Regreso a Actualidad

Amadeu Casellas

23 años de lucha en la cárcel

Conocí los centros de exterminio en Agosto de 1979, en esa época los carceleros vestían ropas militares, porque eran franquistas y aún no había llegado la "democracia" a los centros de exterminio. El recibimiento que tuve, fue una paliza por parte de los carceleros porque no me ponía firme cuando me lo decían; ahí empezó lo que hoy aún no ha terminado. En esa época quedaban los últimos restos de lo que fue la COPEL, pero duró muy poco, porque se los llevaban de conducción y desaparecían de escena todos los que se resistían a ese sistema fascista. Tuve mis primeros contactos con algunos miembros de la COPEL y empezamos los preparativos para reivindicar la reforma del Código Penal y mejoras en la comida, higiene y condiciones de vida penitenciaria en general.

La primera acción en la que tomé parte de forma activa, fue en el año 1982; nos organizamos y formamos un comité de ayuda al preso; en esa época estaba como Fiscal de Vigilancia, Carlos Giménez Villarejo, el cual tuvo que intervenir porque yo estaba en una de las listas negras que tenía la Dirección General para hacerme desaparecer. Iniciamos una huelga de hambre el día 1 de septiembre de 1982, la secundamos 1.800 presos, todos de la cárcel Modelo de Barcelona. Entre varios puntos de reivindicación estaba la reforma del código penal; en esa época vinieron varios políticos para hablar con nosotros, y abogados como el catedrático Córdoba Roldán, Piqué Vidal, etc. También vinieron políticos de diferentes partidos, entre ellos los del PSC; estos últimos se comprometieron a que si ganaban las elecciones, nos darían la reforma del código penal; por lo que el día 17 del mismo mes, tras la muerte de uno del comité, muerte que fue preparada por la propia dirección del centro, se rompió la huelga de hambre, después solicitamos a la dirección del centro que queríamos delegados sindicales en los talleres productivos; se hicieron las elecciones y salí elegido por mayoría; lo primero que pedimos fueron los vis a vis porque no teníamos, sólo los destinos de confianza; después que se hiciera sólo un turno de trabajo para que nos quedara tiempo para escribir o comprar en el economato; también se consiguió en la primavera del 83 la mini-reforma, pero las condiciones de vida no cambiaron por lo que hicimos una huelga de brazos caídos; se consiguieron algunas mejoras.

En el 87 entró de director Santiago Martínez Cadarso, un personaje de película, llevábamos 3 años que ya no dependíamos de Madrid sino de la Generalitat de Catalunya, pero continuábamos en unas condiciones infrahumanas; con la huelga de hambre que mantuve durante 30 días, conseguí que viniera el Defensor del Pueblo, al que acompañaba Frederic Rahola que era el Sindic de Greuges de Catalunya; les comuniqué las deficiencias que padecíamos los presos, como falta de camas, sitios para atender a los que estaban de mono, platos y cucharas, ya que carecíamos de todo tipo, inclusive mesas para comer; en esos tiempos no disponíamos de comedores y teníamos que comer en las celdas en las que estábamos 8 ó 9 internos.

En medio de todo esto, organizamos otra huelga de brazos caídos, en el 90; fui trasladado de centro en centro hasta que aterricé en Quatre Camins, en donde conocí a uno de los asesinos más grande de prisiones, el fascista Juez de Vigilancia Manzanares Codesal, un asesino a sueldo del poder. Allí de nuevo organizamos un comité de presos y paralizamos la cárcel en Mayo del 93, en protesta por las condiciones de vida y contra el juez Manzanares. El día 12 de ese mes, de una forma totalmente arbitraria y fascista, por la noche vinieron a buscarnos a todos los que estábamos en el comité y, tras esposarnos, se nos llevaron al centro de exterminio de Ponent en donde nos estaban esperando todos los carceleros; nos llevaron al DERT en primer grado con el único propósito de romper la huelga de brazos caídos de la Roca; en esos momentos había en la calle un grupo de abogados y ONG's que nos ayudaron. Entre esos abogados se encontraba Iñaki Ribera, hoy profesor en la Universidad de Derecho de Barcelona.

Estando en Ponent, organicé varias huelgas de hambre, reclamando nuestros derechos, lo que me costó varios primeros grados y traslados de centro a centro con el propósito de que desistiera.

En el 94, estaba en el centro de exterminio de Brians, allí estaban los economatos privados cobrando por algunos productos, precios mucho más caros que los que había en el exterior; de nuevo otra huelga de hambre y recogida de firmas para parar estos abusos. La Jueza de Vigilancia Penitenciaria Remei Bona, nos dio la razón en varias de las peticiones que reivindicábamos; basta de precios abusivos, no más cacheos integrales, la posibilidad de poder presentar recursos sin que eso te impidiera pedir nuevos permisos...

En el 98, estaba en Girona, allí se abrieron unos talleres para los terceros grados, parecidos a los de Raimat, esos talleres estaban como la mayoría de las cosas de estos fascistas, o sea ilegales y retenían a los terceros grados con carta de trabajo en el exterior: La situación llegó a mis oídos y se lo comenté al jefe del CIRE de Girona (un macarra de tercera categoría), lo denuncié a los medios de comunicación y, tras una inspección, los cerraron. Posteriormente, el subdirector de tratamiento, manipulaba las analíticas de los compañeros de forma fraudulenta, por lo que presenté una denuncia en contra suya.

De nuevo más traslados; en Diciembre del 2000, junto con varios compañeros de todo el estado hicimos una huelga de hambre indefinida que concluimos a los 30 días, reivindicando los puntos que desde hace tiempo se vienen reclamando.

En Febrero del 2001, se me trasladó de nuevo a este centro de exterminio de Ponent, mientras me encontraba realizando una nueva huelga de hambre. Es precisamente en este último centro de exterminio, en donde tanto la Dirección del Centro como la Dirección General, se comprometieron a darme una salida a finales de este año (2001), lo cual, como siempre han incumplido.

En todos estos años, he participado de forma activa en varias huelgas de hambre, he llegado a coserme la boca en protesta por los malos tratos, la explotación, las humillaciones, los traslados de forma arbitraria, la falta de trasparencia y la vulneración de los derechos más elementales de los internos, así como por la falta de aplicación de sus propias leyes en estos centros de exterminio, he denunciado a infinidad de mandos, carceleros, equipos de tratamiento, etc...

Por los delitos que he cometido ya debería de estar en libertad, por el máximo a cumplir 20 años, según el artículo 76 del Código Penal, robo a entidades bancarias y tenencia ilícita de armas; jamás he usado la violencia ni fuera ni dentro de estos centros de exterminio, pero estoy considerado un preso conflictivo por reclamar nuestros derechos; por estos motivos llevo cumplidos más de 20 años en los centros de exterminio de Catalunya y continuaré secuestrado por estos fascistas porque yo no me voy a rendir ante este atajo de farsantes de Instituciones Penitenciarias; entre muchas otras cosas, porque he visto morir a demasiada gente aquí dentro; entre otras cosas, mientras esto no se arregle, yo continuaré en lucha contra el sistema fascista que se esconde tras esta "democracia".

Esto es en términos muy generales mi historia, la cual continúa porque sigo secuestrado y continúan los malos tratos y siguen incumpliendo su ley dentro de estos centros de exterminio.

Preso en lucha desde el centro de exterminio de Ponent (Lleida)Arriba lucha antifascista