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"Derechos humanos sí: estado de Palestina, no"

Una perspectiva libertaria sobre el conflicto.

El presente articulo, escrito por una mano anónima de la SF-IWA, presenta con claridad y precisión la perspectiva libertaria e internacionalista sobre el conflicto Israel-Palestina, hacienda hincapié en la oposición entre el interés de los pueblos y el de los estados y presentando la alternativa anarcosindicalista a las llamadas "luchas de liberación nacional"

Una vez más, la izquierda de este país ha vuelto a subirse al carro de una causa de liberación nacional. Fuera Cuba! Vietnam es agua pasada. Adiós Sandinistas. Ahora envuélvete en la bandera palestina y apoya la lucha por un estado palestino, entrando en algunos casos en una organización política a causa de las atrocidades que la gente sufre. No obstante, para los anarcosindicalistas se plantea un problema obvio: somos antiestatistas. Aunque reconocemos y apoyamos las protestas palestinas contra los abusos perpetrados por los opresores, así como apoyamos su lucha por la justicia y los derechos humanos, el apoyo a un estado palestino "reconocido" esta fuera de la cuestión.

Formas, ya sea el terrorismo de los individuos que se adhieren bombas al cuerpo o el de los que envían tanques a los campos de refugiados o bombardean civiles.

Como anarquistas, apoyamos la lucha del pueblo palestino contra las agresiones del gobierno Israelí. Apoyamos también a los israelíes que protestan contra el gobierno racista de Ariel Sharon. Lo que no podemos hacer es apoyar la creación de otro estado más en nombre de una "liberación nacional". Para nosotros, los estados son parte del problema –la fuente de violencia que se justifica porque nos "defiende" o "libera" de aquellos que son percibidos como "intrusos".

Todos los estados nacen y se perpetúan de una forma u otra por medio del terrorismo. también son entusiastas de una de las más odiosas, molestas y gregarias formas de fanatismo, chovinismo y racismo: el nacionalismo.

El nacionalismo se manifiesta en dos formas básicas. En primer lugar, la noción de supremacía: un grupo es superior a otro y en consecuencia tiene el derecho de oprimirlo. Esta idea entronca directamente con el fascismo, que es la antitesis de la solidaridad y por consiguiente se opone directamente al anarcosindicalismo. La segunda forma en que se manifiesta el nacionalismo es como respuesta a la opresión étnica. Un grupo lingüístico o geográfico busca "liberarse" de otro más grande o más poderoso que lo controla y oprime. Hay numerosos ejemplos vivos, y muchos de ellos han surgido a consecuencia del colonialismo imperial, una parte especialmente odiosa del legado capitalista.

El principal problema de las luchas de liberación nacional para la forma de organización antiestatista del anarcosindicalismo es que aquella es inherentemente estatista. Apelando a una forma de estado más local, el movimiento de liberación nacional apunta a la idea de que el estado es una institución deseable –aunque no en la forma actual-. Así pues, conlleva el defecto de que, en caso de tener éxito, generara un nuevo estado –que puede, o no, ser "peor" que el actual opresor- pero será de todos modos un mecanismo opresor.

El hecho es que la idea de estado conlleva la creación de una autoridad superior que inevitablemente protege los intereses de quienes se encuentran dentro de el , que tienen el control del poder. Las luchas de liberación nacional son por consiguiente una batalla por el "derecho a oprimir" entre el actual estado y el posible nuevo estado. Apoyar un estado, incluso uno que no existe todavía, es apoyar la opresión. Aun en el caso de que parezca que la lucha de liberación conduce a menos opresión (en el presente) que la del actual opresor, como pasa en muchos casos, puede ser más vengativo, ebrio de poder y opresor con "su" gente que el régimen anterior.

La esencia de la nación-estado es antagonista. Se define a si misma enfrentándose a otros bloques de poder (otras naciones-estados) a fin de afirmar su lugar entre ellos. Los estado tienen intereses, y cualquier otro estado es una amenaza potencial para estos. Dado que puede conseguirse fácilmente que esta amenazas parezcan reales e inmediatas para la gente de los estados en cuestión (por medio de propaganda racista, por ejemplo), este impacto a nivel global da como resultado la división de la gente. La falsa "unidad" interna de los estados vendida a la gente común por los lideres es un esperpento de la verdadera noción de solidaridad. No obstante, basta a los estados para conseguir el apoyo y consentimiento para coordinar bárbaros ataques dirigidos a quienes son considerados una amenaza a esta unidad imaginaria –y esto ocurre con los disidentes internos tanto como con los "enemigos" externos.

así pues, como influye esto de cara a apoyar la causa palestina contra la agresión del estado Israelí? Bien, la más obvia respuesta a esta cuestión es que apoyamos a todos aquellos que están siendo oprimidos por quienes tiene el poder para hacerlo. Esto es justamente lo que esta sucediendo a los palestinos. El estado Israelí practica abiertamente contra los palestinos una política racista que evoca el apartheid; trabajadores llegados en autobuses desde los asentamientos palestinos trabajan a menudo en los mismos puestos que los israelitas, y se les paga solo una tercera parte de lo que ganan sus compañeros de trabajo. Los que intentan asociarse sindicalmente son despedidos. La violencia ejercida sobre los palestinos por parte del ejercito Israelí esta bien documentada. Las casas son derribadas con gente en su interior mientras soldados israelíes se hacen fotos junto a los cadáveres.

Igual que apoyamos a los oprimidos, apoyamos a nuestros herman@s palestinos que oponen resistencia a la agresión del estado Israelí. Pero no podemos apoyar la formación de un estado palestino.

La alternativa al estado reposa en el factor de una humanidad común. Dentro de esta comunidad humana, los intereses de unas personas o grupos no pueden ser superiores a los de otros. Los anarquistas aspiran a un mundo autorregulado basado en una profunda solidaridad colectiva, apoyando y celebrando diversas identidades culturales, conocimientos e intereses mutuos. Dentro de este mundo, igualdad y diversidad van de la mano. La solidaridad –funcionando sobre la base del interés mutuo- hace que todas las diferencias étnicas y culturales se perciban como positivas y no como una excusa para demonizar, esclavizar humillar, oprimir y asesinar como hace actualmente el estado Israelí. La solución no es crear otra entidad más que va a perpetuar el establecimiento de un bloque de poder contra otro, sino trabajar por la erradicación de todos los estados apoyando el derecho de todos los seres humanos a vivir sin miedo, pobreza, violencia u opresión.

Sabemos que esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, pero también sabemos que el mañana comienza ahora. No podemos apoyar la creación de un estado, porque con los estados es donde comienza el problema, y los estados son notablemente efectivo promoviendo y manteniendo el falso sentimiento de unidad que reconocemos de varias maneras como xenofobia, nacionalismo, racismo, así como homofobia, sexismo y odio a las personas discapacitadas. Los estados crean divisiones tanto interna como externamente, y la historia, hasta el día de hoy, demuestra que los interese de la entidad conocida como "el Estado" y particularmente los de sus lideres y principales beneficiarios, siempre se anteponen al interés común y al de la humanidad. Los disidentes dentro y fuera de la esfera del estado son usados como "otros" a quienes se demoniza de cara a definir y reforzar la identidad (naturalmente fundida con el estado) de quienes dice proteger. Aunque suene reiterativo, difícilmente puede esperarse que los anarquistas apoyen el nacimiento de otro estado que en poco tiempo contribuirá a la división de los intereses comunes humanos. Por su naturaleza, tal forma de organización siempre va a socavar el equilibrio y la solidaridad globales, buscando reducirnos a un aislamiento opresivo.

así pues, aunque podemos mostrar nuestra solidaridad con el pueblo de Palestina, como lo hicimos con el pueblo de Afganistán, no podemos apoyar a quienes podrían alzarse como los nuevos gobernantes de este pueblo, ni podemos apoyar en este país a quienes podrían aprovechar la situación actual para satisfacer sus propias ambiciones políticas y codicia por el poder.

La alternativa anarcosindicalista a las luchas de liberación nacional es construir una asociación global basada en la solidaridad global, contra el capitalismo y contra la idea de la nación estado. Una organización global de este tipo no desea atacar o borrar las diferencias y culturas, muy al contrario, cuanto más diversa es la cultura, más rica es la sociedad global. El estado de Israel responde a la diferencia demonizando, persiguiendo y destruyendo a todos aquellos a quienes define como "otros". En la naturaleza de todos los estados esta el ejercer la superioridad de su "yo" contra los "otros", y , por esta razón, la construcción de otra entidad de este tipo es inadmisible. Podemos unir nuestras voces a las de quienes están uniéndose alrededor del mundo protestando contra la conducta del gobierno Israelí. Podemos promover o apoyar manifestaciones en que la oposición a la conducta de Israel es evidente. Podemos unirnos al boicot sobre los productos israelíes y buscar otros modos de mantener la presión. Hay muchas formas en las que los anarquistas pueden prestar su apoyo a la casa palestina –sobre todo en lo concerniente a derechos humanos-, sin envolvernos en problemas sobre el liderato y la creación de un nuevo estado.

Extraído de Direct Action, órgano de la sección británica de la AIT, nº23.

Traducción: Herre Arriba lucha antifascista

 

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