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Iñaki Astoreka
A
nte un tema tan delicado y tan en
boca de todos los medios de
comunicación, me cabe la gran
duda si a los ciudadanos españo-
les verdaderamente les preocupa
o les atormenta.
Sin duda que los muertos resultantes del
conflicto vasco, como algunos lo catalogan, o
del terrorismo, como otros lo definen, y que
conste que estoy utilizando el idioma que se
usa tanto, políticamente, como en la calle en
Euskadi, son más preocupantes que todas las
andanadas que se lanzan de uno al otro lado
de cada trinchera.
El paro, la carestía de la vivienda, el des-
fase sufrido en los sueldos por la incorpora-
ción al euro, entre otras cosas, pienso que
preocupan más a la población, que un postu-
lado de independencia, secesión, libre fede-
ración o como se quiera denominar o lo
denominen algunos conforme a sus intereses.
En la CNT, en un principio, lo que más nos
debe preocupar y mucho es la situación laboral,
social y económica en que vivimos, el indivi-
dualismo que nos inculcan frente a la organiza-
ción necesaria e indispensable y en eso, principal
aunque no únicamente, debemos centrarnos.
Estoy convencido de que la visión general del
debate suscitado por el Plan Ibarretxe, se verá
de forma diferente en otras autonomías: Madrid,
Cataluña, Extremadura, Galicia, Andalucía,
Aragón, etc., bien por no estar presentes en el
lugar donde se cuecen las habas, así como por
la información que cada uno maneje, indepen-
dientemente del criterio personal.
Después de este pequeño entrante que
incluso algunos juzgarán una salida por los
Cerros de Úbeda, sí me parece importante recu-
rrir a los estatutos de nuestro Sindicato y a
los de la Asociación Internacional de los
Trabajadores ( A.I.T.) a la cual pertenecemos.
Capítulo IV: El Sindicalismo revolucionario
es opuesto a todas las tendencias de organi-
zación inspiradas en el centralismo y del
Estado y todo aquello que pueda servir para
prolongar la vida del Estado y de la Autoridad
y que pueda ahogar sistemáticamente el espí-
ritu de iniciativa y de independencia del pen-
samiento. El centralismo es la organización
artificial que supedita las clases bajas a las
tituladas superiores y que abandona en manos
de una minoría la reglamentación de los asun-
tos de toda la comunidad -convirtiendo al
individuo en un autómata de gestos y movi-
mientos dirigidos-.
En la organización centralista los valores de
la sociedad son postergados por lo intereses
de algunos, la variedad es reemplazada por la
uniformidad, la responsabilidad personal es
sustituida por una disciplina inanimada.
Es por esta razón que el Sindicalismo revo-
lucionario, asienta su concepción social en una
organización federalista, es decir, la organiza-
ción de abajo a arriba, la libre unión de todas
las fuerzas sobre la base de intereses comunes.
Capítulo VI: El Sindicalismo revolucionario
rechaza todas las fronteras políticas y nacio-
nales, arbitrariamente creadas y declara que
el llamado nacionalismo, sólo es la religión del
Estado moderno, tras del cual se encubren los
intereses materiales de las clases poseedoras.
El Sindicalismo revolucionario no recono-
ce otras diferencias que las de la naturaleza,
regionales o nacionales, y reclama para toda
agrupación el derecho a una autodetermina-
ción acordada solidariamente con otras aso-
ciaciones del mismo orden.
Como se observará la CNT y el movimien-
to libertario parten de la independencia abso-
luta para, mediante compromisos de libre
adhesión, ir conexionándose hasta lograr su
último fin, que es el comunismo libertario.
Dejando claro cuales son nuestros fines y
pudiendo verlos con más o menos optimismo,
esto depende como todo de una correlación de
fuerzas, que significa crecimiento potencial y
militante de la Organización y aunque esto
es algo que no tiene nada que ver con el Plan
Ibarretxe y en función de esta correlación de
fuerzas, supongo que podríamos caer en la
tentación de examinar punto por punto el
susodicho plan, tarea que el firmante ha hecho
de una manera relativamente profunda, y lle-
gar a la conclusión que, desde la óptica nacio-
nalista burguesa, se trata de un Estatuto de
Gernika ampliado.
Estatuto al que por cierto tanto se agarran
el PP y el PSOE y que ambos han sido inca-
paces de aplicar en su totalidad, entrando en
un juego del yo te doy una transferencia más
y a cambio de que tú me apoyes en esto, por-
que el PNV, ha pactado según sus convenien-
cia tanto con uno como con otro partido.
También conviene recordar que todos los
partidos mayoritarios, PNV, PSOE y PP, que yo
conozca, han tenido reuniones con ETA para
solucionar el problema de la violencia, algo
que ahora se reprochan los unos a los otros.
Y este problema, que lo es, no se solucio-
na haciendo declaraciones altisonantes en los
medios de comunicación y estos a su vez
cubriendo y cubriendo espacios que ya no sé
si les garantizan una audiencia porque todo
cansa. El ejemplo de Inglaterra con el IRA,
aún en vías de solución, se llevó con suma
discreción tanto por los políticos de todos los
ámbitos como por los sectores de prensa con-
vencidos de que esta era la única solución de
llegar a consensos.
Se utilizan conceptos tales como indepen-
dencia, secesión, libre federación, introdu-
ciéndolos en un pasapurés como si fuesen los
ingredientes de un puré de verduras. Un poco
más de seriedad señores tertulianos y políticos.
El texto presentado en nada vulnera aspec-
tos jurídicos desde la democracia burguesa en
cuanto a su desarrollo parlamentario y decla-
ración de buenas intenciones. Claro está que
el texto va mas allá.
Cabe preguntarse por qué se ha levantado
tanta polémica, cuando en Quebec (Canadá),
consultas de este tipo se celebran cada cierto
tiempo y nadie se rasga las vestiduras por ello.
Claro está que para llegar a una cultura
democrática como se repite hasta la saciedad
hay que tener unos conceptos claros. Por ejem-
plo, la madurez del pueblo español o vasco, o
catalán a la hora de acudir a cualquier cita
electoral es algo que no se cansan de repetir
los partidos políticos, sobre todo los que ganan
las elecciones, ¿por qué esta madurez no se
puede aplicar al llamado conflicto vasco?
Es conveniente retroceder unos años atrás,
a 1978, año en que se firmó la Constitución
y todos debemos de reconocer, y los que nacie-
ron posteriormente a esa fecha investigar, que
fue una Constitución cogida con alfileres, por-
que el difunto Franco, dejó todo atado y bien
atado como antes de su muerte se dijo.
Y en ello estamos. Se jugó con el ruido de
sables y dejaron incólumes a todos los tentá-
culos del viejo franquismo, lacra que aún esta-
mos arrastrando.
Volviéndonos a centrar en el famoso Plan,
este parte, de que los vascos son quienes tie-
nen la capacidad de decidir su futuro, se plan-
tee como se plantee y esto que aparentemente
es algo inicuo, encierra una trampa, porque los
vascos vamos a poder decidir nuestro futuro
político, es decir: independencia, libre aso-
ciación, etc., pero eso únicamente. No vamos
a tener la capacidad sobre nuestro modelo
económico, nuestras relaciones con otros
ámbitos del mismo entorno vasco, llámense,
Bizkaia, Gipuzkoa, Alava, Navarra o las otras
de Iparralde (el llamado Euskadi Norte por los
nacionalistas o País Vasco Francés por los espa-
ñoles). Es decir se crearía un nuevo estado,
réplica de otros, con mayor o menor libertad
o mejora en los aspectos sanitarios o sociales,
pero básicamente lo mismo.
Partiendo de la óptica de la CNT, quizá esto
podría ser bueno porque en cuanto más se
desgajen los granos de una naranja, mejor se
puede intentar conseguir un cambio social,
digo quizá y no quiero extenderme sobre la
concepción del Estado grande o pequeño.
Para entender las posturas del PP y del
PSOE autoproclamados constitucionalistas y
estatutarios (en el primer caso, de nuevo
cuño), hay que hacer ímprobos esfuerzos. No
entiendo por qué no se puede modificar una
Constitución, si esta se ha quedado obsoleta,
por qué ese afán de que permanezca inalte-
rable, y no lo digo a humo de pajas, porque
ahora se esté liando con el Plan Ibarretxe, o
porque yo crea en ella, pero ahora se sacan las
muelas con anestesia y antes a puro huevo, a
buen entendedor....
El PP, en este aspecto parte del no dere-
cho a la libertad de los individuos y por lo
tanto, no puede estar de acuerdo con la liber-
tad de los pueblos, lo que para muchos España
es una entelequia, para ellos es una razón de
su existencia, no olvidemos que el concepto
de España ha estado asociado a uniones rea-
lizadas por la fuerza.
Por otra parte en el PSOE, como en la
Revolución Francesa (girondinos y jacobinos),
hay sectores que se debaten entre el centra-
lismo administrativo y el de la descentraliza-
ción del sistema. Mientras no aclaren sus
posiciones sin ambigüedades, sin temor, siem-
pre estarán en manos de una derecha cada vez
mas soberbia, más autoritaria, los últimos casos
nos lo demuestran: Prestige, Irak, adhesión al
llamado ataque preventivo, intento de refor-
zamiento y ampliación para gastos militares...
Para terminar, cuál es mi pensamiento al
respecto como afiliado a la CNT. El Plan
Ibarretxe en cuanto a que los vascos, voten su
modelo de integración o separación de España,
es perfectamente válido. Al igual que la CNT,
está libremente federada en su conjunto, por-
que así lo ha decidido, un pueblo tiene que
tener la potestad de decidir su futuro.
Ahora bien esto significa que se va a cam-
biar un sistema social, que los trabajadores
van a ver mejorar su calidad de vida, que los
accidentes laborales van a desaparecer, que el
denominado problema de la inmigración deje
de serlo, que las desigualdades por motivo de
sexo desaparezcan... Pues creo sinceramente
que no, aunque el problema que nos ocupa es
¿tienen los pueblos derecho a decidir su des-
tino? Rotundamente, sí.
Cuál es o será, eso es asunto de otro debate.
cnt
n°295 noviembre 2003
Opinión
2
233
¿Plan Ibarretxe
versus
España?
Ante un tema tan delicado y tan en boca de todos los medios de comunicación, me cabe la gran
duda si a los ciudadanos españoles les preocupa verdaderamente o les atormenta.
El tiempo nos dio la
razón: los Juegos fueron
un chiringuito para los
ricos, en Jerez no se
acabó con el paro ni se
dio el trabajo que
Pacheco decía que se
iba a dar, no hubo
beneficios públicos y la
deuda todavía la está
pagando el
Ayuntamiento, sí hubo
beneficios privados
(hoteles, etc.)marginal,
crítico...
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