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la internacional sindicalista IWMA (hoy IWA-AIT) celebró su congreso
fundacional en el cambio de los años 1922 a 1923, lo hizo contra un
telón de fondo de grandes convulsiones. La Primera Guerra Mundial
había terminado pocos años antes, una guerra que fue seguida de
inmediato por la diseminación de los movimientos revolucionarios en una
serie de países, estableciendo tendencias duraderas en el desarrollo
del mundo.
Durante la guerra, la internacional
socialdemócrata se partió y sus partidos afiliados lanzaron su
internacionalismo por la borda. Bajo el liderazgo de su presidente
belga, Emilie Vandervelde, dieron apoyo activo a la guerra en nombre de
sus países respectivos. El sindicato internacional reformista se
colapsó aproximadamente al mismo tiempo.
Tras el final de la guerra, comenzaron
los intentos de reconstruir las organizaciones internacionales. La
internacional comunista fue organizada en un congreso en Moscú en 1919,
como continuación de la llamada internacional de Zimmerwald que había
sido ya establecida durante la guerra. El sindicato internacional fue
re-establecido el mismo año en un congreso en Viena, con el austriaco
Friedrich Adler como promotor. Esta organización se fusionó con la
internacional social-demócrata en 1923.
Por iniciativa comunista, el congreso
de Moscú de 1921 fundó el llamado sindicato rojo internacional. Esta
organización hizo grandes esfuerzos para atraer miembros sindicalistas,
pero las organizaciones sindicalistas la rechazaron, al no quererse
involucrar en un sindicato internacional conducido por un movimiento
político, en este caso los comunistas.
Durante los días 25/12/1922 a
02/01/1923, delegados de diez países, representantes de cerca de dos
millones y medio de trabajadores organizados, celebraron un congreso en
Berlín. Fue en este congreso donde se fundó la internacional
sindicalista IWMA.
El congreso no pudo, por cierto,
trabajar sin disturbios. Hacía falta tener cuidado porque algunos de
los delegados tenían que llegar hasta allí ilegalmente, sin el
conocimiento de la policía. El primer día el congreso tuvo lugar en un
edificio en las afueras de Berlín. El plan era continuar el congreso el
día siguiente en otro sitio, pero la policía estaba sobre la pista
así que los delegados hubieron de recibir un mensaje secreto para
reunirse en un tercer lugar, en Nieder-Schönweide, otra zona de
Berlín. El trabajo fue funcionando hasta la tarde, en que una patrulla
de policía entró repentinamente en el edificio y quiso ver los papeles
de identidad de los delegados. Los compañeros alemanes protestaron
fuertemente y pidieron que la policía mostrara la documentación en que
se le daban órdenes para esta actuación. No llevaban tales
autorizaciones, de forma que la patrulla se retiró, dejando dos
policías para vigilar. Los delegados del congreso, entonces, se
apelotonaron para salir a la calle, empujaron y echaron a los policías
y desaparecieron.
El congreso se reunió de nuevo el
día siguiente, esta vez cerca de Alexanderplatz en el centro de
Berlín, no lejos de los cuarteles de la policía.
En este edificio el congreso procedió
sin interrupción durante varias jornadas. Pero un día, antes de
mediodía, llegó un nuevo ataque policial. El edificio entero estaba
rodeado de policías con rifles y con revólveres y granadas en sus
cinturones. Entraron por la fuerza en la sala de reunión, donde los
delegados levantaron gran alboroto y protestaron con fuerza. Un delegado
que carecía de los papeles adecuados, saltó por la ventana y fue
atrapado por la policía en la calle. Un delegado polaco que tampoco
tenía papeles resistió a la policía pero fue puesto fuera de combate.
Una delegada francesa se lanzó entonces y alcanzó con su puño a un
oficial de policía en la cara. Fue arrestada y trasladada con algunos
otros compañeros a la prisión de Moabit. Todos y cada uno de los
delegados fueron registrados cuidadosamente. Entre los delegados se
encontraba Emil Manus, que representaba a Dinamarca y Noruega y Edvind
Lindstam y Frans Severin que representaban a la SAC. También estuvieron
presentes otros dos miembros de la SAC, no como delegados, sino como
miembros individuales, pasando por Berlín en viaje a Paris. Más tarde
fueron los bien conocidos autores Eyvind Jonson y Víctor Vinde, el
último más tarde se convirtió en el editor de Stockholmstidningen.
Tras todo esto, la policía dejó en
paz la reunión y el congreso continuó. Fundó la Asociación
Internacional de Hombres Trabajadores -IWMA en sus siglas inglesas-
(desde 1974, Asociación Internacional de los Trabajadores – IWA), la
Internacional Sindicalista. La Internacional Sindicalista siguió
funcionando durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las otras
internacionales se colapsaron y hoy día continúa con su actividad.
John Andersson
Extraído de "Solidaritet"
Agosto-Septiembre 1959