La situación hidráulica en el Altoaragón

La regulación del agua mediante la construcción de grandes embalses para su posterior distribución a otros territorios mediante el conocido trasvase del Ebro es uno de los fenómenos que más ha impactado en nuestra tierra en los últimos años, sobre todo en zonas de afectad@s por la construcción de obras hidraúlicas que, como el Pirineo, quedaran gravemente dañadas desde un punto de vista ecológico, social y humano.

Desde un punto de vista científico poco podemos añadir aquí que ya no se haya argumentado con énfasis. Está demostrado el riesgo de embalses como el de Itoitz o Santaliestra por los probables desprendimientos de las laderas sobre las que se asientan (pueden leerse los informes geológicos de la Universidad de Zaragoza o los trabajos del catedrático F. Javier Rebolledo); también es reconocida la inoperancia del recrecimiento del pantano de Yesa, puesto que el cambio climático y la escasez de lluvias no permitirían su llenado...

Desde el punto de vista ecológico estamos hablando de un desastre sin precedentes, un ataque directo y atroz que inundará valles enteros, destrozará el cauce y la vida de los ríos eliminando casi el 80% de las especies fluviales, además de secar el Delta del Ebro, sin posibilidad de solucionar un desastre irreversible mediante engañosos planes de recuperación.

Y desde el punto de vista humano las consecuencias son horrorosas: inundación de núcleos habitados (Erés, Itoiz), desplazad@s por la inundación de valles habitados y tierras de cultivo (Santaliestra, Artieda, Mianos, Sigués, Biscarrués...); aumento de la despoblación en zonas tradicionalmente deprimidas (Ribagorza); desequilibrio social y beneficio de la especulación en las zonas costeras del Mediterráneo mediante la utilización de la privatización del agua como moneda de cambio.

Las alternativas al Plan Hidrológico Nacional (PHN) son viables y por supuesto son rechazadas por un gobierno neoliberal y desarrollista. La modernización de los regadíos y la mejora en las tuberías de las ciudades (la red de abastecimiento de Zaragoza pierde el 50% del agua), son dos, entre otros muchos, ejemplos significativos a los que el gobierno del PP hace oídos sordos, a cambio de privatizar el agua como un gran negocio para este siglo XXI.

Pero si en todo lo anteriormente mencionado estamos de acuerdo, nos gustaría reflejar, desde un punto de vista libertario, algunos aspectos acerca de la lucha social que se ha creado contra la construcción de grandes embalses, paso previo para privatizar el agua (un bien natural y colectivo), almacenarla y utilizarla como moneda de cambio en el sistema de la oferta y la demanda del mercado libre.

La lucha contra la construcción de embalses no es nueva, sobre todo en el Pirineo. Desde la dictadura de Primo de Rivera hasta nuestros días, l@s montañes@s han sido amenazad@s y castigad@s con la construcción de pantanos. Pero hasta hace bien poco las reivindicaciones de esta lucha no traspasaban el entorno de l@s afectad@s. Actualmente, desde la inclusión del trasvase del Ebro en el PHN, el movimiento social se ha convertido en un fenómeno de masas de donde todo el mundo (partidos políticos, sindicatos mayoritarios, empresarios...) quiere sacar tajada.

Los partidos políticos y los sindicatos "mayoritarios" nunca han formado parte de esta lucha. Siempre han estado a favor de la construcción de los grandes embalses para especular (junto a l@s empresari@s) con el agua. Pero en el momento en que se han dado cuenta de que existía un trasvase para llevar este recurso a Levante y no poder especular ellos en su propia tierra, se han apuntado al carro contra el PHN. Es curioso ver como el PSOE rechaza en Aragón el PHN, cuando fueron ellos los que aprobaron el Pacto del Agua en Madrid durante su última legislatura. Por su parte Izquierda Unida siempre ha tenido un doble discurso: en la montaña clama contra la construcción de pantanos y en el llano los defiende ante los regantes.

¿Y Chunta Aragonesista? Se nos presenta como un partido sin contradicciones que no firmó el Pacto del Agua, pero esto no es así. CHA se posiciona favorablemente a la construcción de embalses como el de Lechago (en la cuenca del Jiloca) y el de Mularroya (en el río Jalón), que son tremendamente dañinos para los ríos y para las personas que viven en su entorno. Además, CHA le da la mano al Gobierno de Aragón, que siempre ha pedido las obras del Pacto del Agua, en su "lucha" contra el trasvase, por lo que este partido hace una oposición descafeinada e irreal. Pero eso sí, situándose como único grupo parlamentario en contra de los grandes embalses es seguro que ganará un gran número de votos en la próxima legislatura. Votos que vendrán derivados de l@s escéptic@s del PSOE y el PAR atraíd@s por un discurso cada vez más moderado de Chunta Aragonesista.

Los sindicatos "mayoritarios" (U.G.T. y CC.OO.) actúan de la misma forma que los partidos: un doble discurso intentando manipular para su beneficio el movimiento social.

Partidos políticos y sindicatos "mayoritarios" siempre han sido malos compañeros de viaje en los movimientos sociales, algo que l@s anarquistas sabemos hace tiempo.

Las asociaciones de afectad@s: cada vez las vemos más integradas en una lucha muy "institucionalizada". El hecho de que los partidos políticos estén trabajando inmersos y ocultos en las asociaciones de l@s afectad@s hace que sus reivindicaciones carezcan en ocasiones de discursos contundentes y frontalmente opuestos al Pacto del Agua. Se habla de "Nueva Cultura del Agua" pero se elimina el "NO al Pacto del Agua". Este discurso es utilizado incluso por el señor Biel (Vicepresidente de Aragón), que ya incluye la Nueva Cultura del Agua en sus postulados.

Se ha intentado parar el PHN en Europa a través de la conocida Marcha Azul a Bruselas. Aunque parece estar dando resultados al ampliar el movimiento social a países como Francia (Attac, o el movimiento campesino de José Bové), o la admisión por parte de la UE de dos enmiendas acerca de la vulneración de la Directiva Marco del Agua, no puede atascarse la lucha sólo en este frente. El PP puede echar rápidamente por tierra los logros en Europa simplemente diciendo "si me apoyais con el PHN os apoyaremos en una futura ampliación de la UE", lo que ya ha conseguido el apoyo del presidente italiano Prodi. Las instituciones nunca han escuchado a los movimientos sociales y, aunque siempre es bueno presionarlas y enfrentarse a ellas, es necesario abrir nuevos frentes de lucha.

¿Y la Mesa del Agua? No entendemos cómo, existiendo ya la Plataforma en Defensa del Ebro, se crea una entidad que pretende sustituirla. Esta Mesa, creada sobre todo por el PSOE, CC.OO y UGT, pretende buscar un consenso social que traicionará las reivindicaciones del Pirineo y l@s afectad@s, garantizando la construcción de los pantanos, pero eso sí, negándose al trasvase. Y si no, ¿por qué está el Gobierno de Aragón y l@s empresari@s en ella?.

Desafortunadamente, la Plataforma en Defensa del Ebro también se está impregnando de una oposición "institucionalizada", haciendo guiños al Gobierno de Aragón para que participe en sus actos y eliminando de su discurso el tema de los embalses, verdadero problema de esta historia.

Así no vamos a ningún lado.

NUESTRAS PROPUESTAS

Como anarquistas rechazamos las políticas hidraúlicas neoliberales del PP y del PSOE. Nos oponemos a la construcción de los pantanos y las obras del Pacto del Agua por las afecciones sociales y ecológicas descritas más arriba.

Nuestra postura es claramente antipantanos, sin dejarnos manipular por ese discurso político que no quiere el trasvase pero sí los embalses. No entendemos esa postura de ciertas asociaciones como COAGRET y la Platafoma en Defensa del Ebro, que afirman que debemos colaborar con partidos, sindicatos amarillos y empresari@s (como en la movilización del pasado 7 de Octubre del 2000), argumentando que si no se hace el trasvase del Ebro no se harán las obras del Pacto del Agua. Estrategia equivocada, porque, la construcción de los pantanos es una inversión de miles de millones de pesetas, por lo que grandes constructoras como Agroman o ACESA están deseosas de iniciar las obras cuanto antes; empresas con gran capital financiero que apoyarán a cambio las campañas electorales del PSOE y PP. Es decir, aunque los embalses no sirvan para realizar el Trasvase del Ebro, existen, a nuestro juicio, muchos y oscuros intereses políticos para garantizar su construcción. Por ello nuestro discurso se reafirma en el antipantanismo.

El movimiento social debe ser realmente contestatario, sin dejarse manipular por partidos políticos y empresari@s que, como siempre, solo buscan su beneficio. La estrategia de lucha, sobre todo ahora que pueden empezar de inmediato las obras de Yesa, Santaliestra y Biscarrués, debe abrir nuevos caminos como han hecho l@s compañer@s de Itoiz.

Este movimiento social antipantanos se tiene que estructurar de una forma asamblearia y horizontal para que l@s afectad@s sean escuchados en todo momento. No podemos tolerar intentos de jerarquización de algunas asociaciones por parte de partidos políticos y personas que solamente buscan su propio lucro.

Por otro lado, la clase trabajadora no debe caer en enfrentamientos territoriales (llano-montaña, Aragón-Levante), sino formar un frente común ante quienes imponen un modelo político y económico ávido de recursos naturales que sólo beneficia a una minoría, en perjuicio del resto de la Humanidad y del planeta en su conjunto.

La sed de libertad, justicia, igualdad, autogestión y fraternidad no se calma con agua.

Es prácticamente seguro que en los próximos meses empiecen las obras en el Pirineo (en Yesa ya están comenzando). Debemos reaccionar de inmediato. Ni las instituciones ni los partidos políticos van a estar con nosotr@s. Si ell@s no van a luchar contigo, no dejes que decidan por tí. Organízate y lucha.

CNT-Huesca