¿Ha terminado la guerra?

 

Por supuesto que no, sólo ha terminado la guerra periodística. A partir de ahora ni siquiera podremos enterarnos de los que pasa. La entrada "triunfal" de los marines en Bagdad (no hubo flores ni sus habitantes se lanzaron en masa a recibir a "sus libertadores") sólo supone el desmoronamiento de la resistencia organizada y del Estado irakí.

Pero la invasión continúa y la masacre no ha terminado. Con la espantada de Sadam no concluye la resistencia. Las luchas por ocupar su hueco se harán encarnizadas, con o sin administración estadounidense.

Los políticos integrantes del "Eje del Bien" nos quieren convencer de que la victoria militar y el genocidio de la población civil de estas semanas queda justificado por el "gran avance democrático" que logrará esta sociedad oprimida. Pero no nos engañemos, los verdaderos motivos han sido económicos y políticos, y por eso no han dudado en masacrar al pueblo irakí con la oposición de la mayoría de la población mundial y saltándose la "legalidad internacional".

Ahora va empezar la "reconstrucción" de Irak, que generará enormes riquezas a grandes grupos empresariales, fundamentalmente estadounidenses (alguna migaja llegará a la comparsa, España incluida). Este saqueo y mal reparto material servirá de lección a todos los países que no se sometan incondicionalmente a los mandatos que dicta el amo mundial, como ya ocurrió con el plan Marshall.

La mayoría de las potencias mundiales se van a apuntar a la "ayuda humanitaria". Esta ayuda tan necesaria en Irak como en otros muchos lugares del planeta, va a servir de coartada gratuita ya que la factura de la reconstrucción la pagará con creces el propio país invadido.

La actual dinámica va a fortalecer el presupuesto dedicado a Defensa, en detrimento de las partidas sociales, especialmente Educación y Sanidad, en las que se dará una nueva vuelta de tuerca en su privatización. Recordemos, además, que este dinero sale de nuestros impuestos.

Parece demasiada coincidencia que los países que se autonombran "Eje del Bien" (Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Italia) sean los que están llevando a cabo la política laboral más regresiva y los que más avanzan en la privatización (mercantilización) de los servicios básicos: Sanidad, Educación, Transportes...

En nuestro país se ha puesto en evidencia lo que realmente es la democracia: otorgar cada cuatro años licencia para hacer lo que les dé la gana. El gobierno ha llevado adelante su política ignorando la oposición de la gran mayoría de la población: ¿Quién es el pueblo para interferir en las decisiones de los políticos?

Ante esta barbarie, las centrales menos minoritarias, CC.OO y UGT optan por la estrategia del despiste y división. UGT organiza un paripé de dos horas que sólo responde a un intento de lavarse la cara frente a personas trabajadoras que quieren parar la guerra, pero conservando la sumisión a la patronal. En este caso CC.OO., con su Secretario a la cabeza, muestran su verdadero rostro de entidad vendeobreros al servicio del capital y del poder. Nadie muerde la mano que le da de comer (en este caso no se han atrevido ni a ladrar). Hay que tener cara dura para colgarse "medallas" (entiéndanse chapitas) del NO A LA GUERRA con semejante historial.

La CNT, coherente con su línea antimilitarista ha respondido con la única medida proporcional a la gravedad de la situación: la convocatoria a una huelga general de 24 horas, en unión de otras organizaciones sindicales y sociales. Es sintomático que el boicot a esta movilización no haya procedido tanto de la patronal o del gobierno, como de Fidalgo y compañía que, a base de amenazas y rumores, han resucitado viejas tácticas estalinistas.

Una vez más se hace patente la inutilidad de los políticos y los burócratas para resolver nuestros problemas y los de la humanidad. Pensar que las próximas elecciones (políticas o sindicales) pueden cambiar esta situación es una gran ingenuidad.

Ni la guerra ni las injusticias sociales han terminado. Nuestra lucha y nuestra sana rebeldía no pueden apagarse con las cámaras de televisión que abandonarán Irak en los próximos días. La concienciación ciudadana por la participación diaria en la defensa de los intereses comunes es la única respuesta eficaz para que otro mundo sea posible. Lo demás es engañarse.

Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases

Organicémonos para vencer

CNT de Madrid

Extraído de www.cnt.es

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