Ahora que vamos a tener una moneda común en la Unión Europea, la prensa burguesa nos bombardea constantemente con cuadros económicos comparativos, donde España tiene los precios más competitivos en automóviles, gasolina, tabaco, alcohol y diversos productos de consumo. Además se nos recuerda que somos el octavo país en PIB, por lo que se nos promete una España del bienestar para el futuro. Pero lo curioso es que no aparecen cuadros comparativos de los sueldos de los trabajadores, que son de los más bajos de Europa, con lo que nuestro poder adquisitivo seguirá siendo inferior. Respecto a la distribución de la riqueza y la renta, en el estudio más riguroso que se realiza, el del Luxembourg Income Study Group, España es el país que tiene mayores desigualdades de riqueza en la UE y en la OCDE.

Los datos hablan por sí mismos, España es el país que menos fondos públicos gasta en temas sociales: sólo un 20% del PIB, frente al 27% de media en la UE. Los gobiernos españoles no han hecho ningún esfuerzo por aumentar este gasto y poder así converger socialmente con los demás miembros de la UE. La buena coyuntura económica de los últimos años la han aprovechado para cubrir otros déficits presupuestarios, por lo que el gasto social per cápita en España ha ido disminuyendo hasta llegar a ser cuatro veces menor que el de países como Holanda, Suecia y Noruega.

En Sanidad, por ejemplo, el gasto es del 5,8 % del PIB, mientras que el promedio de la UE está en el 7,4%. Como consecuencia de ello, España es el país de mayor porcentaje de casos de sida, drogadicción, tuberculosis, enfermedades venéreas e infecciosas. A esta falta de recursos presupuestarios se le añade una acusada laxitud y permisividad en responsabilidad normativa y sancionadora, lo que explica la elevada siniestrabilidad laboral, la más alta de Europa con diferencia. Tampoco se nos habla en esos cuadros comparativos de la mortalidad infantil en España, una de las más elevadas de la Unión Europea, según los datos de la Agencia de Información Estadística de la Comisión Europea. Otro tanto ocurre con el porcentaje de los trabajadores en paro, el más elevado aquí, según esa Agencia. En cuanto a las pensiones, nos gastamos el 8% del PIB frente al 11% que es la media de la UE.

Otro sector representativo es el de la Educación, donde el gasto público es también uno de los más bajos, el 40% del promedio europeo, y donde aparecemos como uno de los países con mayor fracaso escolar. Todos estos datos, y más que no quiero seguir reseñando para no aburrir, son fríos como todos los datos económicos, pero son indicadores de una realidad de penas y sufrimientos que afectan a millones de personas en su vida cotidiana. Y, sobre todo, a la clase trabajadora, que es la que utiliza los servicios públicos, pues los de renta superior disfrutan de la sanidad y educación privada, con lo que la polarización social se hace mayor.

Y ésta es la España del bienestar que nos quieren vender, la España en la que los gobernantes se han empeñado en hacernos converger con Europa, económicamente pero no socialmente, con lo que nuestro país seguirá caracterizándose por sus desigualdades sociales, la España, en fin, en la que los trabajadores seremos los grandes estafados de este paraíso prometido llamado Europa.