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Patrick Smith
- Con la arena en la que aguarda el silencio, con el agua poro-
sa y con la aspereza del tiempo, Carlos García Alix hace la
pasta de la luz.
- Supongamos que si la sombra es cóncava, ha de ir entre estos
signos "¿?" y entre éstos "¡!" la luz, si es convexa. Han de ir
no "entre" sino "sobre" esos signos que son cuencos, ban-
deja que apenas si pueden sostener su enorme peso. Este
enorme peso hace difícil saber el lado de la curva en el que
está la luz o la sombra.
- La luz se posa (polen o ámbar fósil que envuelve y se envuel-
ve), reposa, está detenida. La luz es el sedimento del tiem-
po. Capas en bucles, como la memoria. Pliegues tectónicos.
Un sedimento que los espectros de la historia vienen a lamer,
como sal que los mantiene en vida no tanto precariamente
sino en latencia, latentes, potentes, en potencia. Es la poten-
cia -contundencia, solidez- de la pintura de Carlos García Alix.
- Los espectros de la historia vienen, sedientos, a lamernos la
piel, en la que se adensa la luz. La piel es el material con el
que están hechos los sueños, y los espectros de la historia,
al lamérnosla, nos provocan los escalofríos que nos despier-
tan del sueño.
- El aire, el tiempo, la memoria, la sombra, la luz, la idea, la
historia se han materializado en la pasta, nacen de la pasta,
se modelan en la pasta -agua, arena, cemento- con la espá-
tula, con la catalana, con la plomada en el muro viejo de are-
nisca. Agua,
arena, cemento
son el tiempo,
son la luz.
Sobre esa
pared se apoya
la espalda de la tarde o raspan los
fantasmas desconchándola comiéndose su cal. No: De esa
pared nace la espalda de la tarde, mediante ella se esculpen
los fantasmas.
- La memoria es la pasta, es el espacio. El aire conmemora y,
por eso, porque tiene memoria, tiene planos, es pétreo.
- En las pinturas de Carlos García Alix (León, 1957) -que viene
presentando su obra en esta galería de la calle Barquillo- no
tanto los motivos, el tema, como la atmósfera, matérica, atra-
vesada por el tiempo (como atraviesa el tiempo la atmósfe-
ra de una fotografía) es lo que nos sobrecoge. La atmósfera
(quizá algo barojiana, intrahistórica, de una historia hecha
ya intimidad, melancólica) de la lucha épica por la emanci-
pación de los hombres.
Nota: Exposición de pinturas que reflexionan en buena medi-
da, desde sus presupuestos artísticos, sobre la historia y la pre-
sencia del anarquismo, obra de una persona muy afín a estas
ideas, Carlos García Alix, artista de excepcional compromiso
ético y estético.
Hasta mediados de enero en la Galería Sen: www.galeriasen.com
Carlos García Alix
Notas admirativas ante sus espléndidas
pinturas en la calle Barquillo, nº 43, de Madrid
(hasta el día 12 de Enero).
exposiciones
A través de la metralla:
escenas vividas en los frentes
y en la retaguardia
Armand Guerra
Asociación La Malatesta
Madrid, 2005
213 págs. 10
ISBN: 84-934762-0-X
Markunin
D
esde estas mismas líneas me he
quejado en repetidas ocasiones de
que sean editoriales comerciales
las que publiquen textos que per-
tenecen a la historia del movi-
miento libertario. Es cierto que es preferible
que esos libros vean la luz en manos de gen-
tes que solo buscan ampliar sus cuentas
corrientes a que mueran en el olvido de los
estantes de nuestros abuelos. Pero es más pre-
ferible aún, que la historia de la Idea sea publi-
cada por editoriales afines. Es el caso de A
través de la metralla
. Este diario de Armand
Guerra ve de nuevo la luz gracias al esfuerzo
de varios compañeros que se han lanzado a la
aventura de la edición armados solos de su ilu-
sión. Haciendo real esa bonita tradición de que
cuando un par de anarquistas se juntan nace
un proyecto cultural y no una escisión como
dicen las malas lenguas, aparece la Malatesta
Editorial. También aparece con la intención de
hacer real esa palabra que tanto se menciona
y que nos cuesta tanto poner en pie: la auto-
gestión. Nace también con la idea de recupe-
rar esos textos que 40 años de dictadura y 27
de Constitución han querido enterrar con su
particular visión de la memoria histórica. Pero
no solo textos que hablen del pasado sino tam-
bién textos del presente y del futuro...
A través de la metralla es el primer libro que
ve la luz. Ha sido una gestación y un parto
difícil pero ha merecido la pena. Gracias a
tod@s por vuestro apoyo.
Como aperitivo os dejó la líneas que apare-
cen en la contraportada del libro, que lo dis-
frutéis.
A través de la metralla es algo más que un
libro, algo más que un diario de guerra, algo
más que los recuerdos de un cineasta en la con-
frontación civil de 1936, es, por encima de todas
las cosas un testamento vital. Pero no solo de
quien lo escribe y lo vive en primera persona
sino de toda una generación de hombres y
mujeres que crearon, desarrollaron y vieron
perecer bajo las botas del fascismo, brazo arma-
do del capital, la Revolución Social.
La vida y la obra de Armand Guerra, genial
cineasta, permanecen ignoradas no solo entre
el gran público sino también entre sus compa-
ñer@s de ideas. Sirva este libro para sacar de
nuevo a la luz las vivencias de alguien que
solo quiso un mundo nuevo donde poder vivir
libremente.
cnt
n°319 enero 2006
Cultura
2
266
Zarbahe, la Naturaleza del Flamenco
Vídeo-instalación y Fotografía de Pepe Zapata
Sala de Exposiciones, Universidad de Málaga
Del 25 de noviembre al 18 de diciembre de 2005
Arnold Layne
E
n Málaga, según sales -o entras, es cuestión de orien-
tación- por calle Larios te encuentras con el Museo
Interactivo de la Música (MIM), situado en un nefan-
do aparcamiento: sala de exposiciones y sala de audi-
ciones con espejo perpendicular al techo que te
permite ver todo al revés (como cantaba Sisa); perfecta para una
banda de power-pop formada por dos chicas de mediana edad
(voz y teclados) minifalderas y tres mozos más, Tecnicolor,
espléndido garage-sound en el lugar adecuado; netamente ofen-
sivo el lugar si lo que te ofrecen es música de cámara entre
coches que entran y salen del aparcamiento..., también pue-
des escuchar a Lito, number one de la guitarra de blues en La
Gramola, allá por la zona del cristo de la epidemia ­un garito
estimulante- en animadas jam sessions con los colegas.
Y ya que hablamos de blues, entremos en materia. Ahora que
se cumplen 25 años desde que Rubén Dantas se aposentó en el
cajón peruano entre la nutrida hueste del flamenco, la Univer-
sidad de Málaga ha decidido otorgar carta de naturaleza a la fusión
de lo jondo con la diversidad de estilos que en el mundo son.
Ha encargado la faena a Pepe Zapata (Papy para los amigos), del
barrio de Trinidad, esforzado y polifacético personaje que ha sola-
rizado fotográficamente desde la Lola de España (que en paz des-
canse) hasta el Kiko Veneno; entre estos extremos que abarcan
desde el fascismo más rampante hasta la coña más genuinamente
sureña (digamos desde Queipo de Llano hasta Alfonso Guerra),
unas cuantas luminarias desgranan su opinión en torno a la
tan peliaguda cuestión de la universalidad del flamenco y su cada
día más evidente arrinconamiento de las pretensiones étnicas,
he aquí un par de ellas: "Yo lo tengo esto bastante claro. El
cante es gitano-andaluz, por tanto tiene tanto de gitano como
de andaluz. Los gitanos vienen del Punjaab, en la India, y se
encuentran en 1400 con los árabes y los judíos, y aquí se forma
el cante gitano-andaluz. Nosotros, los que tenemos la escuela
de Manuel Torres ­porque hay dos escuelas: la escuela Chaco-
nera y la escuela de Manuel Torres- somos los cantaores gita-
nos, y los otros son cantaores que no son gitanos, que tanto vale
uno como otro, sin discriminación, pero son dos formas dis-
tintas. Esto parece que suena a rayos, pero yo lo digo con toda
la sinceridad del mundo. Así que yo creo que el cante se ha
hecho en Andalucía, pero a través de un crisol de culturas" (El
Lebrijano). "Mi primer encuentro con algo flamenco fue con el
disco Sketches of Spain de Miles Davis, y después cayeron en
mis manos discos de Camarón con Paco de Lucía, y me impre-
sionó mucho. Cuando llegué a España por primera vez entré en
una tienda y compré todos los discos de Camarón. Todavía estoy
aprendiendo los palos; poquito a poco voy entrando más y más"
(Jerry González, trompetista cubano discípulo de Dizzy Gilles-
pie). Citas extraídas del catálogo de la exposición. Y rematan-
do la cuestión, esta perla incalificable: "Camarón es ese gitano
tímido y huidizo al que dicen que pidió Mick Jagger en un arre-
bato de admiración en un hotel de Londres cambiarse con él los
calzoncillos por ver si así se impregnaba de su genialidad" (Joa-
quín Albaicín, en el texto del encarte del último disco del can-
taor con inspirada portada de Miquel Barceló, allá por 1992).
Como podéis ver, la cosa tiene su miga, así que allá va la últi-
ma. Bernarda de Utrera, en 1971, cantaba así por tientos con
Eduardo el de la Malena al toque en un disco producido por
Caballero Bonald: "Mentira me parece lo que tú haces conmi-
go, coloraita tú no te pongas, compañerita del alma, porque
me haces ser delicao..., dale el alivio a mi cuerpo aunque otra
cosa no sea", y no es por señalar, pues si la Bernarda puede
ejercer de hombre en su cante, ¿cómo simbiotizar el actual cos-
mopolitismo desaforado del flamenco con esa arcaica costum-
bre ­digamos zarbahe (derivación trinitaria en slang de "salvaje")-
del pañuelo en salva sea la parte de las mujeres con la malsa-
na idea de asegurar no se sabe muy bien qué pureza tortura-
dora previa a la noche de bodas?
En fin, perdón por el atrevimiento, pues el que esté libre de
pecado que tire la primera piedra; yo mismo, echo de menos el
magisterio de Don Antonio Mairena que, algo exagerado él, afir-
maba que "el cante ya está hecho" (Boletín de la Fonoteca de
la Universidad de Madrid, 1983); ojo, no negaba que pudiera
engrandecerse, sólo afirmaba lo arriesgado de intentar acceder
a nuevas dimensiones desde un punto de vista ex nihilo. Polé-
mica inacabable, esta de los peligros de la aculturación, neolo-
gismo que arrasa con la misma violencia que lleva el ferrocarril.
Y no es que estemos aquí intentando reivindicar los tiempos de
Falla y aquellos conciertos flamencos que apadrinó el siglo pasa-
do. No obstante, opinamos, y que cada palo aguante su vela...
Malacitania, La Guachi
Armand
Guerra,
"sembrador de
rebeldías"