Contraportada

La Farsa Social Mundial de Porto Alegre

Buenos y malos

Este artículo apareció en la publicación Willful Disobedience con motivo del Foro Social Mundial de Porto Alegre del pasado año, y creemos que sigue teniendo plena vigencia con respecto a la edición de este año.

Mientras la policía hacían retroceder brutalmente a l@s manifestantes de Davos, usando la violencia estatal para evitar manifestaciones en las cercanías del Foro Económico Mundial (FEM), 12.000 "representantes de grupos ciudadanos" se reunían en Porto Alegre, Brasil, para desarrollar una "alternativa" al modelo económico del FEM. Este encuentro, llamado el Foro Social Mundial (FSM), estaba organizado por diversos partidos -incluyendo al Partido dos Trabalhabores, que se encuentra en el poder en esa región de Brasil- y organizaciones.

Como es típico en la izquierda, el FSM trataba de atraer grupos de todo el espectro político radical y liberal (e incluso consiguió atraer a unos pocos grupos anarquistas y autónomos para que participaran). Así pues, su retórica fue tan superflua y vacía como su práctica. Hablando de crear un proyecto diferente para la globalización y desarrollando estrategias para establecer "los cimientos para un modelo económico más justo", el foro en su conjunto enfatizó en una "mayor implicación ciudadana", "más oportunidades para la participación democrática" en la economía global.

Aunque unas pocas voces disidentes-principalmente de l@s anarquistas y autonom@s que cometieron el error de asisitir al foro-pedían el fin del capitalismo, está claro que la intención principal de este foro era, en realidad, encontrar un modo de preservar al actual orden social en una forma más humana y democrática, preservar la trayectoria del capitalismo de un modo que permita a más gente participar activamente.

Pero consideremos: ¿Merece la pena continuar en una marcha hacia la muerte porque hayamos erradicado el látigo y las picanas? ¿Significa algo el derecho a elegir quién dirigirá la marcha o cuáles serán los detalles de su continuación, cuando la realidad básica sigue siendo la misma, con un fin que está garantizado: la muerte en su sentido más pleno -de la creatividad, la imaginación, el gozo y la maravilla, y por último también de nuestro ser físico? En realidad, charlar sobre participación ciudadana es un absurdo en un mundo en el que más y más personas se ven empujadas de sus hogares y empujadas a la inmigración indocumentada en el intento de sobrevivir-por tanto, encontrándose excluidas de la ciudadanía y la "humanidad" tal como está reconocida por el estado- precisamente por las acciones de los estados democráticos.

Intentar hacer el actual orden social más justo y más ecológico es igualmente absurdo cuando se considera que éste se debe expandir para sobrevivir, y esta expansión significa la diseminación creciente de los venenos necesarios para la producción económica, la extensión creciente de la miseria, el desastre y la muerte. A la luz de las actuales condiciones de existencia, el Foro Social Mundial fue una farsa. Los métodos alternativos de explotación y dominación garantizan la destrucción de cualquier vida que merezca la pena vivir de la misma forma que lo hacen las formas actuales.

En última instancia, sólo la destrucción total del actual orden social puede poner fin a la marcha hacia la muerte que es nuestra realidad civilizada, y tod@s aquell@s que buscan solamente reestructurar los métodos por los que avanza esta marcha hacia la muerte son nuestr@s enemig@s tanto como aquell@s que actualmente la dirigen. L@s anarquistas y revolucionari@s harían bien en evitar dejarse engañar por absurdos como la Farsa Social Mundial. Tenemos cosas mejores que hacer.

Willful Disobedience vol 2, nº 7

http://msnhomepages.talkcity.com/

ProjectPl/willfuldisobedience/


Traducción "Palabras de Guerra"

Arriba lucha antifascista

Moncho Alpuente

La idea, idea única, pensamiento único del presidente Bush, de que existe un eje del mal lleva implícita la existencia de otro eje, un eje del bien, cuyos hitos aún no están definidos por la Casa Blanca, aunque son legión los gobiernos que ya están haciendo cola y méritos para apuntarse, desde los presuntos socialistas británicos de Blair a los supuestos socialdemócratas alemanes de Schroeder, por la no menos presunta y supuesta izquierda, a los seudocentristas de Aznar y los carteristas de Berlusconi por la derecha del espectro.

Bush es un hombre sencillo de ideas simples y convicciones primarias que no da para muchos matices, un maniqueo que ha partido el mundo por el eje con la evangélica rotundidad del "Quien no está conmigo está contra mí".

Tal vez por un oscuro atavismo, los varones humanos en cualquier contienda, bélica, política o deportiva tendemos a tomar partido por uno de los dos bandos en litigio, desde los primeros juegos infantiles a las enconadas rivalidades adultas, fichas blancas contra fichas negras en un tablero de juego en el que ya no caben los grises, en el que hasta la proverbial neutralidad suiza está a punto de ser abolida.

Los buenos contra los malos, o por lo menos, los malos contra los peores. Por caer en una trampa tan vieja y tan burda declarados partidarios de la libertad se han visto apoyando férreas dictaduras estalinistas y pacifistas convencidos han desenterrado más de una vez el hacha de guerra sin complejos. Pero la lucha interminable por mucho que la nieguen y la oculten los interesados sigue siendo la de los de arriba y los de abajo, los pobres y los ricos, los militares y los civiles.

Entre el integrismo musulmán y el fundamentalismo estadounidense, no hay opción posible, ni simpatía tolerable, todo es pura falacia, no hay guerras justas, ni cruzadas santas, sino terribles negocios y sucias maniobras, Bush necesita un Sadam, más fácil de localizar y bombardear que Osama, para seguir siendo el campeón de las libertades y Sadam precisa de un Bush para mantenerse en el poder mediante una dictadura de guerra.

Europa por muchas proclamas que se hagan no es la tercera potencia en discordia, ni el tercer eje. Europa es ese continente cuyos dirigentes cuando quieren reunirse han de suspender los derechos de libre circulación de sus súbditos para que no se les suban a la chepa.