Ya no saltan liebres libres,
Por los mares de olivares.
Aún jalonan alazanes,
Por montañas, prados y valles.
Cruz, capa y espada,
Que caen sobre los labriegos.
Fino, azahar y cante,
Para la cultura del pueblo.
Ya no saltan liebres libres,
Por los mares de olivares.
Aún jalonan alazanes,
Por montañas, prados y valles.
Hoy no resuena su voz,
Contempla, ya fallecido.
Pero contento estará,
Por su saber transmitido.
Historias de recuerdos,
Ácrata, libre y sufrido.
Condenado al ostracismo,
Por cortijos perseguido.
Cuando su voz más nos falta,
Como un gemido sentido.
Yace y observa como el sol,
Que no todo está perdido.
Ya no saltan liebres libres,
Por los mares de olivares.
Aún jalonan alazanes,
Por montañas, prados y valles.
a Francisco Chacón,
librepensador de la Subbética