas cosas,
y que tanto el director de la cárcel como el sub-
delegado del Gobierno prefieren no complicar-
se la vida ya que el primero no desea agriar su
relación con sus subordinados y en cuanto al se-
gundo: ¿tendrá algo que ver que su hermana y
su cuñado trabajan en la prisión?
El comunicado refiere una relación cronoló-
gica de lo sucedido en la cárcel de Monterroso
y cuya consecuencia fue la muerte de Bernar-
do Fernández Lestón el 27 de enero, relación
de sucesos que empieza a las 11 horas, momento
en el que el recluso consume una papelina de
heroína. A las 17 horas, tras hacer vida normal,
comer y echar la siesta, va a la consulta médi-
ca para recoger su medicación (un somnífero).
Momento que aprovecha para decirle a la ATS que
siente fuego en el pecho. La ATS le manda a la
celda y le dice que se lo diga más tarde al fun-
cionario para que le lleve a consulta. Dos horas
más tarde, aparece muerto en su celda. Tam-
bién se refieren hechos posteriores a los que no
se les puede fijar un horario. En primer lugar, aun-
que ven que está muerto, lo trasladan a otra
parte sin estar presente ni el juez penitencia-
rio ni el forense, y hacen el paripé de intentar
reanimarlo. En segundo lugar, pese al tiempo
transcurrido desde que se chutó, achacan la
muerte a sobredosis y dicen que encontraron
jeringuillas en la celda. Pero el cadáver no es-
taba cianótico (azul), propio de la sobredosis, sino
muy pálido. Y hay la ley del silencio, que se
rompe con las cartas que la CNT recibió, el día
2 de febrero, de 33 internos, uniéndose a las
cartas del 7 de diciembre con la firma de 21
compañeros y la del 5 de enero, con la firma de
28 reclusos. La CNT se ha dirigido, el 3 de febrero,
a la fiscalía Jefe, en concreto a la persona de
Jesús María Izaguirre Guerricagoitia, a fin de
entregarle copia de la documentación en poder
de este sindicato y pedirle que inicie una in-
vestigación para aclarar completamente el pe-
noso asunto de la cárcel de Monterroso.
El periódico La Voz, del 4 de febrero, se hace
eco de la petición por parte de este sindicato que
intervenga el fiscal. Además este diario señala
más adelante que, por una parte, el director de
la cárcel atribuye la última muerte a una so-
bredosis de droga, mientras tal y como han sido
presentados los hechos ante este sindicato, y lo
que se deduce de ellos, es que el preso murió por
otra causa o por lo menos no es el motivo prin-
cipal de su muerte la sobredosis, o existen cir-
cunstancias que, como ya se ha dicho
anteriormente en este artículo, resultan confusas.
La dirección de la cárcel explica que, y cito tex-
tualmente, "los cinco últimos fallecimientos,
dos habían sido por consumo excesivo de dro-
gas y los tres restantes achacadas a diversas pa-
tologías. Todas estas muertes han sido
investigadas y fiscalizadas". Finalmente, en este
artículo, la CNT indica "que el último fallecido
no tenía señales de sobredosis y denuncia que
no fue atendido adecuadamente, por lo que mu-
rió "abandonado en su celda". El Progreso, del
día 4 de febrero, comienza con la declaración del
director de la cárcel de Monterroso, Víctor Fra-
ga, que confirma el 3 de febrero la muerte de
un interno por una sobredosis, causa expresa-
da en las investigaciones del médico forense.
El periódico refiere la carta "firmada por trein-
ta reclusos ­remitida a los medios por el sindi-
cato CNT" e informa, citando lo manifestado por
este sindicato, de que "el fallecido (...) con las
iniciales B.F.L., no murió a causa de una sobre-
dosis, sino que no recibió la atención médica ne-
cesaria." A continuación se sigue haciendo
mención del comunicado de este sindicato aten-
diendo a una descripción cronológica de la muer-
te del interno pero se omiten las circunstancias
o "los hechos posteriores de los que no se pue-
de fijar horario" como dice el propio comunicado.
La CNT lo que pide es una investigación que
clarifique todos los puntos y circunstancias de
la muerte de estos dos últimos internos, y de otros
fallecimientos si fuera pertinente, además de
dar un toque de atención sobre este penal y
que se tome en consideración la petición de
treinta y tres presos, expresada en este y en el
anterior artículo del cnt del mes de enero, ante
el problema que se ha generado de desatención
tanto médica como humana, así como de la si-
tuación cotidiana de los internos, porque a un
preso se le priva de libertad pero no se le ha de
privar nunca de su dignidad, ni de recibir una
conveniente y adecuada atención médica.
Redacción
E.M.B compañero del SOV de Madrid, pasaba a
las 20 horas más o menos por la plaza cuando
escuchó un gentío de personas bastantes in-
dignadas increpando a los agentes de la poli-
cía nacional y exigiendo que parasen los golpes
contra el menor.
Según los testigos, los agentes visiblemen-
te nerviosos arremetieron a porrazos e hirieron
a varias personas. El compañero se acercó al
tumulto y en ese momento los agentes la em-
prendieron a golpes y empujones contra una
persona, al intentar evitar la agresión, los na-
cionales se dirigieron a él con clara intención
de agredirle y éste echó a correr calle abajo.
Según el relato recogido en la denuncia pre-
sentada por E.M.B por malos tratos y torturas
presentada ante un juzgado de guardia, "eché
a correr, siendo perseguido por los agentes sin
que en ningún momento se me diera el "alto",
(..) fui golpeado por uno de los policías con
un objeto duro y pesado, lanzándome con vio-
lencia contra una señal de tráfico. Inmediata-
mente, se acercaron unos cuatro agentes que
me rodean y comienzan a golpearme con pa-
tadas y porrazos, (..) Los agentes me insulta-
ban y me colocan las esposas. Me conducen
hasta un coche de policía. En el interior está
el chico que habían detenido primeramente.
Nos trasladan hasta la comisaría de Leganitos".
Según la denuncia "en la comisaría, junto
a un tercer individuo (también de aspecto ára-
be) nos sientan en la entrada, custodiados por
unos seis policías. Uno de ellos dice: "¿Estos
son los de Lavapiés? Para, seguidamente, in-
sultarme como "rojo de mierda" y, refiriéndo-
se a los árabes, "moros de mierda". Al pedir
éstos que por favor les aflojen las esposas, una
agente de policía le propina una patada en la
cabeza a uno. (...)"
E.M.B. denuncia que fue reiteradamente gol-
peado por diferentes policías. "Soy conducido
a una habitación en la que está otro agente
que, al salir de una oficina, me agarra del cue-
llo y me propina hasta tres puñetazos a la al-
tura del estómago. Uno de los policías
especialmente agresivo, me dijo que me iba a
"pegar un tiro en la cabeza y arrojarme a un
contenedor de basura; continuó amenazándo-
me con que me iba a pasar algo terrible y me
golpeaba en la barriga (...) al sentarme ,cada
vez que pasaba algún policía a mi lado me gol-
peaban en la parte alta de la cabeza o me pe-
gaban una patada, mientras me lanzaban
amenazas de todo tipo".
Su estancia en la comisaría fue breve, ape-
nas 45 minutos hasta la llegada de la unidad
del Samur, llamada para atender sus lesiones.
Esa misma noche ingresó en el hospital 12 de
octubre custodiado por dos agentes, con luxa-
ción del codo y fractura de la cabeza del radio,
además de hematomas, contracturas muscula-
res y erosiones en ambas piernas, la custodia
se levantó a las veinticuatro horas y recibió el
alta hospitalaria cuatro días más tarde tras ser
intervenido quirúrgicamente en el codo.
Mientras el compañero era detenido, en la
plaza de Lavapiés, unas doce dotaciones de an-
tidisturbios hicieron acto de presencia y pro-
tagonizaron en sucesivas cargas, siempre según
numerosos testimonios, nuevas agresiones a
personas que protestaban por los golpes o a
simples viandantes.
La brutalidad policial ha revolucionado el ba-
rrio de Lavapiés. Hay diferentes iniciativas para
preparar una protesta. Por lo pronto, para res-
paldar la denuncia judicial, E.M.B busca con-
seguir más testimonios narrados o gráficos de
lo ocurrido. Si estuviste allí, conoces a gente
que fue agredida o que pudo presenciar la de-
tención del compañero ponte en contacto a
través del siguiente correo electrónico:
infolavapies@yahoo.es
cnt
n°321 marzo 2006
Actualidad
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De nuevo se ha de lamentar la muerte de otro interno en la cárcel de Monterroso. El
preso Bernardo Fernández Lestón, de 46 años, falleció el 27 de enero.
Prisión de Monterroso
CNT solicita una investigación que
clarifique las circunstancias de las
muertes de internos
Ataque policial contra vecinos de Lavapiés
La plaza del céntrico y populoso barrio madrileño de Lavapiés es un lugar muy concurrido por las tardes.
Demasiado concurrido como para que el 30 de enero, una espectacular detención de un menor de edad por siete
policías pasara desapercibida. Sobre todo si, como afirman numerosos testigos, el detenido era reiteradamente
golpeado aunque no ofrecía resistencia.
La CNT de Valladolid informa que en la
asamblea del 26 de octubre de 2005, acor-
dó abandonar nuestra permananecia en
el foro por la libertad de Expresión de
Valladolid.
Decisión tomada por entender que en
este momento no nos resulta la herra-
mienta más eficaz para combatir la nor-
mativa municipal.
Tras esa decisión, el sindicato conti-
nua su lucha y denuncia de la ordenan-
za por su elevada función represiva y su
recorte de libertades para el individuo.
Rectificación al
artículo publicado
en el número de
febrero, página 13,
sobre la ordenanza
municipal de
Valladolid