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n°315 agosto-septiembre 2005
Cultura
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teatro
Arnold Layne
S
obre el autor: Si hemos de quitarle hierro al
asunto, pues buena parte de la dramaturgia
de Will es peculiarmente sangrienta, haga-
mos elogio fúnebre de inmediato: nació en
1564 y murió 1616, a los 53 años; la data-
ción de su primera obra corresponde a 1590 (26 años)
y la última a 1612 (48 años); es decir, en 22 años escri-
bió un hábeas de 35 obras teatrales (además de los
Sonetos, que le han dado el sobrenombre de El Bardo).
Si no en otra cosa, convengamos en que la universali-
dad de su legado es la prueba irrefutable de su inmor-
talidad; no obstante, atemperando el elogio en honor
a la ambigüedad de la oratoria de Marco Antonio en la
reflexión sobre el Poder y la Conspiración, pieza maes-
tra de la elocuencia y perita en dulce que todo actor
sueña en desgranar sobre el escenario o la pantalla (a
la par con el pesimista monólogo del príncipe de
Dinamarca, donde huele a podrido que te cagas, tío);
el Cisne de Strattford, qué quieres que te diga, es un
poco verboso, el torrente de palabras que lo caracteri-
za resulta algo estragante, más aún en versión original...
Sobre la obra: Julio César es obra de su madurez cre-
ativa (tenía 43 años, a una década de la muerte); ins-
pirándose en Vidas paralelas, de Plutarco, extrae de su
antecesor la trama histórica enriqueciéndola con una
descripción de caracteres en consonancia con su ego,
tan desorbitado como el de enemigo ancestral de
Asterix, y reduce a César a la condición de dictador
fanfarrón, epiléptico y recelosos (adjetivos muy apro-
piados entre quienes luchan por el poder, con perdón
de los epilépticos que nada tienen que ver con esto, usa-
mos la palabra en su sentido figurado: como muestra
de agitación incontrolada que deviene en desvaneci-
miento del "programa, programa"). Los personajes feme-
ninos se reducen a dos: Calpurnia y Porcia, esposas de
Julio César y Marco Bruto, respectivamente y, sin duda,
la frase cumbre de ese drama atorado entre el ruido y
la furia corresponde a Porcia, dice así: "Tengo el espí-
ritu del hombre y la fortaleza de la mujer", de donde
se debe deducir que la ambivalencia subyacente (¿de qué
fortaleza hbla, de la suya o de la su esposo, estoico
demócrata arrastrado al crimen en aras de preservar la
libertad amenazada por el soberbio dictador en ciernes?)
en la versión de Deboah Warner es el Quid pro quo de
esta insólita puesta en escena por millonésima vez del
apasionado y destado cosmos shakespeariano.
Sobre la representación: En tanto el público se
acomoda y el ámbito de la sala bulle de curiosidad,
están todos ­Pep y Almodóvar, Azcona, Puigcorbé,
Esperanza Roy, Paco Marsó (sin Concha), Saza, etc.-
hábilmente detectados desde el paraíso por el anóni-
mo pueblo, el teatro se impregna de un latido rítmico-
electrónico que concita nítidamente las composiciones
de Steve Reich (concretamente, Music for 18 musicians),
firmado para la ocasión por un tal Mercier; la cadeni-
ca y energía rítmicas progresan secuencialmente desde
la embocadura del escenario cubierto con un lienzo
blanco tras el que la figura humana se pasea a derecha
e izquierda meciendo indolente un hato de globos de
colores; una jovencita de inequívoco look heavy desga-
rra el lienzo y todo comienza: la plaza pública, el ágora
ciudadano poblado de tribus urbanas (jóvenes adeptos
al breakdance, barrenderos, paseantes de las clases
medias...). Ya no se representa a los clásicos con faldi-
tas y penachos de escoba, se tiende a actualizar el ves-
tuario, los senadores del imperio son ejecutivos agresivos
que conspiran por su tajada de poder sin remordimientos
éticos, las legiones romanas se han transformado en
marines que allanan viviendas de civiles en busca de
resistentes a los invasores, el conciliábulo de las Azores
impregna del desarrollo dramático; Miss Warner se ha
mojado y las dagas asesinas impregnan con la sangre
del César a los oficiantes del drama, actores y público.
Una hábil operación de transformismo la llevada a
cabo en esta superproducción escénica (quizá un cen-
tenar de seres moviéndose inquietos, entre actores y
figurantes) prodigiosamente aquilatada en la dirección
de actores, ni un gesto inútil o una frase descontex-
tualizada. "La muerte está de moda", informan los sub-
títulos en castellano haciendo escaso honor al aliento
poético original y, no obstante, afirmando el punto de
vista incansablemente sostenido a lo largo de tres horas
y media de densidad conceptual.
Y la guinda de toda esta traca, Ralph Fiennes, al
que todos hemos venido a adorar, interpretando a
Marco Antonio en un registro inusualmente vulnera-
ble, obra sin duda el marchamo femenino que ha arma-
do esta estimulante visión avant la letre de los
personajes de Shakespeare, eternos en sus debilida-
des y, por tanto, imperecederos.
"¡Ciudadanos! Prestadme atención, vengo a inhu-
mar a César, no a ensalzarlo. El mal que hacen los hom-
bres perdura sobre su memoria. César era mi amigo,
leal y sincero, pero Bruto opina que rea ambicioso, y
Bruto es un hombre honrado...", declama Fiennes rode-
ando vacilante la tribuna a la que se decide a encara-
marse; y en un contexto menos ficticio, Cicerón atribuye
esa frase a Julio César: "si el mal pudiera convertirse
en bien, sería, muchas veces, trocada la justicia en
injusticia por la fuerza de la razón de Estado; en todo
lo demás, se exigiría el temor a los dioses". Notable, la
puesta en escena de esta obra que también cumple 400
años, más o menos, si exceptuamos el latrocinio per-
petrado con la música de Reich, ese plagio infame.
La Junta de la FAL
El pasado 16 de junio se procedió a la compra del
nuevo local de la FAL. Ha sido la culminación de un
largo proceso que empezó hace casi un año cuando
se descubrió un local en venta, una planta baja de casi
700 m
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que reunía unas condiciones propicias para
las necesidades de la FAL. El precio era bueno para la
situación del mercado inmobiliario en Madrid, pero
parecía estar por encima de nuestras posibilidades
financieras. Después de mucho negociar a la baja el
precio, de estudiar y exprimir todas las posibilidades
de financiación, y lo que ha sido más determinante,
la generosa respuesta a nuestros llamamientos de
ayuda por parte de la Confederación y sus simpati-
zantes, se cubrió de manera muy justa, pero sufi-
ciente, el dinero necesario para hacer frente al pago.
En resumen las características que reúne el local
son:
- Amplitud para acoger sobradamente los depósitos,
almacenes, oficinas, salas de lectura y consulta
que se requiere para un funcionamiento óptimo
de la FAL.
- Ubicación céntrica en la ciudad, lo que facilitará los
desplazamientos, y por tanto la afluencia, del públi-
co investigador o interesado.
- Al tratarse de una planta baja, se tiene acceso direc-
tamente desde la calle, y además se evitan los proble-
mas de sobrecarga de la estructura del edificio a causa
del peso de los materiales que se van a custodiar.
Desde la Junta de la FAL queremos agradecer el
apoyo recibido por parte de compañeros, sindicatos
y colectivos, que comprendiendo la importancia y
trascendencia de nuestro proyecto han respondido
comprometida y generosamente a los llamamientos de
ayuda y solidaridad.
La adquisición de este nuevo local es una gran res-
ponsabilidad que asumimos en la convicción de que
se va iniciar una nueva etapa en la FAL llena de
grandes aspiraciones y expectativas. Se aceptó el
reto de la compra como un medio, un primer paso
para alcanzar ese fin que tenemos encomendados:
reunir, conservar y difundir la ideología, cultura e his-
toria libertaria, de una manera efectiva y acorde a
los tiempos que vivimos. No es poco el trabajo que
queda pendiente, pero empeño no faltó ni faltará
para conseguirlo.
Durante una buena temporada, las finanzas de la
FAL van a estar limitadas a causa de los compromi-
sos de pago adquiridos. La aportación ofrecida por
compañeros y colectivos es crucial, y si con el tiem-
po fallaran la situación podría ser delicada. Esperemos
que no haya ningún contratiempo.
El proceso de traslado desde nuestra actual sede
en Villaverde no se va a efectuar de manera inmediata,
pues primeramente hay que preparar y acondicionar
adecuadamente el local y posteriormente estudiar el
proceso para minimizar la repercusión en el funcio-
namiento diario de la FAL. Dada la ingente cantidad
de materiales e infraestructura que es necesario mover,
estamos hablando de varios meses. Que nadie se sor-
prenda si solicitamos colaboración "física" para la
mudanza.
Cuando llegue el momento se realizará la perti-
nente inauguración oficial a la que estáis todos
invitados.
Goliath, Goliath
Julius Cæsar
William Shakespeare
Reparto:
Julio César, Joh Sharpnel
Marco Antonio, Ralph Fiennes
Marco Bruto, Antón Lesser
Casto, Simon Russell Beale
Porcia, Rebecca Charles
Diseño de vestuario:
Chloe obolensky
Movimiento escénico:
Joyce Henderson
Voz:
Patsy Ronderburg
Teatro Español, Madrid
La Fundación
Anselmo
Lorenzo ya
tiene nuevo
local
Una hábil operación de transformismo la llevada a cabo en
esta superproducción escénica prodigiosamente aquilatada
en la dirección de actores, ni un gesto inútil o una frase
descontextualizada