Exceptuada la Bolsa que atraviesa un enésimo periodo de dulce euforia bajo el gobierno galo que tiene al socialismo por ideal, hay que constatar que todo es negro en los periódicos. En el plano internacional, la "libertad" ofrecida a los afganos por los B-52 parece servir solamente al resurgimiento de los reflejos tribales, de la arrogancia guerrera y de la viruela etno-identitaria.

En Argelia, entre el maquis fanático y la corrupción gubernamental, una población que no acaba de saborear los beneficios de una "liberación" nacional. Y así sucesivamente, en la miseria y en la guerra, en la guerra y en la miseria...

Aquí, la bofia ocupando las calles, por no soportar que se le discuta el monopolio del atropello. Hombres de Iglesia que hacen venir a ellos a los niños tiernos para placer del niño Jesús que está en sus cogullas. Padres que prostituyen sus progenituras. Redes inacabables de pedófilos. Consumidores de menos en menos en su plato, con estas viandas locas y esas OGM en el menú del progreso. Encuestas eufóricas prometidas a los candidatos de la extrema jilipollez de derecha y de izquierda en la elección presidencial...

¿Qué tristeza! Y nada para atenuar este tormento, ningún rayo de esperanza en todo este horizonte de grisura. Podría haber sido posible ese anuncio de una candidatura del Partido de los obreros a la carrera al Elíseo, pero, a última hora, los gurús de la secta stalino-trotskista lo aplazaron para mediado el mes de enero. Cuando uno piensa que, al término de casi dos meses de angustiosa espera, nuestros revolucionarios fin de raza podrían renunciar...Es desesperante...