Opinión

La revolución es en bien de todos

Errico Malatesta

Cuando hacemos la crítica de las instituciones vigentes y recordamos los indecibles dolores y los innumerables muertos que producen, nunca dejamos de advertir que dichas instituciones son dañinas no sólo para la gran masa proletaria, que por su causa vive hundida en la miseria, en la ignorancia y en todos los males que de la ignorancia y la miseria se derivan, sino también para la propia minoría privilegiada que sufre, física y moralmente, en el ambiente viciado que ella crea, y que vive en miedo continuo de la ira popular que haga pagar caro sus privilegios.

Cuando saludamos la revolución redentora, hablamos siempre del bien de todas las personas sin distinción, y entendemos que, cualesquiera que sean las rivalidades e intereses personales o de partido que hoy las separan, todos debemos olvidar los odios y rencores, y convertirnos en hermanos en el trabajo común por el bien de todos.

Y cada vez que los capitalistas y los gobiernos cometen un acto excepcionalmente malvado, cada vez que son torturados inocentes, cada vez que la ferocidad de los poderosos se desfoga en acciones sangrientas, nosotros deploramos los hechos, no sólo por los dolores que directamente producen y por el sentido de justicia y propiedad ofendido en nuestras personas, sino también por las consecuencias de odio que dejan, por la semilla de venganza que meten en el ánimo de los oprimidos.

Pero no se presta ningún oído a nuestras admoniciones, antes bien son tomadas como pretexto para perseguirnos.

Fragmento de un artículo publicado en septiembre de 1900.

Traducción RedacciónArriba. ¡LUCHA ANTIFASCISTA!