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¿Existe libertad sindical en España?
El derecho fundamental de libertad sindical.............. 22
El misterio de cada día.
Debates fictícios y misterio ......................................... 24
Opinión
cnt
n°317 noviembre 2005
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Movimiento Libertario Cubano (MLC)
Cambio constitucional: una salida a ningu-
na parte
Q
ue no haya definiciones excesivas
ni un detallado y sofocante pro-
grama al que suscribirse es un
hecho saludable, puesto que la
presencia de tales cosas sería más
una invitación a la adhesión que al diálogo;
una consideración de los movimientos sociales
de base de la sociedad mexicana más como un
auditorio o un recipiente sin contenidos que
como un tejido vivo y activo, capaz de produ-
cir sus propias palabras y sus propios fuegos.
No obstante hay, sí, un único elemento pro-
gramático que el EZLN parece tomar como axio-
mático y tácitamente consensuado, un
elemento que puede ser fuente de errores de
apreciación y equivocaciones estratégicas múl-
tiples: "una nueva Constitución". ¿Será ésta
una forma elíptica de referirse a las bases cons-
tituyentes de una nueva sociedad mexicana y,
por lo tanto, el planteo incluye la convicción
de que ello requiere ni más ni menos que una
subversión radical de sus relaciones de poder?
¿O acaso se trata de embarcar a los movimien-
tos sociales autónomos detrás de una reforma
constitucional convencional cuyos trámites y
reglas de juego ya están previamente definidos
en la normativa vigente y, por ende, sujetados
de antemano en esas mismas relaciones de
poder? Por lo pronto, parecería que el EZLN
sostiene una concepción nostálgica de la
Constitución mexicana que no resiste un aná-
lisis en profundidad. Veámoslo: "la Constitución
ya está toda manoseada y cambiada. Ya no es
la que tenía los derechos y las libertades del
pueblo trabajador, sino que ahora están los
derechos y las libertades de los neoliberalistas
para tener sus grandes ganancias. Y los jueces
están para servir a esos neoliberalistas, porque
siempre dan su palabra a favor de ellos, y a los
que no son ricos pues les tocan las injusticias,
las cárceles, los cementerios." ¿Pero es que
México tuvo alguna vez una Constitución que
consagrara realmente, sin cortapisas y en la
más cabal extensión de los términos "las liber-
tades del pueblo trabajador"? Este tipo de apre-
ciaciones quizás llevan a pensar que el EZLN ha
comprendido muy bien las articulaciones de
poder que distinguen a los partidos políticos
estatales pero que todavía no ha aquilatado lo
suficiente aquellas que distinguen al Estado
mismo. Y, sin embargo, no hay misterios en
esto y también puede expresarse, parafrasean-
do la prosa de Marcos, con palabras bien sen-
cillas: los partidos son como son porque el
Estado es como es.
Que el Estado es una estructura específica
de dominación, una forma jerárquica y codifi-
cada de las relaciones sociales de poder y un
aparato pensado para perpetuarse a sí mismo
es algo que debería estar fuera de toda discu-
sión. Siendo así, la correcta descripción que el
EZLN hace del sistema estatal de partidos no
puede fundarse solamente en la malevolencia,
el carácter perverso o la venalidad de sus diri-
gentes sino que debe encontrar una parte sus-
tancial de su explicación en el hecho de que
tales partidos establecen su orientación bási-
ca como una operación de captura de las rien-
das del Estado. Y precisamente por eso es que
tales partidos adoptan una configuración que
reproduce puntualmente al Estado en su pro-
pia escala de actuación: es por eso que los mis-
mos se constituyen como instancias de control
y disciplinamiento de sus afiliados; es por eso
que asignan atribuciones diferenciales a cada
uno de los órganos de su existencia piramidal;
y es por eso también que creen que su super-
vivencia, más allá de cualquier consideración
histórica y social, debería ser vivida por los
"votantes" -los propios y los ajenos- como una
bendición del cielo. Los anarquistas estamos
convencidos de estas cosas desde hace más de
130 años y la experiencia histórica subsi-
guiente no ha hecho más que confirmar pun-
tualmente aquellas viejas intuiciones; y lo ha
hecho sin que, desde entonces, se haya pre-
sentado una sola excepción ante nuestra ansio-
sa y expectante mirada. Más aún: si
antiguamente se decía que "el poder corrom-
pe" hoy podemos decir incluso que la mera
aspiración al poder también lo hace, por anti-
cipado y con holgura suficiente.
En esto hay que ser claros y coherentes.
¿Cómo se compagina, entonces, el EZLN que
dice "nosotros peleamos por ser libres, no por
cambiar de amo cada seis años" con el EZLN
que habla de "una nueva Constitución"? ¿Acaso
una Carta Magna pactada y transada necesa-
riamente con la organización estatal presente,
según el sentido tradicional de la expresión,
puede congeniarse con la pelea por la liber-
tad? Parecería que no; y parecería también que
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Publicamos la segunda y última entrega del artículo del MLC sobre la VI Declaración de la Selva Lacandona, cuya primera parte
apareció en el número anterior (316, octubre 2005) del periódico cnt.
El MLC presenta a consideración y debate colectivo sus reflexiones en torno al pronunciamiento hecho público en julio
de 2005 por el EZLN, en el estado de Chiapas, México.
Reflexiones en torno a la VI Declaración
de la Selva Lacandona y la nueva
izquierda latinoamericana
(2)
Prácticas rebeldes que pueden nutrir a la nueva izquierda revolucionaria latinoamericana.
/ AGENCIAS
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