background image
FAU - AIT
En agosto hubo una huelga impresionante en
el aeropuerto Heathrow de Londres. Allí Gate
Gourmet quería imponer peores condiciones a
los trabajadores. Cuando estos se reunieron en
asamblea, fueron encerrados por la patronal
para obligarles a firmar los nuevos contratos,
algo que la plantilla se negó a firmar pese a
las presiones.
Llegado este momento, la patronal despi-
dió a los 670 trabajadores. Pero no habían con-
tado con lo que pasó después: los trabajadores
de British Airways, entraron en una huelga de
solidaridad paralizando todo el aeropuerto.
Con dos días de huelga lograron un caos total:
British Airways tenía que cancelar todos los
vuelos; decenas de miles de pasajeros queda-
ron atrapados en el aeropuerto. Esa huelga tan
fuerte -y además de solidaridad- llamó mucha
atención entre sindicalistas y gente de iz-
quierda. Los trabajadores de un sector muy
precarizado habían entrado en la lucha y ha-
bían mostrado una fuerza inesperada.
Lamentablemente, en Alemania todavía
queda mucho para llegar a una situación pa-
recida aunque Gate Gourmet se está dedican-
do a atacar a los trabajadores de una manera
similar en todas partes. Pero de las sucursales
en Alemania, Düsseldorf es la única donde la
plantilla ha dado el paso de ir a la huelga.
Oficialmente se trata de una huelga por el
convenio: desde que Gate Gourmet comprara
la empresa hace tres años, no hubo ningún
aumento de salario. Ahora incluso quieren au-
mentar la jornada semanal de 38,5 a 40 horas,
quitar cinco de los 30 días de vacaciones, re-
ducir los pluses para turnos de noche, domin-
gos y feriados, y exige un horario aún más
flexible. En contra de esos planes, el sindica-
to (NGG) reivindicó un 4,5% de aumento en el
salario y, al fracasar las negociaciones, se pro-
dujo la convocatoria de huelga.
Si solamente se tratara de aquel pequeño
aumento de salario, la lucha no tendría senti-
do, por ninguna de las partes ya que aunque
sólo fuera por el tiempo que se lleva de huel-
ga, los trabajadores ya han perdido más sala-
rio de loq ue reivindican. Pero lo que realmente
cuentan son las condiciones de trabajo, que
van empeorando constantemente desde que
El servicio fuera asumido por Gate Gour-
met, empresa que está realizando una presión
cada vez más fuerte y generando un ambien-
te insoportable, con unos directivos con nin-
gún respeto hacia sus trabajadores y que cada
vez exigen más trabajo. Así no es gratuito que
en la pancarta colocada delante de la carpa de
los huelguistas se pueda leer una sola palabra:
Dignidad. Los trabajadores saben que si pier-
den este conflicto, después van a tener que so-
portar cualquier presión o humillación por
parte de la empresa.
La empresa a su vez paga cara la huelga.
Cada día gastan un montón de dinero en car-
neros (rompehuelgas), servicios y medidas de
seguridad, como vallas. En realidad les resul-
taría más barato si aceptaran el aumento de sa-
lario reivindicado. Pero obviamente les importa
más vencer, cueste lo que cueste, a quienes
conscientes de su dignidad, han empezado a
luchar. De esa manera podrían luego imponer
sus condiciones al resto de sucursales. Eso es
lo que tenemos que impedir...
Los trabajadores en lucha están decididos
y firmes. Son una plantilla internacional: más
de la mitad de ellos no nacieron en Alemania
y una tercera parte son mujeres. La mayoría
lleva muchos años trabajando en la empresa,
algunos están desde el principio, hace ya16
años. Se conocen bien, y durante estos largos
días de huelga, en la carpa se han conocido
mucho mejor. Hay mucha solidaridad entre
ellos, pero están aislados.
Desde las otras sucursales les mandan no-
tas de solidaridad. Pero allí trabajadores si-
guen trabajando. Lo peor de toda esta situación
es que desde algunas sucursales (sobre todo de
Frankfurt) se envían esquiroles para trabajar
en Düsseldorf, o producen comida para susti-
tuir las pérdidas por la huelga.
En Düsseldorf además están trabajando per-
sonas de ETTs y nuevos contratados, con lo
que Gate Gourmet consigue, aunque a trancas
y barrancas, abastecer los aviones y satisfacer
a sus clientes.
Los huelguistas han intentado alguna vez
bloquear los camiones que llevan la comida a
los aviones. Pero es una acción sumamente di-
fícil ya que el aeropuerto es considerado zona
"sensible" por lo que la policía acude siempre
a impedirlo. El 18 de noviembre unas 70 per-
sonas lograron bloquear la puerta durante una
hora, algo que levanto la moral, pero para ven-
cer a una multinacional, todavía es poco...
Gate Gourmet pretende ignorar la huelga
pensando que el tiempo va a ir desmoralizan-
do a los trabajadores en lucha. Por ello, si los
compañeros de Düsseldorf quedan aislados, es-
tán en peligro de perder el conflicto.
Hasta ahora se han venido realizando ac-
ciones de solidaridad en Hamburgo, Frankfurt
y Zurcí (Suiza), donde compañeros fueron a las
plantas de Gate Gourmet, para informar a l@s
trabajadores sobre la huelga de Düsseldorf y ha-
blar con ellos sobre sus condiciones de trabajo.
Nota de última hora: Recientemente se hizo
un llamamiento para apoyar a los huelguistas
con concentraciones y diversas acciones el 17
de diciembre. En Madrid el acto fue realizado
solidariamente por los compañeros de la sección
sindical de CNT en Iberia.
Más información:
www.fau.org
koeln@wildcat-www.de
humillado. Cuando no podemos salir de casa
sin sufrir este tratamiento muchas veces a la
semana, efectivamente vivimos en una zona
sin derecho. Una ausencia de derechos creada
por la policía y la justicia.
En cuanto a los famosos "tráficos", vamos
a ser también muy claros: sí, es cierto que
buscando en los vehículos y en los bolsillos,
el CRS ha encontrado cannabis, algunos telé-
fonos y radios de coche robados y otras cosas
del mismo tipo. También han encontrado ve-
hículos robados. Pero, podrán registrar el ba-
rrio de arriba abajo, ponerse todos ellos a
buscar y no encontrarán allí a traficantes de
apartamentos, ni a saqueadores de fondos pú-
blicos
1
, ni a los que sacaron provecho de los
"servicios" de "Patrice Alègre"
2
. Todos ellos
viven en otro lugar, lejos de los controles. Pro-
tegidos por los controles.
La estrategia de la tensión.
Es una verdadera estrategia de tensión la que
emplea el poder para conseguir dos grandes ob-
jetivos: el primero, es encerrar a los habitantes
en su barrio, en su bloque, en el edificio, en un
verdadero gueto. Vacilamos en ir al cine, porque
sabemos que para volver a la casa, por la noche,
deberemos enfrentarnos con dos muros de CRS.
Así que nos quedamos en el mismo lugar. Tus
amigas dudan si venir a verte; y las entendemos:
no tienen ganas de sufrir un "cacheo" apoyadas
en las vallas policiales. Los contactos con el
mundo exterior se restringen. En el interior del
barrio la gente está más estresada.
Todo está estudiado para generar tensión.
Un ejemplo, vivido el sábado 26 de marzo, du-
rante el fin de semana de Pascua: todo está
tranquilo, uno de nosotros coge el coche para
ir a la ciudad. No había atravesado la frontera
del barrio cuando un furgón de CRS, lanzado a
fondo, lo dobla, se cruza delante de él mien-
tras que otros dos llegan por detrás, y tres o
cuatro por cada una de las calles adyacentes.
He aquí, que está cercado por una decena de
furgones. ¿Que había hecho? ¿Es la guerra? No,
no se ocupan de él. Mientras que zigzaguea
para librarse, los polis saltan de sus furgones,
totalmente equipados con escudos, con armas
de tiro y se lanzan sobre un talud con destino
a un edificio. Algunos minutos más tarde, vuel-
ven y no hay nada más. ¿Qué ha pasado? ¿Por
qué esta demostración abusiva de fuerza?
Jamás lo sabremos. Pero, sin ser particu-
larmente temeroso, correr el peligro de ser de-
tenido a cada momento, en un ambiente de
western, es estresante en demasía. Muchos ha-
bitantes no lo soportan más, en particular las
personas de edad, muy numerosas en el barrio.
Confinamiento en un espacio limitado, pro-
vocaciones organizadas de angustia... es la re-
ceta para alentar los integrismos. Ya teníamos
nietas veladas. Gracias a la política de Villepin,
en menos de dos meses, vimos en el barrio a
los primeros chicos ir al colegio en chilaba. Y
desde hace algunos días, hay algunos alum-
nos, que, cuando en la escuela quieren ense-
ñarles una canción, ponen sobre la mesa una
plaquita que indica que un musulmán no can-
ta y se niegan a abrir la boca. Estos resultados
han sido obtenidos, por supuesto, en nombre
de los "valores de la República", y sólo se de-
sarrollarán si esto continúa.
El segundo objetivo, es engordar la má-
quina de reprimir. El control permanente y
puntilloso, las demostraciones de fuerza sobre
un fondo de miseria. ¡Son tantas provocacio-
nes que incitan a "pasar a la acción" indivi-
dualmente o en grupo! Cuando un habitante
del barrio es controlado por enésima vez en
el día, estalla y "responde" a un poli. La có-
lera hace chamuscar cubos de la basura, co-
ches (a veces a algunos metros solamente de
una valla policial)... Esto se usa como pre-
texto para nuevos controles, para más pre-
sión, para más humillaciones, para más
detenciones y todo empieza de nuevo. El Es-
tado quiere provocar nuevos motines en Mi-
rail. Si no fuera así no los estimularía. Día tras
día, esto es más que evidente.
¿Cuanto cuesta? ¿Con qué finalidad?
Otro aspecto que no hay que olvidar es que
esta operación cuesta muy cara. Pero el poder,
tan dispuesto a ahorrar en temas sociales y a
sobrecargar la espalda de los trabajadores, evi-
ta dar cifras.
Centenares de CRS, de oficiales, de RG, de
policías de todo tipo pasan continuamente por
el barrio. Además de salarios engordados (ver
los folletos de propaganda en la comisaría de
Bellefontaine), toda esta gente recibe "primas"
de noche, de fin de semana, de riesgo, sin con-
tar lo que cuesta el mantenimiento de su equi-
po. El total es necesariamente extraordinario.
¿Y cual es el resultado? Con relación al objeti-
vo enunciado (tener un barrio tranquilo), es
nulo. Vivimos uno de los períodos de tensiones
más fuertes de estos diez últimos años. El di-
nero gastado lo es pues en contra del sentido
común. A menos que el objetivo perseguido
sea el que hemos explicado, evidentemente.
No nos equivoquemos de enemigo.
Arrinconados entre la estrategia de la ten-
sión estatal, la "doble identidad" de unos, y la
tontería de otros (cuya última transformación
nacional es el llamamiento "contra el racismo
antiblanco"), el camino no es fácil. Pero, como
lo hicieron anteriormente, los militantes anar-
co-sindicalistas del barrio llaman a la pobla-
ción a no equivocarse de enemigo.
Decimos y continuaremos diciendo incan-
sablemente por todos nuestros medios que
nuestro enemigo no es nuestro vecino, con
quien compartimos la misma miseria. Nuestros
verdaderos enemigos, son aquellos que nos hu-
millan, que nos explotan cuando les da bene-
ficio y que nos despiden en cuanto obtienen
más beneficio en otro lado, que aumentan los
alquileres y el agua, que nos expulsan cuando
no podemos pagar más, que disminuyen los
presupuestos sociales, que no nos dejan otra es-
peranza que ser acorralados en un gueto. En-
tonces, no nos equivoquemos. Aunque es más
difícil que nunca, respetémonos unos a otros,
seamos solidarios y continuemos actuando para
construir otro futuro.
Notas:
[1] El Ministro de Hacienda renunció a su
puesto en mayo 2005, después de
descubrirse que ocupaba un piso de
600m
2
en Paris y que todos los gastos
eran pagados por el Ministerio.
[2] "Serial Killer" de Toulouse que
organizaba fiestas especiales
sadomasoquistas para la "jet set" de la
ciudad.
cnt
n°319 enero 2006
1
199
Huelga en Gate Gourmet en el
aeropuerto de Düsseldorf (Alemania)
Desde el 7 de octubre, más de 70 compañer@s de la empresa Gate Gourmet en el
aeropuerto de Düsseldorf están en huelga. A nivel mundial, Gate Gourmet es la segunda
empresa más grande de catering de aviones. Tiene sucursales en todo el mundo.
Nuestro enemigo no es nuestro vecino, con quien
compartimos la misma miseria. Nuestros
verdaderos enemigos, son aquellos que nos
humillan, que nos explotan
Los trabajadores en lucha están decididos y firmes.
Son una plantilla internacional: más de la mitad
de ellos no nacieron en Alemania y una tercera
parte son mujeres
AIT
Internacia Laborista Asocio
viene de la página 18