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DRISS AZARKANE afiliado de Guadalajara, fue despedido de forma improcedente el pasado 31 de julio tras llevar más de 3 años trabajando, en el régimen agrícola (pastor), en la empresa de los caciques HERMANOS ESTEBAN LLORENTE C.B.

Se procura solventar el conflicto de forma directa con el patrón, entrevistándonos con el mismo y su asesor, pero sus cálculos en cuanto a indemnización por despido, liquidación, etc., eran totalmente ridículos.

Ante ello, se puso la demanda correspondiente (para no quedarnos con el culo al aire) y el juicio se va a celebrar este 29 de noviembre, por despido improcedente.

No obstante, y en posteriores visitas al pueblo del cacique LUIS ESTEBAN LLORENTE, San Andrés del Congosto (GU), a partir de una conversación con su señora esposa nos pudimos enterar de la estrategia que van a llevar al juicio, que es la de asegurar que nuestro compañero Driss, pidió 15 días antes de la finalización de su contrato (de 2 años) y que se le liquidara en la empresa (lo cual es totalmente falso), por lo que se anularía la improcedencia del despido.

Pero no es sólo esto, sino mucho más: el compañero Driis, situación muy probablemente agravada por su condición de inmigrante magrebí, ha tenido que soportar unas condiciones de trabajo más propias de otros momentos históricos, a saber: jornadas extenuantes de hasta 16—18 horas diarias; trabajo todos los sábados, domingos, festivos y sin vacaciones (sólo ha librado los días de Navidad y Año Nuevo en 3 años); rebaja continuada en la base de cotización y otras aberraciones similares en nóminas y contratos; pagos con "dinero negro"; etc. Todo esto que no ha podido reclamarse en la denuncia anteriormente mencionada, por no poderse demostrar de forma palpable (¡Flipamos con la justicia de lo social!) , es por lo que ahora estamos luchando, pues, en la denuncia por despido, sólo se ha podido reflejar las cantidades ajustadas a convenio, contrato, nómina... y NO lo que Driss trabajaba realmente —se le deben mogollón de horas, días y semanas trabajadas que no se pueden reclamar judicialmente.