Es la guerra la que nos incita a dirigirnos a vosotros –la guerra que ahora arrolla el mundo a su paso como si de una bola de nieve se tratara. Los gobernantes y los empresarios de todos los países comienzan una nueva lucha por la repartición del Este y sus recursos, no simplemente de los recursos petrolíferos. El petróleo es la sangre de todo el sistema industrial, sin él, la economía moderna no puede existir. Esta lucha por los recursos petrolíferos fuerza a los Estados Unidos y a sus aliados a enviar ahora
ejércitos a la región del Golfo Pérsico, con la esperanza de usurpar el petróleo de Irak.

De esta guerra solamente pueden beneficiarse los futuros dueños del "oro negro" de Irak. Y la gente común –como vosotros y nosotros- sufre, como siempre.

Pero el petróleo no es tan sólo la causa de la guerra. También es un medio de impedirla. Las actividades militares en el Golfo Pérsico pueden, tan sólo temporalmente, reducir la cantidad de petróleo suministrada al mercado internacional. Por tanto, los que han iniciado la guerra hacen todo lo posible para compensar esta deficiencia, de lo contrario no pueden mantener las actividades militares. Mientras, Rusia prometió aumentar el suministro de petróleo a los países extranjeros si la guerra llevaba a la escasez. Es por esto por lo que nos dirigimos ahora a vosotros, trabajadores rusos del petróleo: vosotros tenéis la fuerza para impedir esto ¡y de esta forma impedir que continúe esta guerra!.

La Asociación Internacional de los Trabajadores, la unión internacional de sindicatos de trabajadores creada en 1922, ya ha convocado a los trabajadores del petróleo de diferentes países (Noruega, Gran Bretaña, etc.) ¡para que no aumenten la producción de petróleo en caso de guerra en el Golfo Pérsico!. Pedimos lo mismo a los trabajadores y empleados de la industria rusa del petróleo. Sólo las acciones coherentes de los trabajadores del mundo pueden detener a los autores constantes de nuevos conflictos sangrientos.

Con la esperanza de encontrar vuestra comprensión y vuestra solidaridad, os enviamos nuestro fraternal saludo,

CRAS-AIT